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domingo, agosto 31, 2008

Los vericuetos de la violencia política


LA VIOLENCIA POLÍTICA EN LOS TEXTOS DEL COLE. "Dircote dirá si en texto escolar hay apología al terrorismo. Salomón Lerner dice no a la censura". Así titula el diario El Comercio una nota de Ítalo Sifuentes Alemán sobre la polémica (iniciada por la congresista Mercedes Cabanillas) generada en torno al contenido de unos textos escolares del curso de ciencias sociales para estudiantes del quinto año de secundaria publicados bajo el sello Norma, y en cuya confección, señala la editorial, colaboraron los autores Luis Arista, José Gargate, Henry Galecio, Álvaro Calado, Emilio Candela, Alex Loayza, Roberto Chauca, Cristóbal Aljovín, Ladislao Landa, Ángel García, Ricardo Guerrero, Carlos Ponce, Rebeca Carrasco, Zoila Rivera y Mateo Culotti. Agustín Haya de la Torre tuvo que ver también con la supervisión de los textos. "Lo que hacemos es dar opinión sobre algunos capítulos parciales que se nos entregan para consulta. Nosotros no sabemos si nuestros comentarios son aceptados y nunca se nos da una versión final del texto. El nuestro es un trabajo secundario", ha manifestado éste respecto a su responsabilidad en el tema. "En las páginas 142, 205, 206, 220 y 221 del texto en cuestión (edición de febrero del 2008) se lee que los años de subversión que padeció el Perú fueron producto de una 'guerra interna', que en 1986 muchos senderistas murieron brutalmente por la represión de las Fuerzas Armadas y que, en esos días del primer gobierno aprista, el régimen combinó acciones antisubversivas de represión militar y ayuda social. El libro también registra cifras que pueden resultar contradictorias, como que la subversión acabó con la vida de 25 mil personas; mientras que en otro pasaje del texto se informa que 'la guerra contra la subversión dejó como resultado 69.280 personas muertas y desaparecidas', número que corresponde al balance sobre las consecuencias del terrorismo que el 28 de agosto del 2003 presentó la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en Palacio de Gobierno. Mercedes Cabanillas cuestiona que el texto recoja conceptos que están en discusión, como el que la lucha antisubversiva se libró entre dos bandos, y, por tanto, se trató de una guerra interna, con lo que se acepta que los terroristas fueron una fuerza beligerante frente al Estado", se lee en el informe de El Comercio. Por su parte, la página web de RPP incluye lo siguiente: "La congresista detalló también que los textos minimizan la lucha contra el terrorismo que se vivió en nuestro país a comienzos de la década del 90 y denunció este hecho ante el Ministerio de Defensa exigiendo un pronunciamiento inmediato del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. 'En nuestro país define la lucha contra el terrorismo como una guerra interna, señalando que en esta etapa hubo una represión discriminada de las Fuerzas Armadas', argumentó la ex ministra de Educación. Cabanillas continuó su acusación indicando que 'los textos grafican una serie de carteles como 'Fuerzas Armadas genocidas, expertas en derrotas', con suscripción del Partido Comunista Peruano y luego le dicen al alumno: Observa la imagen y señala a qué obedece el contenido. ¿Estás de acuerdo? ¿Por qué?. Creo que acá hay contrabando ideológico". En opinión de Augusto Álvarez Rodrich, en su editorial de ayer en Perú 21, "Cabanillas se equivoca porque el texto está bien. Promueve un pensamiento crítico, en un alumno de quinto año, sobre las últimas tres décadas. Salvo que no le guste que los chicos se enteren de que el primer gobierno aprista fue un desastre debido a un 'populismo desbocado'".

¿DESCAFEINADO?
En El blog del morsa, Roberto Bustamante escribió ayer lo siguiente sobre "El (no tan) extraño caso de Busco Novia" de Renato Cisneros: "Que la crónica por el efervescente mundo del sexo sin amor y el amor sin sexo terminara en un libro, era cosa más que esperable. Cisneros es una suerte de Hunter Thompson de los tiempos del café descafeinado, que es más o menos lo que ofrece el Grupo El Comercio a los jóvenes". A propósito de Renato Cisneros, veo estas declaraciones suyas en una entrevista realizada el año pasado: "Bueno, en la familia, mi bisabuelo fue poeta, mi abuelo fue poeta, mi primo Antonio también es poeta, y Luis Jaime si bien no escribe poesía está totalmente inmiscuido en las letras". Y en un comentario incluido en uno de sus post de octubre del 2007, un lector le pregunta lo siguiente (y el tema viene al caso respecto a la foto que ilustra este post aparecida en el último Caretas): "Renato, ¿tu papá no es el famoso General Luis 'Gaucho' Cisneros, ex Ministro de Belaúnde a quien se le atribuye haber dicho algo así como: 'si matamos 20 civiles y en ese grupo hay 2 o 3 terroristas la acción se justifica'?. ¿Es cierto eso?". A lo que el blogger responde: "Hola, Lucho. Para responder tu pregunta necesito un post entero, pero te puedo asegurar algo: mi viejo no dijo eso nunca. Descontextualizaron una desclaraciones suyas y se creo una leyenda urbana. Te mando un abrazo. Renato". ¿Cómo así es que lo puede asegurar? ¿Todo se reduce a aquella frase? En cualquier caso, ya he leído que Cipriani jamás expresó que los derechos humanos son una cojudez o que Martha Chávez nunca comentó que los estudiantes de La Cantuta se autosecuestraron. Puras leyendas.


PD Martes 02: A propósito de la segunda parte de este post, Gustavo Faverón se pregunta "cuál es la ética de cuestionar al poeta y periodista Renato Cisneros acerca de la actuación política de su padre más de veinte años atrás, cuando él era un niño, y por qué esperaríamos que alguien acuse a su propio padre de algo", cuando resulta absolutamente claro que mi comentario nace del discurso exhibido en la fotografía que ilustra este post.


En la foto: Renato Cisneros, autor del blog y libro Busco Novia, y su padre (Caretas 698), Ministro de Guerra de Belaunde (mayo de 1982). [Leyenda de Caretas 2042]

sábado, agosto 30, 2008

Emprendedores de memoria


Derechos Humanos: A cinco años del informe de la CVR, especialista Elizabeth Jelin escudriña entre rituales, memoriales y el papel de la Justicia

Por Enrique Chávez*

El país se ha vuelto a enfrascar en un debate porque la Corte Interamericana de Derechos Humanos ratificó la sentencia que ordena al Estado peruano celebrar "un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional" a propósito de la masacre del penal Castro Castro en 1992. Los titulares llegan justo cuando el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación cumple cinco años y las organizaciones de Derechos Humanos convoca[ro]n para el jueves 28 a un homenaje a las víctimas en el Memorial "El ojo que llora" de Jesús María. Connotados miembros de la CVR, como su presidente Salomón Lerner, vienen criticando al gobierno por lo que consideran su insuficiente voluntad para cumplir con las recomendaciones del informe final. Del otro lado, personajes del gobierno como el vicepresidente Luis Giampietri insisten en atacar frontalmente el informe de la CVR.
La argentina Elizabeth Jelin, que llegó a Lima para participar en un seminario organizado por el Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la PUCP (Idehpucp) y el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), es una estudiosa en temas de ciudadanía, género y migración. Su trabajo también se ha centrado en torno al tratamiento de la memoria y la labor de los movimientos de Derechos Humanos tras procesos de represión. Y aunque se cuide de emitir juicios de valor, tiene mucho que decir en materia de reconocimientos a las víctimas. Por eso resulta tan interesante que vuelva a poner el foco sobre el papel que le toca en la tarea al Poder Judicial.
¿Cuál debería ser una política acertada de recuperación de memoria?
Hay grupos humanos que deciden marcar el recuerdo con una idea. Los llamo emprendedores de memoria. Ese algo puede ser un juicio, un monumento en medio del pueblo o el cambio de una ley. También pueden ser intermediarios. Pueden ser oficinas del Estado, ONG, o cooperación internacional que llega y dice, aquí hace falta un museo. En el museo de Ayacucho, por ejemplo, veo la mano alemana. Hay un primer enfrentamiento para lograr que se haga y el hecho de verlo es un logro.
Para ese grupo poner en el espacio el símbolo lo calma internamente. Si no lo pueden poner, la energía no está depositada en ningún lado. Una vez que está ahí pueden dormir mejor. Es un proceso de interacción humana que nos pasa a todos. Pero el hecho de que se logre poner el memorial, cambiar el nombre a una calle, o publicar un libro con los nombres de las víctimas, no asegura cómo lo van a interpretar los otros. No hay ninguna certeza de poder transmitir sentidos de manera lineal. Si yo te pudiera decir a ti cómo tienes que pensar y sentir sería un régimen totalitario.
¿Los emprendedores pueden estar en un canal distinto al de los receptores?
Pero mucho más hacia los receptores del futuro. El sentido de marca histórica no tiene necesariamente ese nivel, a menos que haya grupos humanos que le estén dando permanentemente sentido.
Es un proceso de continuidad que no se cierra con un evento. ¿Hablamos de pedagogía permanente?
No lo llamo pedagogía porque eso implica que yo sé lo que quiero que el otro aprenda. El autoritarismo en los mensajes lleva al fracaso. No es que llegas al punto tal y quiero que te emociones y sientas como yo sentí la primera vez que vine. Sí podemos esperar que las generaciones siguientes puedan preguntar y se pueda entablar un diálogo.
Las memorias se reconstruyen a partir de diálogos intergeneracionales. Viene una nueva generación, la de hijos, que te hace una nueva pregunta que no estaba prevista.
Eso ha ocurrido en Alemania y ocurre en este momento en España con los nietos de las víctimas. Es lo que ha ocurrido en la Argentina y el cono sur en la década del 90, cuando los hijos llegaron a los 20 años y empezaron a preguntar cosas que no habían preguntado antes.
En ese escenario, ¿cuáles son las experiencias que observa como interesantes y valederas?
Por ejemplo, a mediados de los 90 en Argentina, Uruguay, Chile, donde el movimiento de hijos de desaparecidos emerge. Algunos nacieron en cautiverio. Tenían 20, 25 años, y se empezaron a juntar. Fue una nueva manera de pensar los DDHH. Cambiaron las marchas. Hicieron murgas y andaban con bombos. Era una performance totalmente diferente. E inventaron el "escrache", en Chile lo llaman "funa". El lema es "si no hay justicia, hay escrache". Entonces iban frente a la casa de un represor y pintaban, hacían graffiti y ponían carteles en todo el barrio y avisando que allí vivía un represor. La lógica de la vergüenza social.
Que me imagino fue bastante efectiva.
Muchos se mudaron. La vergüenza molesta. Muchos vecinos no sabían a quién tenían al lado. No fue una marca territorial duradera. No pusieron monumentos ni cambiaron el nombre de las calles. Pero generó una memoria barrial significativa. Aquello que se vuelve ritualizado y se repite es lo más pesado.
¿Y cómo responden esas generaciones si no les afectó directamente a ellas?
Allí hay otro tema y es qué quiere decir ser afectado. Nadie duda del dolor de las víctimas de situaciones extremas, pero el desafío humano es que el sentido del pasado no sea apropiado solo por quienes sufrieron más, sino que sea un tema ciudadano. No es fácil porque hay una especie de monopolio del dolor por parte de quienes sienten que tienen una voz privilegiada por la fuerza del testimonio.
¿Esos procesos tienen un cierre definido?
La memoria no es lineal. Eso de que pasa el tiempo y nos olvidamos, no es verdad. En 1992, cuando se conmemoraban los 500 años ¿de qué?, porque hubo una lucha sobre cómo se nombra y qué cosa era. La lucha por parte de pueblos originarios era como si les hubiera pasado a ellos en su propia carne. La memoria es algo que se vive en carne propia pero que también es parte de un sentido cultural compartido. En la conferencia de Durban contra la discriminación se pedían reparaciones por la esclavitud, por ejemplo. Son procesos abiertos.
¿Cómo interpretar que a estas alturas haya altos mandos de las Fuerzas Armadas que minimizan los abusos?
Es probable que nunca lo reconozcan y que sigan sintiéndose héroes. Pero para eso hay un Estado y una legitimidad, una institucionalidad que pueden hacer juicios.
Entonces a la Justicia le cabe un papel muy grande.
Para mí es central. Es importantísimo en la víctima. El victimario puede hacer lo que quiera con la víctima, que pierde su condición humana. Cuando está totalmente victimizada lo único que puede es llorar y pedir. Pero cuando se traslada el caso a una instancia judicial, la víctima se transforma en testigo. Hay una tercera instancia que va a dirimir el conflicto. Recupera la dignidad humana en ese momento y eso me lo ha dicho mucha gente: en el momento de dar mi testimonio en el juicio sentí que empezaba a recomponerme como persona.
Hace poco pude oír testimonios de víctimas, tanto de Sendero como de las Fuerzas Armadas, y las heridas parecían frescas más de 20 años después. ¿No es sano dar vuelta a la página?
La memoria son procesos subjetivos de dar sentido al pasado con recuerdos y silencios. A veces el silencio es olvido y a veces son silencios estratégicos. Hay tiempos en que no se habla por miedo y el miedo es tan subjetivo como la memoria: “lo mío es tan grave que nadie me va a entender”. Los silencios estratégicos pueden ser para no dañar. Es tan grave lo que me pasó que cómo se lo voy a decir a mi hijo. Entonces tiene que ser el hijo más grande que viene y pregunta. Hay cosas que no se cuentan por vergüenza. Pero las cosas se dan cuando están el espacio y la capacidad de oír del otro.

* Publicado en Caretas 2042.
En la foto: pirámide de Lucanamarca, financiada por cooperación alemana, incluye los nombres de los 69 asesinados en masacre de 1983, incluso los de los senderistas cuya muerte desató la venganza. [Leyenda de Caretas]

viernes, agosto 29, 2008

Hermanos literarios: Calderón Fajardo y Sumalavia


A través de Porta 9 me entero de Primeras impresiones, novísimo weblog de Ricardo Sumalavia aparecido en este mes de agosto, y en el cual el narrador fluye de manera suelta, exploratoria y segura sobre asuntos relacionados con lo literario. Así, ha dedicado por ejemplo 1, 2 y 3 post a la antología de Diego Trelles El futuro no es nuestro. Con relación a los escritores peruanos incluidos en ella, Sumalavia dice lo siguiente: "Me llamó la atención la escrupulosa selección de los autores. Santiago Roncagliolo y Jeremías Gamboa apegados a la acción, al peso del entorno, son bastante efectivos. Al otro extremo están Marco García Falcón, Alexis Iparraguirre y Carlos Yushimito. Me gusta lo que escriben los tres: su prosa cuidada, su gran nivel de sugerencia, pero –confieso- me gustaría encontrar más diferencias entre los tres. Más atrevidos me parecen los cuentos de Diego Trelles y Salvador Luis, como si trataran de reinventarse desde sus primeros textos". Sin embargo, lo que me ha llamado especialmente la atención en Primeras impresiones han sido aquellos posts en los cuales Ricardo Sumalavia y Carlos Calderón Fajardo, por medio de cartas abiertas que se remiten el uno al otro, expresan una entrañable hermandad literaria. "Hace casi dos décadas atrás leí El que pestañea muere, de Carlos Calderón Fajardo, y lo consideré, sin mayor discusión, uno de los mejores libros de cuentos que había leído hasta entonces. No podía negar que me sentía muy cercano a sus búsquedas. Es más, hoy lo considero un hermano literario. Escribí a principios de los noventa una tesina sobre su novela La conciencia del límite último. Y escribí también de él en una novela que acabo de publicar. Lo hice como una suerte de homenaje al amigo, ahora debo confesar, que se moría. Sí, él estaba muy enfermo y se moría. Y escribí esas páginas en un momento en el cual yo igualmente creía morirme. También estaba enfermo. Fui un condenado a muerte que escribía sobre otro condenado. Pero bien, ninguno de los dos murió. Ya conocemos que el destino es caprichoso, que la vida es prestada y todos lugares comunes sobre la muerte. Ambos seguimos aquí. Y él ha escrito muchos otros libros. El último: La noche humana. Una colección de tres novelas breves que están conectadas por París, por una muchacha llamada Milú (poeta peruana de origen judío) y por escritores y artistas condenados a muerte", escribe Sumalavia. Y su comentario motiva este otro de Calderón Fajardo: "Gracias por considerarme un hermano literario. Yo siento lo mismo, pero veo en ti el realizador de mis imposibilidades. Mi mundo narrativo es chirreante, el tuyo es terso y sutil. Escribo con muchos defectos en cuanto a estilo e incluso con fallas gramaticales. Pero aunque tú eres un orfebre y yo un albañil, siento una comunidad de espíritu que realmente nos hermana. Creo que con tu novela Que la tierra sea leve has alcanzado a realizar a plenitud un proyecto artístico y expresivo que se inició hace 15 años con tu primer libro de cuentos Habitaciones. Es el mismo narrador, pero de aquel que se buscaba a tientas hoy es un narrador maduro y dueño de su propio mundo imaginario. Luego de tres lustros de trabajo has alcanzado un alto nivel artístico. Y creo que de aquí adelante, en un periodo ya de madurez, es insospechado lo que se puede esperar".

En la foto: Ricardo Sumalavia y Carlos Calderón Fajardo. "Lo considero un hermano literario", expresa el primero. "Yo siento lo mismo, pero veo en ti el realizador de mis imposibilidades", le responde el segundo.

jueves, agosto 28, 2008

Toque de queda entre dos ejércitos de hermanos


El que se va sin que lo boten, regresa sin que lo llamen. En su libro El tiempo del miedo Nelson Manrique señala que suele olvidarse "que el espectáculo de las calles de la capital patrulladas por soldados fuertemente armados comenzó antes del inicio de la guerra senderista", ya que "en 1976 el Estado había impuesto el estado de sitio e implantó el toque de queda nocturno en Lima. Duró más de un año y dejó como saldo decenas de civiles muertos, caídos bajo las balas de las fuerzas de seguridad" (15). Más allá de tener en consideración esos hechos, el dato aquí es que "la guerra senderista" de los años ochenta específicamente situada en Lima continúa siendo motivo de expresión literaria entre los jóvenes creadores. A libros como Incendiar la ciudad de Julio Duran, Generación Cochebomba de Martín Roldán o La ciudad de los culpables de Rafael Inocente se suma ahora Toque de queda de Raúl Tola, "un libro de relatos que intenta retratar la atmósfera opresiva que se vivió en la primera mitad de los ochenta", según refiere Carlos M. Sotomayor en entrevista a Tola publicada ayer en la sección cultural de Correo. ¿Por qué Toque de queda? Tal y como explica el autor, "cada vez era más difícil salir a la calle, tanto que se nos robó la noche. Ese es el sentido que le he querido dar al título del libro: el toque de queda significó para mi generación que la noche se volviera un territorio ajeno, alejado, donde ocurrían cosas fantasmagóricas y acontecimientos de guerra entre dos ejércitos de hermanos, finalmente; unos equivocados, seguramente, pero finalmente peruanos. De allí el epígrafe: Ninguna guerra es guerra hasta que el hombre mata a su hermano". Guerra civil.

En la foto: Apagón (1983), lucidez extrema expresada en magnífico lienzo de Carlos Enrique Polanco. El nuevo libro de Raúl Tola fue presentado en la Feria del Libro por Enrique Bruce y Guillermo Niño de Guzmán.

miércoles, agosto 27, 2008

Macondo Revisited


Por Róger Santiváñez

Estuve en Colombia, más exactamente en el Caribe colombiano entre el 7 y el 17 de agosto último. Viajé acompañando a un grupo de misioneros de la Décima Iglesia Presbiteriana de Filadelfia, donde profesa mi esposa Kathy, para asistir a los niños y adolescentes de dos barrios marginales de Santa Marta y Barranquilla.
El trabajo y el sol eran fuertes diariamente bajo la canícula caribeña cuando de súbito tomé conciencia de que estaba en los alrededores de la mítica Macondo de las novelas de García Márquez. Una tarde entonces la sierva Patricia Carmona y el hermano Justo de la Iglesia de La Providencia en Santa Marta tuvieron la bondad de llevarme hasta Aracataca, sita a poco más de una hora de dicha ciudad costera.
Grande fue mi emoción al entrar en las callejuelas del poblado, tropical, lleno de sol, oloroso de frutas silvestres y cruzado por muchachas cimbreantes que bien podían ser Rebeca, Amaranta, Pilar Ternera, o Remedios, la bella. Un calor abrasador aplastaba la pequeña plaza de armas frente a la cual decenas de varones bebían cerveza en las terrazas de los "estaderos" la mayoría con el torso al descubierto.
A dos cuadras de allí encontramos la casa de los García Márquez. Cual no sería mi sopresa, al ver que había una construcción en marcha allí. La antigua vivienda había sido demolida y ahora se levantaba (se está levantando) una nueva edificación moderna pero que respeta el diseño arquitectónico de la original y está hecha con materiales similares a la que fue la inolvidable casa que todos hemos leído entrañablemente en Cien años de soledad. "Será un Museo" -nos informa el joven ingeniero de la obra, mientras nos guía por el pasadizo, sí, el mismo por donde caminaba José Arcadio Buendía, y nos lleva al taller de joyería y hacia el fondo al patio donde estaba el castaño al que se amarraba el patriarca de los Buendía cuando no quería saber nada de este mundo.
Por fin, nos señala una esquina al costado del pasadizo -una especie de patio interior chico- y dice: "Aquí se tendían las sábanas. Este es el lugar donde Remedios, la bella subió al cielo en cuerpo y alma". Increíble. Y en el pasillo notamos la blancura impresa en las paredes y él afirma: "Sí, aquí es donde Rebeca arañaba el muro y se comía la cal".
Ya casi en la calle entramos a una habitación delantera, aparte. Se trata del despacho del coronel Márquez (modelo del coronel Aureliano Buendía) abuelo del gran escritor, quien allí encerrados le contaba las alucinantes historias que luego darían vida a la gran novelística garciamarquiana, antes de llevarlo al parque (a solo dos cuadras).
El crepúsculo empieza a derrumbarse sobre Aracataca (que a mí me recuerda Catacaos en mi comarca piurana natal). Nos espera la carretera del regreso a Santa Marta. Voy con el corazón suspendido: Yo puedo decir que estuve en Macondo.

En la foto: casa natal de Gabo en Aracataca.

martes, agosto 26, 2008

Más Rupay

"Hubiésemos querido escuchar al ministro de Defensa Ántero Flores-Aráoz ofrecer disculpas a las víctimas de la comunidad de Putis o del cuartel de los Cabitos en estos días, o verlo entregar la información que requiere la Fiscalía para seguir avanzando con las investigaciones. Pero la actitud sigue siendo la de negar el pasado", acaba de declarar a la edición web de El Comercio Javier Torres, ex secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Sobre la matanza de Putis, pueden verse aquí las cuatro estremecedoras páginas que le dedica Rupay: Historias gráficas de la violencia en el Perú 1980-1984, que son también las páginas finales del libro. Según señala el weblog Ojo de pez, "la palabra quechua rupay significa 'calor' en varios sentidos. El calor y la luz que puede irradiar el sol, la hoguera, una zarza ardiendo o una pradera, también un pueblo". El libro, realizado por Alfredo Villar, Luis Rossell y Jesús Cossio, y el cual tuvo ya una presentación (a cargo del artista plástico Alfredo Márquez) el pasado 25 de julio en la Feria del Libro, será presentado nuevamente, esta vez en Chimbote. La ocasión se dará este viernes 29 a las 7:00 pm en el auditorio del Centro Cultural Centenario. Según apunta el weblog Marea cultural de dicha ciudad, Rupay (véase aquí la página 53 de la revista Ideele) es "un libro a todas luces excepcional, en tanto constituye el mayor aporte que probablemente hayan realizado los ilustradores y fanáticos del cómic peruano a nuestra sociedad, entregando un libro a estratos y sectores a los que normalmente no pueden llegar otro tipo de publicaciones".

En la foto: los mártires de Uchuraccay, momentos previos a la llegada al pueblo, en entrañable ficcionalización a cargo de Rupay (hacer clic para ampliar). En opinión de Alfredo Villar, "'gracias' a la matanza de Uchuraccay no llegaban periodistas a la zona de emergencia, con la excepción de Caretas y El Comercio que eran oficialistas y que siempre 'llegaban por aire y nunca por tierra'".

lunes, agosto 25, 2008

El Perú opinable y el Otro espacial a 5 años del Informe final


En su libro Modernidad, razón e identidad en América Latina el sociólogo chileno Jorge Larraín Ibáñez comenta cómo "la mayoría de los discursos de la modernidad encuentra en la razón y la civilización, y aquellos que las representan, la fuente más importante de identidad cultural", la cual "siempre implica una distinción con los valores, características y modos de vida de otros". En ese sentido, Larraín señala que "el otro puede definirse al menos en tres dimensiones", todas ellas determinadas "por criterios de racionalidad". La primera es la dimensión temporal donde "el o lo otro es el pasado en contraposición con el cual se construye un modelo nuevo" (de aquí surgen "muchas teorías típicas de la modernidad que entienden a la sociedad moderna en oposición a la sociedad tradicional"). La segunda es la dimensión espacial, la del otro "que vive fuera, el bárbaro o primitivo que no ha sido civilizado todavía", sumamente decisivo "en la construcción de las identidades culturales europeas desde el siglo XVI en adelante" (y aquí resulta útil la lectura de La conquista de América: el problema del otro de Tzvetan Todorov). La tercera es la dimensión llamémosle intermedia, la que define al otro "en el contexto de la propia sociedad como aquel que no cumple con algún requisito básico característico". Aquí entran tres sujetos clásicos: las clases trabajadoras ("peligrosas, pues sus desmedidas aspiraciones introducirían el desorden en la sociedad"), las mujeres (excluidas "debido a su supuesta 'emocionalidad', 'falta de control' y de racionalidad") y finalmente los locos e insanos, "el otro irracional que no tiene control de sí mismo" (págs. 91-92). En fin, pienso que esta didáctica y somera comprensión de la otredad (pero sobre todo del sujeto pretendidamente moderno que construye estas alteridades discursivas) puede ser un buen marco para situar mejor las siguientes opiniones.
"Acaso el camino que mejor uniría las necesidades políticas con las económicas en las circunstancias 2009-2011 sería el de la social-democracia. Si una lección ofrece la crisis financiera mundial de estos días, es que el neoliberalismo tiene fallas graves, y que el Estado debe ser traído de vuelta al escenario. Sería una manera de no seguir tensando la cuerda entre un crecimiento económico sin suficientes raíces sociales y una protesta social que se siente sin perspectivas económicas", escribió Mirko Lauer el sábado en su columna de La República. El viernes, Lauer había sostenido lo siguiente: "El mundo autóctono se ha modernizado en todas las oportunidades reales que se le han presentado. Pero en un país mayoritariamente informal, rara vez han necesitado de las leyes para modernizarse. Les ha bastado el acceso a los mercados. [...] Lo que las comunidades precisan es más autonomía política para poder ir trazando un camino social, cultural y económico hacia una modernidad propia. Ellas lo saben perfectamente. El país debería escucharlas en esto". Por su parte, hoy en Perú 21 el historiador Nelson Manrique publica un artículo titulado "El país vacío y los indios invisibles" en el cual afirma que resulta "risible pretender construir la modernidad con políticas del siglo XIX". "Los nativos han sido invisibles para el Estado" es el título de la entrevista realizada ayer en Perú 21 por Michael A. Zárate al antropólogo y asesor presidencial Juan Ossio. Incluyo algunas preguntas. "Más allá de las apreciaciones sobre las ONG, ¿no cree que ha habido también falencias en el Gobierno?": "Por supuesto que las ha habido. Una de las grandes falencias –que no es solo de este gobierno– es que generalmente las poblaciones nativas de la selva han sido invisibles para el Estado. Ha habido una indiferencia hacia el tema indígena y este gobierno no es una excepción. La institución que debería preocuparse por los indígenas, el Indepa, está en un rincón dentro del Ministerio de la Mujer sin haber alcanzado un rango adecuado". "Son los lastres de nuestra sociedad": "Así es, pero también puedo decir que me alegro que este tema de la 'Ley de la selva' haya saltado así, porque ahora los indígenas sí se están presentando como una fuerza que molesta y que puede llegar a incomodar. Quizá eso haga que la gente abra los ojos". "Y que se ponga el tema en agenda": "Claro. El único elemento positivo de todo esto es que el tema ha sido puesto en las primeras planas de los diarios. Es interesante ver cómo las organizaciones nativas han logrado alcanzar tal dimensión que sus voces pueden ya ser escuchadas a escala nacional, lo cual antes era imposible". [...] "Oiga, ¿y no será que a esas comunidades nativas no les interesa vivir como lo hacemos nosotros?": "Yo no podría decir que ellos no quieren vivir como vivimos nosotros. Esto es muy interesante. Fíjese que el mesianismo andino siempre hablaba de que para restaurar el orden había que expulsar a los españoles. Pero el mesianismo de la selva dice que hubo un héroe mítico –Pachacamayte– al que los blancos o 'choris’ le arrebataron todas las bondades que el dios quería darles a los nativos. Pero ellos creen que va a llegar el momento en que tendrán acceso a esos bienes". "Es una concepción totalmente distinta del mundo, aunque hay también una aversión hacia los blancos": "Así es. Hay una aversión hacia los blancos, pues les echan la culpa de que se hayan llevado lo que les correspondía, pero los nativos no está rechazando esas bondades. Es decir, no están en contra de los beneficios de la modernidad. La cuestión es cómo encontrar los medios para acceder a esta. Ahí está el problema".
Hubiera sido deseable que Zárate tratara con Ossio el tema de las recomendaciones del Informe final de la CVR, a la que la ultraderecha, obviamente, continúa atacando. Por lo pronto, hoy en La Primera Carlos Noriega entrevista a Salomón Lerner, quien afirma lo siguiente: "Frente a los derechos humanos en general, y dentro de ello la aplicación de las recomendaciones de la CVR, hay en este gobierno una dejadez, indiferencia y hasta antagonismo. El régimen muestra un interés negativo en el tema de derechos humanos, como proponer la pena de muerte, atacar a las ONG que defienden los derechos humanos, tratar a la población menos favorecida como una población minusválida mentalmente y cívicamente". Y ayer en Domingo de La Répública el propio Lerner (en entrevista con Nilton Torres) comentaba que "ni siquiera vivimos pensando en el futuro, vivimos el día a día y ese es un defecto nacional. La misma comunidad se está acostumbrando a dejar de lado las cosas que de verdad importan. Hay poco espacio para la reflexión, incluso en los propios medios de comunicación".

En la foto: caricatura de Carlín el último sábado en La República.

domingo, agosto 24, 2008

Narraciones, filiaciones

Que la tierra te sea leve (Bruguera), primera novela de Ricardo Sumalavia

Por Carlos Cabanillas*

A Sumalavia se le recuerda por trabajar el relato breve (Habitaciones, 1993) y el micro relato (Enciclopedia mínima, 2004). También se abocó al cuento clásico, como acota en entrevista telefónica desde Burdeos (Francia). El escritor se refiere a Retratos familiares (2001). Con su primera novela (Que la tierra te sea leve, finalista del Premio Herralde 2006), Sumalavia retoma el tópico de la familia y la memoria. "El libro tiene dos historias paralelas", cuenta. "En una se busca a un hermano carnal. En otra, a uno literario. He sido fiel a la matemática euclidiana, pues no existe un vínculo argumental entre ambas. Son como dos espejos".

* Publicado en Caretas 2041.
En la foto: Ricardo Sumalavia (Lima, 1968).

sábado, agosto 23, 2008

1967: Los nuevos y Manuel Morales


En 1967 Leonidas Cevallos Mesones compiló la antología de jóvenes poetas del sesenta Los nuevos, en la que incluyó a Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros, Mirko Lauer, Marco Martos, Carlos Henderson y Julio Ortega, quien ha señalado que este libro "no fue un acta de nacimiento generacional sino una demostración de las evidencias". Precisamente ese mismo año de 1967, desde los márgenes de la ciudad letrada pero en paralelo a dicha antología de nuevos poetas ya para entonces suficientemente divulgados, un autor no nuevo sino novísimo en todo sentido, Manuel Morales, de la Universidad Federico Villarreal, demostraría sus propias evidencias para con la poesía al ganar "los Juegos Florales 'Cantuta de Oro' de la Universidad Nacional de Educación con las poesías que integran este volumen con el título de Poemas de entrecasa", como se lee en la contracarátula de su (que se sepa) único libro de poemas publicado en vida, editado dos años más tarde, en junio de 1969, en el sello editorial de dicha universidad, con un tiraje de 500 ejemplares y cuatro ilustraciones näif de Manuel Velásquez Rojas, quien había editado el año anterior, en 1968, una plaqueta de poemas de Manuel Morales titulada Peicen Bool (uno de los Poemas de entrecasa se titula "El detalle olvidado por Peicen Bool el marino")*.
En total son 23 los textos premiados en 1967 que conforman en su totalidad los Poemas de entrecasa, en los que Ricardo González Vigil en su segundo tomo de la Poesía peruana siglo XX (1999) ha visto "contactos" con los "textos epigramáticos o brechtianos de Antonio Cisneros y Marco Martos", y valorado su "sarcasmo de 'mala leche', gusto por la reprana y las groserías" y su "óptica irreverente". Entre esos poemas están no sólo "Si tienes un amigo que toca tambor", su poema más querido y celebrado, sino también "La mala distribución de mi tiempo" ("Pero a veces yo me escapo de esa rutina y frío monos en sartén de palo; / Vivo en constante peligro de encontrarme con la horma de mis zapatos, / De encontrarme con algún enemigo que me ponga los puntos en las íes, / O de que mi padre se encarache y me mande al diablo"), "Al amigo napolitano entre botellas van y botellas vienen (poema descriptivo)" ("Esta vez yo pedí una docena. Y cigarrillos. Y puse discos / De Celina y Reutilio. Y celebramos ese acontecimiento. [...] El mosaico advirtió que cerraban y trajo la cuenta. / Pagamos mitad a mitad. Y salimos. / Nos despedimos. Y se fue hacia Santa Marina. / Yo lo recuerdo, simplemente, como un napolitano que chupó conmigo"), "Requien para el sordomudo Jack Quintanilla que dejó la vida tirada sobre los asfaltos (historia de choborras)" ("Sabido es que en La Chilena, los borrachos / Arrojan sus problemas a empellones, las sillas vuelan / Y nadie sabe quién pega a quién") o "Saludo" ("Saludo a los pájaros que malogran el arado / A las doncellas de nalgas somnolientas / A mi vecino que ronca como un cerdo / Y a su mujer que lo atrasa con un negro").
Oswaldo Reynoso incluye poemas de Manuel Morales en su novela El escarabajo y el hombre (1970). Carlos Torres Rotondo ha descrito los Poemas de entrecasa como un "libro de lenguaje callejero, desafiante, y en ocasiones, sabio, [el cual] está constituido en su mayoría por poemas cortos y perfectos como una canción pop de menos de dos minutos". Alberto Escobar, por su parte, señaló en el segundo tomo de su Antología de la poesía peruana (1973) que "la estridencia formal que a ratos adquiere su lenguaje es la contrapartida a una básica actitud de nostalgia y de búsqueda por el sentido que se oculta tras el ceremonial cotidiano". El día de hoy Eloy Jáuregui rememora en La República a Manuel Morales (Iquitos 1943 - Brasil 2007) bajo las figuras de autoridad alojadas en los conceptos de "maestro", "jefe" y "padre"
.
Los dejo con dos de sus Poemas de entrecasa.


IDIOSINCRACIA

Estamos acostumbrados a las mentiras.
Nos tratan peor que a negros.
Nos humillan peor que a negros.
Hasta nos venden como negros.
Y este país es el despelote.

Con el cuento del pueblo –nos estafan.
Nos hacen a diario el cuento del tío.
Estamos acostumbrados a las mentiras.
Al tira y afloja de unos cuantos pendejos.

Pero ya se les va acabar,
Porque un días de estos se nos sale el indio.


HUELLAS DIGITALES

I

Nosotros, los que un día cerraremos la masacre
con nuestros grandes ojos, no viviremos.
Únicamente estaremos tras de la multitud
como en un día tardío en que se nos ocurrió confesar
nuestra ruina. Cantaremos, quizás. Quizás en nuestros hijos
después de tantos sacrificios y claudicaciones.
Pero no os asustéis, nosotros, los que un día
cerraremos la masacre con nuestros grandes ojos,
no viviremos.

II


Nuestros hijos con la luz del siglo
están para justificarnos. Aun
en la hoguera, recordarán nuestro nombre.
De este modo la sangre se justifica con la sangre.


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*
Poemas de entrecasa apareció dentro de la colección La flor de La Cantuta, en la cual se publicaron también Parábolas de Demetrio Quiroz Malca y Espejos paralelos de Augusto Lunel, este último incluido el 2006 en la antología Los otros junto a Luis Berninsone, Mercedes Delgado y Guillermo Chirinos Cúneo, otro poeta de un solo libro publicado en vida: Idiota del Apocalipsis (1967).


En la foto: niños tocando el tambor.

viernes, agosto 22, 2008

Con la cruz a cuestas


Ante V aniversario del informe de la CVR, Micromuseo alista muestra sobre guerra interna

Por Maribel de Paz*

"Lo reprimido nunca desaparece, siempre vuelve de manera perversa", afirma Gustavo Buntinx, director de Micromuseo, que con motivo de la celebración del V aniversario de la entrega del Informe Final de la CVR prepara la exposición "Cantuta" (desde el 29 en el Paradero Habana de Miraflores).
La muestra, curada por él y Víctor Vich, rescatará del olvido lo que Vich denomina la "acción taumatúrgica" de Ricardo Wiesse, quien en julio de 1995 intervino la quebrada de Cieneguilla y las fosas de las víctimas de La Cantuta pintando una flor por cada desaparecido. Según Buntinx, estas acciones derivan en una "energía sanadora, redentora, justiciera, que perturba el orden represivo".
La exposición se detiene en Ricardo Wiesse, pero Micromuseo trabaja en simultáneo una investigación sobre las intervenciones artísticas que sobre La Cantuta se han dado, desde entonces hasta hoy. "Ahora todo el mundo hace arte político de lo sucedido hace 15 años, no lo critico, pero en esta muestra estamos trabajando con el arte en su momento de máxima peligrosidad", acota Buntinx y señala la importancia de estos gestos reparadores.
Para desarrollar una verdadera cultura crítica, la exposición también incluirá un completo documental sobre el caso, porque no solo Wiesse realizó acciones de protesta aquel julio de 1995, en el contexto de la ominosa ley de amnistía. La ruptura con la autocensura la marcaron también, según Buntinx, "las iniciativas simbólicas de Eduardo Villanes en torno al hecho infame de que los restos de los desaparecidos fueran entregados por los militares a los deudos en cajas de leche Gloria, y la exposición de Susana Torres, titulada La Vandera, sobre la necesidad de limpiar la conciencia patria".
Ya se planea trasladar la muestra a Huamanga y, por lo pronto, Micromuseo ha sido invitado a llevarla a Córdoba, Argentina. "El desaparecido es la figura político-cultural por excelencia en América Latina", señala Buntinx y agrega: "Sigmund Freud llamaba unheimlich a lo que en castellano se suele denominar 'lo siniestro' o 'la inquietante extrañeza'. Es aquello que nos ha sido familiar en algún momento y lo reprimimos, pero que después vuelve con una condición desplazada que frecuentemente le da una imagen monstruosa". Para no olvidar.


* Publicado en Caretas 2041.
En la foto: invitación de la histórica muestra Gloria evaporada (1994) de Eduardo Villanes.

jueves, agosto 21, 2008

La narrativa de Siu Kam Wen


Republico el artículo de Ignacio López-Calvo titulado "Sino-Peruvian identity and community as prison: Siu Kam Wen's rendering of self-exploitation and other survival strategies", aparecido recientemente en un número especial de Afro-Hispanic Review 27.1 (Spring 2008): 73-90. El número fue editado por Evelyn Hu-Dehart y Kathy López.

En la foto: Kam Wen el 2007 en Jade Dragon Mountain (Yunan, China).

miércoles, agosto 20, 2008

Sur y norte en la violencia política y económica

Hoy en la sección cultural de Correo Carlos M. Sotomayor entrevista a José de Piérola a propósito de su libro de cuentos Sur y norte, "un proyecto que empecé más o menos en el 2000 o 2001. Y me interesaba esa idea de explorar el tema de la inmigración y el tema de la violencia tanto política como económica, que son las dos violencias que empujan esa migración. Y en qué medida esa migración depende también de lazos afectivos. Pero, por otro lado, quería que el libro fuera no sólo una colección de cuentos sino un libro más integrado, que cada cuento tuviera un lugar más o menos específico y que hubiera una cierta disposición que plantee también automáticamente de qué es el libro". En Porta 9, Marlon Aquino publicó el último lunes una reseña a esta obra. Sobre el primer cuento del libro, "En el vientre de la noche", Aquino comenta cómo "la conciencia de Ubilluz, un soldado del ejército peruano, se convierte en un péndulo que se desplaza desgarradoramente desde la evocación de momentos dichosos vividos con su mujer, a un tenso y desolador diálogo con el estudiante detenido que está conduciendo hasta el lugar donde éste cavará su propia fosa. Sus recuerdos no son muestras de indolencia, ya que a diferencia de su cruel jefe (el capitán Basurto), siente compasión por ese hombre que va camino a la muerte, y que al igual que él, tiene una familia que proteger. Ubilluz recuerda porque es la única forma de atenuar el horror que está viviendo, el único camino para sentir que es humano todavía. El desenlace del cuento remarca la triste certeza que hemos ido reconociendo los peruanos y peruanas en los últimos años, es decir, que durante la época de la lucha contra el terrorismo la brutalidad no sólo estuvo del lado enemigo, sino también en algunos de los que al combatirlo exhibieron también lo peor de la condición humana". Valga mencionar que con este cuento el escritor obtuvo el Premio Max Aub en 1998 (Mark R. Cox lo incluyó en su antología sobre El cuento peruano en los años de violencia). Respecto a este texto, Sotomayor realiza una pregunta a de Piérola. "En el cuento 'En el vientre de la noche' se produce una confrontación ética en el protagonista": "Es una confrontación ética, sí. Una posición en la que han estado no sólo los militares, sino también incluso civiles, en la época de la violencia. Y que los obliga a confrontar la responsabilidad con la posición ética. Y en muchos casos uno no se da cuenta que hay una cierta postura ética hasta que esa postura ética entra en conflicto con la responsabilidad". Otro cuento comentado por Aquino en su reseña es "La viuda de Cayara", "relato en primera persona en el que otro subordinado militar se mueve entre el horror y el deseo. Aparece nuevamente aquí un lenguaje efectivo y bastante visual al servicio de una historia de soterrada violencia".

En la foto: José de Piérola.

Constantino Carvallo, in memoriam


Conocí a Constantino Carvalllo cuando Arnaldo Rénique tuvo la gentileza de invitarme a dar una semana de charlas sobre el lenguaje poético en Los Reyes Rojos para los alumnos que luego formarían la primera promoción del colegio, la experiencia educativa más avanzada que por entonces (1984) había en el Perú. Carvallo era un líder brillante, con ideas claras en su propuesta visionaria. En 1985 él mismo me invitó para conducir un taller de Creación Literaria, de agosto a diciembre, con el que sacamos un fanzine denominado SinCensura, nombre propuesto por los integrantes de aquel hermoso colectivo. Carvallo era un maestro entregado, sabía ser firme y flexible cuando la situación lo exigía. Poseedor de una lucidez poco común que lo llevaba a practicar la honestidad radical, abrigaba en su corazón enorme bondad y una especie de sabiduría para con todo lo humano, que siempre nos hará falta en nuestro medio. Adiós amigo, gran señor.

En la foto: Constantino Carvallo (1953 - 2008).

martes, agosto 19, 2008

Carlos García Miranda gana concurso de cuento

A través de la última edición del suplemento Semana del diario La Primera me entero que el narrador Carlos García Miranda ganó el pasado mes de julio el Concurso Iberoamericano de Cuento sobre Discriminación, organizado en México. Jorge Volpi estuvo entre los integrantes del jurado. El cuento premiado se titula "Casacas de cuero negro" y será publicado junto con siete menciones honrosas en un libro que se presentará en setiembre en Buenos Aires en el marco de un evento continental contra la discriminación. Y a propósito del tema que visibiliza el premio, recuerdo a García Miranda en una de las actividades del I Congreso Internacional de Narrativa Peruana el 2005 en el barrio madrileño de Lavapiés haciendo alusión a su fenotipo peruano o algo así para ilustrar no recuerdo bien qué problemática relacionada con el hecho de ser escritor peruano del Perú.

PD: Respecto al tema del concurso obtenido por García Miranda, los invito a leer "Alien to Modernity: The Racionalization of Discrimination", un ensayo del 2006 de Jean Franco a propósito de la investigación sobre el caso Uchuraccay, cuyo significativo título delata claramente el producto de siglos de sedimentación de un discurso discriminatorio contra los indios.


En la foto: Carlos García Miranda es autor de Cuarto desnudo (cuentos, 1996) y Las puertas (novela, 2002).

lunes, agosto 18, 2008

Fallece Constantino Carvallo


Me entero por el weblog El útero de Marita de una triste pérdida: esta mañana, producto de un paro cardíaco, falleció el educador Constantino Carvallo (55). Hace año y medio, Carvallo había manifestado lo siguiente respecto a la educación pública en el Perú: "Tenemos que romper el mito de la ecuación privada como mejor a la pública. Hay algunos colegios privados de cierto nivel, pero la gran mayoría de ellas son de pésima calidad. Es necesario que prioricemos políticas para fijar aquellos lugares donde hace falta una mayor calidad de inversión. Sobre todo, debemos priorizar las zonas rurales, pues es en las zonas más pobres es donde menos se aprende. Tiene que haber una discriminación positiva que haga que los recursos, los mejores maestros, los mejores salarios, la inversión más importante sean dirigidos a esos lugares. Además, debemos concentrarnos en estimular a los niños en la primera infancia, entre los 0 y 5 años de edad, antes de llegar al colegio. Esta etapa es cuando el niño forma su capacidad de aprender. Actualmente, no está siendo aprovechada y tenemos grandes problemas por ejemplo, en la lectura".

PD Martes 19: "Constantino Carvallo, maestro ejemplar", homenaje del diario La República.

domingo, agosto 17, 2008

José Miguel Oviedo sobre el grupo Narración


Hoy en El Dominical de El Comercio José Miguel Oviedo responde a los recientes comentarios publicados sobre el cuarto y último volumen de su Historia de la literatura hispanoamericana (2001). ¿Que por qué no aparecen los autores del grupo Narración en su Historia? Porque Oviedo dizque considera "que la contribución del grupo (separo de él a Vargas Vicuña) a la literatura peruana es mucho menor de la que ellos creen y que, dentro del contexto hispanoamericano, su ausencia no es nada digna de lamentar. El problema es que cultivan un concepto de la literatura tan anticuado como su nostálgica visión de una China maoísta y de una 'guerra popular' que (afortunadamente) sólo existen en su imaginación, como parte de su petrificado canon personal". Los narradores incluidos por Oviedo, contemporáneos y posteriores a los autores de Narración son, además de Scorza, Ribeyro, Vargas Llosa y Bryce Echenique, Enrique Congrains Martin, Luis Loayza, Edgardo Rivera Martínez, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Isaac Goldemberg, Mario Bellatin y Laura Riesco. En su texto de hoy, Oviedo afirma respecto a su Historia que "el destino de esta clase de obras es pasar al olvido con el correr del tiempo".

PD: Más con relación a la Historia de Oviedo: Abelardo Oquendo y
"Poetas en otra historia" hoy en La República.

En la foto: José Miguel Oviedo.

sábado, agosto 16, 2008

Busco Memoria

Si bien el éxito de ventas en la pasada Feria del Libro lo tuvo Busco Novia, el weblog de Renato Cisneros llevado al libro, en lo personal considero a Rupay: Historias gráficas de la violencia en el Perú 1980-1984 como un libro que debió tener mayor repercusión y presencia. Para mí Rupay está entre lo mejor de lo que pude encargar de la Feria a familiares y amigos. Esta mañana hice llegar unas preguntas al poeta y crítico Alfredo Villar, coautor del mismo junto a Jesús Cossio y Luis Rossell.
¿Cuánto tiempo les llevó la realizacion de Rupay? ¿Cómo fue el proceso de trabajo?
Rupay fue hecho dentro del marco de una beca de investigación que duraba un año, pero por lo complejo del tema la investigación duró dos años; más las revisiones, discusiones y añadidos habría que agregarle otro año más al proceso creativo.
El proceso de trabajo consistía en lo siguiente: una vez escogida la historia, Villar hacía la primera investigación de fuentes y documentos, esto incluía la lectura del informe de la CVR, la revisión de prensa y revistas de la época más libros y testimonios que giraran alrededor de la historia escogida; en algunos casos (como el de Mamá Angélica) se viajaba a Huamanga para entrevistar y conversar con algunas personas que podían dar más luces o que eran parte de la historia seleccionada. Villar elaboraba un guión con todo este material, es decir "ficcionalizaba" documentos y hechos reales para que tuvieran un sentido narrativo y literario; este guión era revisado por Jesús Cossio quien transformaba esta narrativa literaria en una que siguiera la secuencialidad del cómic haciendo la planificación y dibujo a lápiz de cuadros y viñetas; este boceto luego era revisado por Lucho Rossell quien agregaba sus comentarios y críticas y que era quien daba el acabado final y el entintado a las viñetas.
Todo eso era un proceso muy complejo, que a veces se prolongaba en lárguísimas discusiones, pero cuyo resultado está a la vista. No hemos hecho una historieta "políticamente correcta" u ONGera ni un simple registro de hechos, sino hemos creado una narrativa gráfica que es a la vez un documento y una ficción, un testimonio histórico y una creación literaria y artística.

En un reportaje publicado en Caretas a propósito de la aparición del libro, Salomón Lerner Febres, Presidente de la CVR, les exige "un asesor histórico" ("tiene que haber [uno]", afirma), y expresa que su "mensaje debe ser más evidente" para poder captar mejor la "intención subyacente" dado que el mismo, dice, puede ser confundido "con apología" (pone como ejemplo las páginas relacionadas al ataque de Chuschi, una de cuyas viñetas aparece en la carátula del libro). Por último, les recomienda "una segunda edición que acepte comentarios posteriores". Por su parte, Alfredo, en el mismo reportaje tú criticas que "ciertas conclusiones de la CVR tienden a no exacerbar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas" y que "incluso había un comisionado de las FF.AA, pero ninguno de las asociaciones de deudos" (en Rupay ustedes dedican tres páginas al testimonio de Angélica Mendoza de Ascarza, madre de un joven ayacuchano desaparecido en el cuartel Los Cabitos, fundadora de la Asociación de Familiares de los Desaparecidos, y de quien incluyen las siguientes palabras: "Que ellos busquen su verdad, ¡nosotros no! Sin saber quien y sin que haya justicia no vamos a entrar al proceso de reconciliación porque mientras tanto para nosotras no habrá paz").

Salomón Lerner, siguiendo la estela de Platón, quiere "expulsar" a los poetas y artistas de la república porque no pueden "decir la verdad". Salomón se ha educado en una tradición platónica y hegeliana donde el "espíritu" e "ideal" en la historia no puede ser subjetivo sino "objetivo y científico"; el mismo informe de la CVR peca de este "cientificismo" hegeliano y por eso mismo la aridez y frialdad en su redacción, pero bueno, nosotros estamos a favor de la subjetividad y de la praxis, es decir de Nietzche y Marx.
También creemos que no hay "una verdad absoluta" sobre el tema y que nuestra versión es una versión más, de las muchas que deberían aparecer si es que queremos mantener una "memoria viva" y por supuesto cuestionadora de las "verdades oficiales". Por ejemplo, no creemos, aunque no podamos demostrarlo "científicamente", que los grupos subversivos hayan causado más muertes que las fuerzas del orden, eso por sentido común y por la potencia de fuego que tenía el ejército nos parece muy díficil, por no decir imposible. Es quizás la única discrepancia grande que tenemos con el informe de la CVR, por lo demás creemos que con sus limitaciones el informe es importante y un punto de partida para establecer una verdad que todavía está lejana.
Los medios han contribuido con varias fantasías onanistas para alejarnos de esa verdad, empezando porque en los años ochentas, "gracias" a la matanza de Uchuraccay no llegaban periodistas a la zona de emergencia, con la excepción de Caretas y El Comercio que eran oficialistas y que siempre "llegaban por aire y nunca por tierra". El silencio y "la forclusión" frente a las masivas y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas estatales es en buena cuenta responsabilidad de los medios de comunicación que estaban más cercanos a las élites gobernantes.

Precisamente en la Presentacion señalan que "las élites han querido dominar nuestra memoria" y se asocia dicha dominación con la ejercida desde los medios masivos de comunicación ("una 'opinión pública' que no es más que una 'opinión privada'", afirman). ¿Puedes desarrollar la idea de élite que se presenta aquí?

¿Qué élites? Bueno, aquellos (sociedades empresariales, políticos formales, altos mandos militares) que siempre desearon tener "cholos baratos" y para los cuales los "pobres" siempre han sido y van a ser los "culpables" de todos los males de nuesto país; todavía recuerdo que en los ochentas era común escuchar, en el ámbito privado, a esa gente decir que la mejor manera de hacer avanzar este país era bombardeando pueblos jóvenes para que no quede ningún pobre o "atrasado". Esa era y es la mentalidad de la mayoría de nuestros demoliberales que apenas ven en peligro la "propiedad privada" reclaman la manu militare.
No es raro que a estas élites no les interese "mirar atrás", la memoria para ellos es algo incómodo porque significaría reconocer su responsabilidad en la barbarie que vivieron los más pobres de este país; para consolarse tienen la fantasía del "demonio comunista" o "terrorista" y que ellos "pacificaron" el país. A nosotros nos es muy difícil de creer que un país donde 3 de cada 4 niños en la misma sierra padece de desnutrición esté "pacificado" y "avanzando". El tema, como sugiere el título de nuestro libro, sigue "ardiendo".

Finalmente, van a presentar del libro en Ayacucho. ¿Qué expectativas tienen?

Pensamos hacer una presentación en Huamanga para setiembre y de hecho tenemos expectativas ya que ellos son los que mejor pueden criticar y sugerir cambios a nuestro trabajo, más que cualquier comisionado o miembro de la intelligentsia limeña o académica. Sobre el público que buscamos es básicamente aquel al que no llegan los sesudos estudios "científicos" o "académicos": jóvenes, escolares, proletas, campesinos, gente popular. Esperamos también que el libro se venda rápido para hacer una edición popular y barata de éste, o quizás que se regale como un encarte en algun diario o medio independiente ya sea escrito o virtual, lo importante es que el tema de memoria salga de la "esfera burguesa" y pueda ser un tema discutido a nivel popular y de masas; la historieta podría lograrlo, esa es la pequeña gran esperanza que hemos tenido al hacer Rupay.

viernes, agosto 15, 2008

Labranda neobarroco

Labranda, el más reciente poemario de Róger Santiváñez, presentado a inicios de mes por Mario Montalbetti, ha sido "trabajado por sonidos, como si se tratara de una partitura musical. Yo no trabajo de acuerdo al tema sino de acuerdo a los sonidos, al fraseo musical y voy encontrando el sentido, voy hallando la semántica y después aparece la música de cada poema", comentó el autor en una entrevista publicada el pasado mes de julio en la página cultural de La Primera. Por esos mismos días, Francisco Melgar dedicó una breve nota al libro en su columna Entre líneas de la sección cultural de El Comercio: "Vale la pena recordar que Roger Santiváñez fue el principal instigador de Kloaka, notorio y radical grupo literario de los convulsos años ochenta, además de autor de El chico que se declaraba con la mirada, uno de los poemarios mas emocionantes, originales y emblemáticos de las últimas dos décadas. Radicado en EE.UU. desde hace varios años, Santiváñez aprovecha una visita relámpago a nuestro país para dejar en estantes un nuevo libro: Labranda, que lo encuentra escribiendo con un pulso sigiloso, cerebral y contenido, que sin duda sorprenderá a aquellos que recuerdan las prosas encendidas e incendiarias de su famoso libro ochentero. De todas formas, es notable la búsqueda incesante de Santiváñez por encontrar nuevas formas literarias que eviten dejarlo petrificado en un pasado al que, al parecer, ya no vale la pena volver más". Y en la edición de esta semana de Caretas 2040, Teobaldo Pinzas publica otra breve nota en la cual apunta que Santiváñez "ha dibujado una abultada elipsis dentro de su trayectoria poética para llegar a donde se encuentra ahora. Labranda, su último poemario (Hipocampo Editores), lo coloca en el punto culminante donde las vertientes de la poesía conversacional se ven sofocadas, in extremis, por la brillante sonoridad de una nueva forma de decir. Ya se veía venir desde Eucaristía, anterior poemario donde el lenguaje comenzaba a echar chispas por sí solo. En palabras del propio Santiváñez: 'Ya no haces poesía con un tema, sino con sonidos: escuchas primero un sonido interior y eso te lleva a otro. La semántica, el sentido, nace del sonido, porque ese sonido ilumina en ti un recuerdo, un tema, una memoria'. No solo se evidencia un lenguaje diferente –más prístino, más delicado y hermético– que el de sus anteriores poemarios, sino que Labranda abre un nuevo proceso de génesis dentro su obra: la creación desde el sonido fortuito y el poema como su ulterior consecuencia. Actual heredero del gran Lezama Lima, Santiváñez resume su reciente ars poética en pocas palabras: 'El secreto es justamente decir las cosas sin nombrarlas, desde el contorno'. Celebramos a este renovado Santiváñez y su floreciente faceta neobarroca". Precisamente un reportaje publicado en la edición piurana de Correo lo presenta como "Un poeta neobarroco". Y ya Catalina Quesada Gómez, de la Universidad de Sevilla, en un trabajo suyo a propósito de Eucaristía señalaba que la poesía de Santiváñez se dirigía "hacia el neobarroco eucarístico".

En la foto: carátula del poemario, la cual fue diseñada por Alfredo Márquez.

jueves, agosto 14, 2008

Para repensar el Perú

Las siempre resbaladizas relaciones entre intelectuales y poder son analizadas en nueva obra de los destacados historiadores Carlos Aguirre y Carmen McEvoy

Por Maribel de Paz*

Banalidad, pérdida de relevancia, vacío de contenido: algunas de las taras que amenazan al intelectual de hoy. Alrededor de ello es que gira la obra Intelectuales y poder. Ensayos en torno a la república de las letras en Perú e Hispanoamérica (ss. XVI-XX). Editado por los historiadores peruanos Carlos Aguirre y Carmen McEvoy, el libro recoge una serie de ensayos que pretenden ayudar a "repensar la naturaleza de las relaciones entre intelectuales, poder y sociedad en nuestro tiempo". Aguirre ha sido acreedor de la codiciada beca Guggenheim y es actual director del Programa de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oregon. En esta conversación reflexiona sobre el nuevo intelectual que se está gestando en tiempos posmodernos, cuando la supuesta desaparición de los grandes relatos vislumbrada por Lyotard también acarrearía la desaparición de los grandes intelectuales. Publicada conjuntamente por el Instituto Riva Agüero y el Instituto Francés de Estudios Andinos, la obra se presenta [hoy] jueves 14 a las 7 p.m. en el Riva Agüero (Camaná 459, Lima). Los comentarios estarán a cargo de Alfredo Barnechea y Carlos Iván Degregori.
Muchos se preguntarán qué sentido tiene la labor de los intelectuales si a pesar de tantas tesis y trabajos publicados persistimos en vivir en medio de la sinrazón.

Bueno, tu pregunta implica que hay un superávit de producción intelectual, y no es necesariamente cierto. Tenemos un déficit de reflexión sobre el país. Los intelectuales son reemplazados por personajes mediáticos, conductores de programas, gente de la farándula. La opinión pública se forma cada vez más en función de discursos menos fundamentados en la reflexión sistemática, que es lo que caracteriza el trabajo intelectual. Esto abre un desafío: una redefinición del rol del intelectual. Vemos cómo Vargas Llosa se convierte en un icono casi único. Ya no se forman personajes como él, es decir, estos mandarines que opinan sobre todo, que escriben en todos los medios sobre deporte, religión, cultura, gente como Sartre, Chomsky, Carlos Fuentes o Edward Said.
¿Cómo es este nuevo intelectual?
El trabajo intelectual se está convirtiendo en un esfuerzo colectivo fruto del diálogo más que del esfuerzo personal. Se abren foros de la sociedad civil, ongs, universidades… pasamos a una posición más democrática. Por ejemplo, en los años 80 había un grupo de historiadores notables, pero la mayoría no participaba del debate público, con dos excepciones: Pablo Macera y Alberto Flores Galindo. Hoy esta imagen del intelectual público está deteriorada…
Como la del intelectual comprometido…
Yo apuesto por un trabajo intelectual cuestionador. Existe la obligación de ser crítico, incluso con uno mismo. El desafío es cómo hacer para que en el debate público sobre los problemas del país los intelectuales tengan el eco que merecen. Y por eso es que al organizar el coloquio y después este libro quisimos darle énfasis a esta relación, es decir, más que preocuparnos por la historia de las ideas, nos interesaba verlos como agentes históricos situados en un momento concreto, y en sus relaciones con las distintas manifestaciones de poder.
El Perú se piensa desde Lima, donde está el poder. ¿Qué pasa cuando el país se piensa desde el interior? Desde Huamanga, digamos. ¿Estalla?
Yo diría que el Perú se piensa desde distintos lugares y posiciones de clase. Lo que pasa es que las ideas que se emiten desde Lima tienen un peso mayor sobre las decisiones que se toman… Pero además hacen falta estudios que se aparten de la identificación entre intelectuales y cultura impresa. Uno de los ensayos del libro, de Zoila Mendoza, estudia la producción de folclor en Cusco y en este caso estamos hablando de gente que escapa a la visión tradicional del intelectual: maestros, directores de promoción cultural, artistas, músicos.
En el libro se habla también de un nuevo conformismo.
Parte del problema del descenso de la importancia de los intelectuales en la sociedad se debe a que han sido domesticados, se han convertido en conformistas.
En parte de la maquinaria del poder.
Y del stablishment, contentos con su rol de académicos, trabajadores en ongs o asesores de políticos, claudicando en su responsabilidad como portadores de una conciencia crítica, como repositorios de una visión cuestionadora del poder. Entonces, en esta crisis del intelectual confluyen el asedio de estos nuevos personajes que orientan la opinión pública que mencionábamos antes y, por otro lado, la propia claudicación de los intelectuales. Hay ciertamente una crisis, pero creo que no hemos tocado fondo. Creo que los intelectuales deberíamos hacer más.

* Publicado en Caretas 2040.
En la foto: "Sin trabajo intelectual no hay posibilidad de construir un país", señala el historiador Carlos Aguirre ante un reflexivo Hipólito Unanue en el Parque Universitario. [Leyenda de Caretas]