zonadenoticias

jueves, julio 31, 2008

España, otra vez

A través de la página web de Perú 21 me entero de una nueva agresión contra una joven ecuatoriana en Madrid, ocurrida el pasado 25 de julio. La misma ha sido grabada y difundida con un celular por las propias agresoras. "En las imágenes se ve cómo la joven española propina hasta una decena de puñetazos seguidos a la joven, le agarra de los cabellos, le da varias patadas y cuando parece que le va a dar tregua, vuelve a atacarla de nuevo. De fondo, varias amigas de la agresora la animan a seguir y gritan: 'Mátala' o 'dale fuerte'", señala la nota. El País ha dado cuenta también de este caso. Expulsados y golpeados de Europa.

Julio Ortega, Antonio Cisneros y Óscar Hahn en la Feria


Dos destacados integrantes de la denominada generación del sesenta reciben merecidos homenajes en la Feria del Libro. El primero de ellos, Julio Ortega, fue homenajeado ayer, y por tal motivo ha sido entrevistado hoy por Enrique Planas en El Comercio, y ayer mismo por Giancarlo Stagnaro en El Peruano y por Tomacini Sinche López en Expreso. Este último le ha preguntado su opinión sobre los blogs literarios. "Han aumentado una enfermedad actual llamada 'opinionitis'. En los blogs lamentablemente se usa un lenguaje 'adversarial' y de mucha mala leche, lo cual empobrece el lenguaje y el debate literario. Eso sí, los blogs son una gran herramienta democrática si es que son bien usados, porque permiten establecer espacios alternativos a las grandes editoriales y a los medios de comunicación masivos", responde. Sobre el tema de la blogósfera, ya el domingo en La República Ortega le había contestado lo siguiente a Mario Montalbetti: "Lo bueno: reconstruyes tu propia biblioteca, un sistema de lecturas y referencias. Lo malo: fomenta el abuso de la primera persona, ese provincianismo bioblogo-esférico. Lo feo: promueve la violencia verbal. Por lo demás, da forma a la cultura actual: su sobreproducción es residual, porque es instantánea y fugaz. Es la regla dominante: cualquier saturación se hace no legible, desecho. Pero la tecnología digital no tiene significado inherente, depende de lo que se hace con ella, casi como todo lo demás".
El segundo homenajeado es Antonio Cisneros, entrevistado hoy por tal motivo por Enrique Planas en El Comercio y por Gonzalo Pajares Cruzado en Perú 21. "Te mentiría si te digo que los homenajes lo asustan a uno. No, para qué te voy a engañar. Los homenajes me encantan. Una vez estuve en una lectura en La Punta con un amigo poeta que dijo: 'Yo detesto las críticas positivas, prefiero las críticas negativas porque me hacen avanzar'. Y cuando me preguntaron si estaba de acuerdo, dije: 'Por supuesto que no. A mí me encantan las críticas positivas'. Entonces, ¡cómo no me van a gustar los homenajes! Que los merezca, es otro cantar...", le comenta a este último. El homenaje será hoy a las 7 pm con la participación de Gladys Díaz de la Cámara Peruana del Libro, y los escritores Peter Elmore y Óscar Hahn.
Precisamente este último, que junto con Jorge Edwards y Gonzalo Rojas encabeza la delegación de autores chilenos, se presentará mañana a las 8:30 pm en el Auditorio Ricardo Palma de la Feria del Libro, donde dará a conocer su obra poética completa titulada Movimiento perpetuo, publicada por Lustra Editores. Enrique Planas entrevistó a Hahn en El Comercio el pasado domingo 6 de julio. Recuerdo muy gratamente una lectura suya en febrero de 1999 en la Universidad de Texas, en El Paso. Óscar Hahn acababa de publicar el año anterior una nueva edición, con Visor, de su poemario Mal de amor. Por otra parte, este importante poeta chileno ha publicado el último domingo en el suplemento cultural Semana del diario La Primera una reseña a la antología mínima de la poesía "áfona" de Miguel Ángel Zapata, Los canales de piedra, aparecida este año en Caracas. En la mencionada entrevista, Planas pregunta a Hahn precisamente sobre Mal de amor. Incluyo esas preguntas. "En 1981 publicó Mal de amor, intenso libro de poesía romántica. Uno se pregunta qué vio en él la dictadura para prohibirlo": "Ellos no dieron ninguna razón. De hecho, el editor pensó con sentido común que un libro de poemas de amor no tendría ningún problema con la censura. Entonces lo publicó y lo distribuyó antes de tramitar lo que se llamaba 'permiso de circulación', que era otra forma de llamar a la censura. Y se lo negaron. Le ordenaron incluso que retirara todos los libros de las librerías y que los hiciera desaparecer. Nunca lo voy a olvidar porque me lo dijo él mismo. Cuando preguntó la razón, el militar le dijo: 'Nosotros no damos explicaciones, damos órdenes'. Y se acabó la discusión". "Se tejió la hipótesis de que un poema, que en su formulación parecía una plegaria a la Virgen, fue lo que escandalizó a algún militar muy religioso": "El Washington Post fue el que lo dijo, pero no sé de dónde sacaron eso. Que había sido un poema llamado 'Misterio gozoso' en el que no hay ninguna referencia a la Virgen, salvo el título. ¿Cómo llegaron a saber eso? No tengo idea". Incluyo el poema: "Misterio gozoso. Pongo la punta de mi lengua golosa en el centro mismo / del misterio gozoso que ocultas entre tus piernas / tostadas por un sol calientísimo el muy cabrón ayúdame / a ser mejor amor mío limpia mis lacras líbérame de todas / mis culpas y arrásame de nuevo con puros pecados originales, ya?". Ya, le dijeron los militares, y lo censuraron. Y hablando de militares, ¿por dónde anda el celosísimo guardián de los valores patrios, el Ministro de Defensa Ántero Flores-Aráoz? Vía Carlín lo encontramos aquí.

En la foto: Julio Ortega, Antonio Cisneros y Óscar Hahn.

miércoles, julio 30, 2008

Andrés Caicedo por Alberto Fuguet

Como bien saben, el escritor chileno Alberto Fuguet se encuentra en Lima como invitado de la Feria Internacional del Libro. El último domingo en la sección cultural de La República Fuguet le contó a Pedro Escribano que actualmente se encuentra escribiendo "un libro muy extraño en el que yo declaro por escrito que hice la labor de dirección y montaje. Dirigido, montado por Alberto Fuguet. Es una 'autobiografía' de Andrés Caicedo y se titula Mi cuerpo es una celda". Ayer Carlos M. Sotomayor entrevistó en la sección cultural de Correo a Fuguet y volvieron a tocar el tema de este nuevo proyecto literario suyo. Incluyo esa parte de la conversación. "Está por aparecer un libro de Caicedo preparado por ti. Y, cosa curiosa, tú lo descubres a él como autor precisamente en Lima...": "Yo estaba en Lima, en este mismo hotel, y como tenía que entregar la habitación me fui a la librería La Familia y me llamó la atención un libro que llevaba la palabra 'cine'. Y lo tomé pensando que era un libro de un europeo. Y me di cuenta de que el tipo era colombiano, que era joven, que estaba muerto. El libro era carísimo, pero lo compré igual. Y en el avión lo devoré. Y encontré básicamente lo que ando buscando, y que se encuentra poco: un aliado. Son muy pocas personas con las que yo podría conversar en el avión todo el camino. Por ejemplo, contigo podemos conversar cosas privadas, pero hay otras personas con las que no me interesa hablar, a pesar de que seamos humanos y tengamos la misma nacionalidad. A mí me parecen mitos, eso de que 'somos chilenos, somos peruanos, somos de la misma generación'. ¿Qué tiene que ver? Creo que la verdadera hermandad radica en otro lado, y encontré en Caicedo a alguien que me hubiese gustado conocer, y sentí que era muy parecido". "Y ahora estás por sacar un libro que es como un tributo": "Creo que parte de la labor de un escritor no sólo es atacar escritores sino ayudar a promover y dar a conocer a otros. E hice un libro sobre Caicedo, que en realidad es una autobiografía. El cuenta su vida y yo lo ayudo, porque él ya no está acá". "Adoptas un rol como de documentalista...": "Claro, de hecho lo voy a firmar como 'dirección, montaje y recopilación'". Sobre el escritor colombiano, los invito a leer este útil "Mapa para perderse en el universo de Andrés Caicedo" a cargo de Carlos Torres Rotondo.

PD: A propósito del tema María Emilia Cornejo, una nueva intervención de José Rosas Ribeyro ayer en La Bitácora de El Hablador. "No existen manuscritos de los tres poemas en cuestión tal y conforme se les conoce y, en consecuencia, nadie podrá presentarlos. [...] No existen ni esténciles ni hojas mimeografiadas de esos tres poemas por la sencilla razón de que nunca fueron distribuidos ni discutidos en el taller de poesía de San Marcos. Repito lo que ya dije[:] los tres poemas fueron estructurados por Elqui Burgos y yo, a base de apuntes de María Emilia Cornejo, cuando ella, lamentablemente, ya se había suicidado", señala.


En la foto: Andrés Caicedo, tantas veces.

martes, julio 29, 2008

PetroPerú sobre premiación a presos escritores

Difundo el siguiente comunicado de José Donayre Hoefken de PetroPerú con relación al tema de los presos escritores, la Feria del Libro y el Jockey Plaza:

Para Petróleos del Perú es tradición apoyar programas de reinserción de los internos penitenciarios a la sociedad, como el auspicio de los certámenes literarios "Arte y Esperanza" que desde 2007 se realizan en homenaje al padre Hubert Lanssiers. Tanto el concurso de Poesía (años impares) como el de Cuento (años pares) los organiza la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad, entidad fundada por el padre Lanssiers y presidida actualmente por el señor Carlos Álvarez.
Es también tradición de Petroperú efectuar estas actividades en su Oficina Principal (avenida Paseo de la República 3361, San Isidro).
Sin embargo, se creyó significativo utilizar este año un espacio que le diera un mayor realce literario a la premiación de los tres ganadores del concurso de cuento y al lanzamiento del libro El Chato y los relatos ganadores y finalistas del Primer Concurso de Cuento Arte y Esperanza 2007, en cuya portada aparece una fotografía del personaje que inspiró esta obra: el padre Hubert Lanssiers. Así, se incluyó la presentación de este libro en el Programa de Actividades de Ediciones Copé (sello editorial de Petroperú) en el auditorio Ricardo Palma de la 13ª Feria Internacional del Libro (FIL) de Lima, que se desarrolla en el Centro de Convenciones del Jockey Plaza, para el miércoles 30 de julio, a las 5.30 pm.
Tras un prolongado diálogo entre la Alta Dirección del Jockey Plaza Shopping Center y funcionarios de Petroperú y la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad, con el constante apoyo de la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Justicia, el Instituto Nacional Penitenciario, la Embajada de Holanda y la Cámara Peruana del Libro, se decidió replantear la reprogramación de la actividad (miércoles 30, a las 11.00 am, en el auditorio Ricardo Palma de la 13ª FIL de Lima) a su tradicional lugar, es decir, las instalaciones de la Oficina Principal.
De este modo, la presentación de El Chato y los relatos ganadores y finalistas del Primer Concurso de Cuento Arte y Esperanza 2007 se llevará a cabo el jueves 31 de julio a las 11.00 a.m., en el Auditorio de la Oficina Principal de Petroperú. La presentación-premiación contará con la asistencia de los internos Alberto Gálvez Olaechea, Juan Alonso Aranda Company y José Luis Rodríguez Reyes, y se contará con los comentarios del escritor Rafael Anselmi, el director de Etiqueta Negra Daniel Titinger y la poeta estadounidense Susan Ackerman.
El Auditorio de Petroperú, con un foro semejante al del auditorio Ricardo Palma de la 13ª FIL de Lima, recibirá con discreción y seguridad a todos aquellos que quieran celebrar el poder de la palabra, la dignidad humana y la reinserción del interno penitenciario a la sociedad.
Gracias a este programa de revalorización del interno penitenciario, por medio de la creación literaria, que organiza la Asociación Dignidad Humana y Solidaridad con el auspicio de Petroperú y la Embajada de Holanda, y el apoyo de la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional Penitenciario, cada asistente a la ceremonia de presentación-premiación recibirá gratuitamente un ejemplar de El Chato y los relatos ganadores y finalistas del Primer Concurso de Cuento Arte y Esperanza 2007.

PETRÓLEOS DEL PERÚ
San Isidro, 29 de julio de 2008
Cordialmente,
José Donayre Hoefken
Ediciones Copé
Departamento Relaciones Corporativas de PetroPerú


En la foto: José Donayre presentará este sábado 2 de agosto su libro de microrrelatos Ars brevis. El acto se llevará a cabo a las 8:30 pm en la sala José María Arguedas de la Feria del Libro. Ofrecerán las palabras de rigor Julio del Valle y Manuel Eráusquin.

La noche humana de Carlos Calderón Fajardo

El narrador Carlos Calderón Fajardo, quien se encuentra en una de sus etapas creadoras más fructíferas, nos cuenta de su nueva publicación:

La noche humana es un tríptico, es decir tres nouvelles, que tienen en común que tratan sobre la vida de escritores y artistas peruanos en París, durante casi todo el siglo XX. Los temas principales de la novela son la vida de escritores peruanos en París, la danza y la muerte. En las tres novelas aparece el personaje Milú, una poeta peruana muy joven que viaja a París en los años 30 y se vincula al movimiento surrealista y luego a la resistencia en la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación nazi de París. La novela pudo haber llevado el título de El tríptico de Milú. Cada novela es independiente. Puede uno leer la primera, y ya no leer más, o leer solo la segunda o sólo la tercera.
La primera novela La oreja del éxtasis ocurre en el París de los años 30 y 40. Y los personajes principales son Helba Huara, Gonzalo More, Milú, y aparecen César Vallejo, amigo íntimo de Gonzalo, Henry Miller también amigo íntimo de Gonzalo More, Anais Nin amante de Gonzalo, Lawrence Durrell, y el pintor Ives Tanguy. También Antonin Artaud porque Gonzalo More era el luminotécnico del "teatro de la crueldad" de Artaud. Helba Huara fue una bailarina de danza moderna de fama mudial, que bailaba al estilo de Isadora Duncan, y que en la actualidad ha sido olvidada por su patria.
La segunda novela ocurre en el París de los años 60, y lleva el título Los movimientos del silencio. Es la historia de una narrador peruano que escribe su primera novela La oreja del éxtasis, una novela sobre Helba Huara. Antonio Salas, que así se llama este joven narrador tiene como compañera a una joven bailarina francesa de ballet clásico, y es así como se sucita en la novela reflexiones sobre la danza, la danza moderna y la danza clásica, el ballet. En esta segunda parte aparece Julio Ramón Ribeyro, y muchos otros escritores y artistas peruanos que vivieron en París esa década.
Las tercera nouvelle, Vidas interumpidas, ocurre en el París de los 70. Es una novela que trata sobre la bohemia de mi generación en París, la generación del 70, y trata sobre la escritura, la bohemia y la muerte. En la novela aparecen como personajes Elqui Burgos, Armando Rojas, Manuel Gutiérrez Souza (Krufú), y muchos otros poetas y artistas de mi generación que vivieron en París en esa década diás de felicidad y desdicha, algunos de los cuales vivieron su vida interrumpida por la muerte.
La novela será presentada por el narrador y poeta Oscar Málaga, el día miercoles 30, a las 8.30. En la sala Blanca Varela de la Feria Internacional del libro. La novela la publica PetroPerú, tiene 240 páginas, y el día de la presentación de la Feria será vendida, a los que asistan a la presentación, a 5 soles. Luego será vendida en el stand de Petroperú a 15 soles, como precio de Feria.

PD: "Los territorios ocupados, así se titulada la novela que Enrique Bernales acaba de publicar con el sello Mundo Ajeno Editores. El autor, que perteneció al grupo poético Inmanencia, es conocido por sus trabajos en el rubro de la poesía y la crítica", señala la sección cultural del diario La Primera. El libro se presenta hoy a las 4:00 pm en la sala José María Arguedas de la Feria Internacional del Libro. Y mañana, a propósito de los diez años de Inmanencia, habrá un recital poético a las 7:00 pm en el Jazz Zone (Av. La Paz 646 - Pasaje El Suche, Miraflores).

lunes, julio 28, 2008

Weblog sobre Luis Hernández


Desde hoy, y para todos los que quieran acercarse al mundo de Luis Hernández Camarero, se inaugura el weblog La armonía de H, el cual tuvo un primer intento de salida el pasado mes de diciembre. El mismo está asociado al libro de Rafael Romero Tassara La armonía de H. Vida y poesía de Luis Hernández Camarero, el cual esta a la venta desde el viernes pasado en la Feria del Libro. El propósito del blog es ofrecer al lector una óptica distinta de Luis Hernández y su obra.

domingo, julio 27, 2008

Quítale la mancha blanca a la bandera


Hoy en su columna de opinión de Perú 21 el psicoanalista Jorge Bruce comenta muy acertadamente las siguientes declaraciones del Ministro de Defensa Ántero Flores-Aráoz: "¿Puede considerarse que no es una ofensa utilizar la bandera nacional para tapar un caballo y sentarse en ella para que, un poco más, la bandera peruana sea calzón o Tampax?". ¿O Tampax? Es decir, ¿lo que en el fondo teme el Ministro es que la parte blanca de la bandera se tiña de rojo? Bah, puro simulacro cuyo obsequio -ese sí muy patriótico, por supuesto- es la actual Mesa Directiva del Congreso de la República del Perú. Porque, claro, entre uno (AFA-Leysi Suárez) y otro (Luis Alva Castro-DIROES) gran acontecimiento lo que se da entre otras cosas es esto que apunta Jorge Bruce: "Mientras tanto, la conducción del Congreso se decide en la Diroes, adonde han acudido tanto los dirigentes fujimoristas como el ministro del Interior, a fin de consultar con un acusado de crímenes gravísimos de corrupción y asesinato, acerca de la nueva Mesa Directiva del Parlamento: ese es el nivel en el que discurre la representatividad política del país, cuyo honor dice defender AFA". Como señala hoy en La República Julio Ortega, en entrevista realizada por Mirko Lauer y Mario Montalbetti: "Nos falta reconstruir el espacio de la izquierda, cuyo vacío puede ser ocupado por el autoritarismo".

En la foto: bandera roja, fantasma visualizado por Ántero Flores-Aráoz dentro de la sesión fotográfica por Fiestas Patrias de Leysi Suárez. "Es imposible no evocar que antes las banderas se lavaban por otras cosas. Que en la Plaza de Armas, en las postrimerías de la dictadura de Fujimori y Montesinos, se lavaban todos los días protestando porque nuestra Patria estaba siendo ensuciada por quienes usurpaban el poder, robaban y mataban. Síntoma de cómo han cambiado los tiempos, son ahora otras las manchas que preocupan. Y, a la vez, no se les mueve un pelo por estar en alianza con ese mismo fujimorismo", escribe hoy Carlos Basombrío en Perú 21. Más con Juan Acevedo.

sábado, julio 26, 2008

Presos escritores no serán premiados en la Feria del Libro

La sección cultural de Perú 21 publicó hoy una nota en la que comunicaba que "Jockey Plaza acepta a presos escritores"; tema sobre el que dediqué un post el día de ayer. Acepta, sí, pero ¿en qué condiciones? Carlos Álvarez Osorio, continuador de la obra del padre Hubert Lanssiers en los penales del Perú y director de la ONG Solidaridad Humana y Dignidad, nos lo cuenta:

Estimados amigos, ustedes conocen el acto indignante que ha tenido la administración del Jockey Plaza con nosotros. La señora Yarina Landa, del Jockey Plaza, ha dicho a los medios que al final han aceptado que los internos estén presentes para la premiación y presentación del libro, pero no ha dicho en qué condiciones. Primero aceptó pero para antes de las 9 am, a esa hora todo está cerrado. Luego dijo que podría ser en un salón cerrado y ellos pondrían pantallas gigantes para que todos los vean. Luego dijo a las 11 am, aceptamos cambiar el horario siempre y cuando fuera en horario normal de acceso a todo público, pero la Feria del Libro abre a la 1 pm. Al final han aceptado a las 11 am pero en una sala donde el acceso sería por una puerta especial, para chequear a todos: invitados y presos, serían revisados los bolsos, los bolsillos, habría un cacheo a todos los asistentes como cuando se ingresa al penal, etc. Hemos decidido no seguir en esta humillante "conversación" con personas que no hacen sino buscar agredirnos haciéndonos sentir sospechosos, peligrosos, inaceptables en su recinto. Petroperú y nosotros hemos decidido hacer nuestra ceremonia en el auditorio de PetroPerú el día jueves a las 11 am, allí nadie tratará al público de manera indignante. El INPE, el Ministerio de Justicia en la persona de la señora Ministra están de acuerdo en no aceptar el trato indignante que nos quieren dar.
Los del Jockey pretenden tratar a nuestros ganadores y a nuestros invitados como hace la policía a los chicos de las barras bravas, para ellos hay justificación suficiente para hacerlo. Es lamentable que en nuestro país continúe la discriminación y que un miedo enfermizo y absurdo conduzca a las personas, como las del Jockey Plaza, a tratar a los demás como seres despreciables. Les pido que hagan saber de esta situación porque ayer los medios han dicho que el problema ha sido solucionado pero nadie ha dicho esto que les estoy relatando, nada se ha solucionado, se negaron siempre a aceptarnos y cuando dijeron sí, sus condiciones fueron tan humillantes que no nos atrevemos a aceptarlas, un abrazo a todos y gracias por su solidaridad con nosotros.

En la foto: la Feria del Libro no acogerá a los reclusos escritores.

Luis Nieto Degregori, José de Piérola


NIETO DEGREGORI. "Soy un escritor andino. Lo pregono en ensayos desde hace más de diez años y en revistas de ciencias sociales. En el encuentro de Madrid todo fue claro. Ahora ese tema debe pasar de la discusión a la crítica académica, será donde se dilucide con mayor seriedad".
Luis Nieto Degregori en entrevista publicada el pasado miércoles 16 en la sección cultural de La Primera. Nieto acaba de publicar El guachimán y otras historias.

DE PIÉROLA. Han pasado suficientes años ya para reflexionar sobre lo que sucedió a comienzos de los ochenta y mediados de los noventa, la época más intensa de la violencia política. Se sigue el ejemplo de diversos países que vuelven a su época traumática para entenderse mejor. El caso de España es paradigmático. Luego de cincuenta años de la Guerra Civil, vuelven sobre esa época. Entender ese conflicto es entender qué une y qué separa a los españoles. Algo similar debe ocurrir con nosotros.
¿Considera que el conflicto interno es a nuestra sociedad el equivalente a la Guerra Civil española?
Creo que es igual de traumática. Cada vez que hay actos de violencia no esperados se produce un trauma. En España y el Perú hubo varios miles de exiliados.
José de Piérola en entrevista realizada ayer por Ernesto Carlín Gereda en la sección cultural de El Peruano. De Piérola acaba de publicar Sur & norte.
A propósito de la equivalencia señalada, recordemos que otro narrador, Alonso Cueto, expresó el año pasado con absoluta claridad que el conflicto interno "Fue una guerra civil".

En la foto: Luis Nieto Degregori y José de Piérola.

viernes, julio 25, 2008

Debates Feriales

Una atención puntual a dos conversatorios realizados en la Feria Internacional del Libro. El primero se lleva a cabo en estos mismos momentos y ha sido organizado por la revista Intermezzo tropical en celebración de los "80 años de los 7 ensayos" de José Carlos Mariátegui. Participan en ella Javier Garvich, editor de la Revista Peruana de Literatura y administrador del weblog El lápiz y el martillo. A su vez, José Ignacio López Soria, quien el año pasado publicara con el Fondo Editorial del Congreso de la República su libro Adiós a Mariátegui. Esta opinión suya quizá englobe perfectamente lo que ese "adiós" significa: "Para entender la realidad de hoy no te sirven los conceptos fundamentales con que se entendía la realidad de los años veinte". ¿A cuáles "conceptos fundamentales" se refiere? "Si tenemos un determinado concepto de verdad, belleza o bondad, esas son interpretaciones, y puede haber otra forma de analizar la vida", también dice a modo de respuesta a un Mariátegui mucho más situado en "un determinado concepto de verdad", según se implica de su afirmación. "La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito" es la frase del Amauta incluida en el volante de difusión de esta actividad y escogida, intuyo, por César Ángeles L, moderador de la mesa. Una frase que asocia mito con revolución. Precisamente, el tema abordado por el tercer ponente, José Antonio Mazzotti, tiene que ver con el mito como fuerza movilizadora y la intuición de Mariátegui sobre la importancia de los mitos andinos en el trabajo revolucionario campesino, lo cual permite avizorar un conocimiento intuitivo de la interculturalidad en algunos de sus acercamientos al mundo andino de la época. Significativamente, la sala donde se lleva a cabo esta mesa lleva el nombre de César Vallejo. Recordemos que fue precisamente en sus 7 ensayos donde Mariátegui valorara certeramente al autor de Los heraldos negros, poemario al que calificó como "el orto de una nueva poesía en el Perú".
El segundo conversatorio que destaco tendrá lugar todavía el próximo sábado 2 de agosto. El mismo ha sido organizado por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán y gira en torno al tema de "Literatura y Feminismo". Las poetas Rocío Castro (recinte ganadora del Premio Copé de Poesía) y Victoria Guerrero (de Intermezzo tropical) participan en el mismo junto al escritor y periodista Enrique Planas y al crítico Marcel Velásquez Castro. En el afiche de invitación se pueden apreciar los rostros de la Premio Nobel 2007 Doris Lessing y de la poeta María Emilia Cornejo. Como se sabe, el sello Flora Tristán es el que ha venido editando su poemario póstumo e inconcluso En la mitad del camino recorrido. La sala donde tendrá lugar este evento lleva el nombre de Blanca Varela. Recordemos, fue hace solo tres años, unas declaraciones que Varela diera sobre MEC: "Hay una chica que escribió algo que se parecía a lo que yo quería transmitir, María Emilia Cornejo, 'todas las mujeres son putas'. Yo he tratado de decir lo mismo, pero mi lenguaje no es tan directo, es distinto. Por ejemplo, yo aprecio mucho el adjetivo. Un adjetivo es una manera de calificar la palabra, cerrar su significado". Me pregunto qué opinión tendrán José Rosas Ribeyro y Elqui Burgos respecto a estas expresiones de Blanca Varela.

Miedos literarios del Jockey Plaza

La noche de ayer Carolina Teillier y Carlos López Degregori (quien presentará el próximo jueves 31 en la Feria El hilo negro, antología de sus poemas en prosa) me pusieron al tanto de la nueva polémica surgida en la recientemente inaugurada Feria Internacional del Libro de Lima, que hace solo tres días consiguió resolver su problema con ALPE y PEISA.
Resulta que un jurado conformado por Santiago Roncagliolo, Daniel Alarcón y Daniel Titinger dio como ganadores de un concurso literario para personas en prisión -organizado por la ONG Dignidad Humana y Solidaridad y auspiciado por Petroperú, la Embajada del Reino de los Países Bajos, la Defensoría del Pueblo y el INPE- a Alberto Gálvez Olaechea, Juan Alonso Aranda Company y Jesús Rodríguez Reyes, del penal Castro Castro.
Se había programado presentar el libro resultante del certamen el próximo miércoles 30, así como entregarles el premio a los tres primeros puestos en un acto realizado en la Feria del Libro, como una actividad más de todas aquellas que se vienen llevando a cabo en dicho recinto.
¿Qué pasó?
Que el modernísimo Jockey Plaza, centro comercial donde se realiza este importante acontecimiento cultural, ha contestado que "no está listo para recibir a personas que requieran de máxima seguridad". Por lo tanto, Gálvez Olaechea, Aranda Company y Rodríguez Reyes no podrán ser recibidos. "¿Y la resocialización?", se ha preguntado pertinentemente José Alejandro Godoy en Desde el tercer piso. La información fue publicada ayer por Perú 21 en su sección cultural. Radio Programas del Perú, por su parte, dio cuenta de las declaraciones de la Defensoría del Pueblo, que demanda que el "Jockey Plaza debe permitir el ingreso a reos escritores".
Sobre el particular, me he comunicado con uno de los jurados del premio, el narrador Santiago Roncagliolo, quien ha tenido la gentileza de enviarme de inmediato su perspicaz respuesta, que subraya la arbitrariedad del Jockey Plaza, la misma que ha remitido con copia al organizador de dicho concurso literario, Carlos Álvarez, director de la mencionada ONG, y aquí entrevistado por Útero TV. A continuación, las palabras de Roncagliolo:


Al impedir que los presos asistan a recibir sus premios, el Jockey Plaza presta un gran servicio a la delincuencia y el crimen en general.
Para los internos y para el Perú en general, el mensaje de este concurso literario es: "Los presos forman parte de este país. Tienen cosas interesantes y constructivas que decir sobre él. Y éste es un país que sabe escuchar. Hemos vivido muchos conflictos y sabemos que, para muchos de ellos, la mejor solución es entendernos".
Para eso precisamente sirven los libros: para ver el mundo a través de otros ojos, para entendernos.
Pero el Jockey Plaza, en cambio, nos dice: "La cultura es sólo para gente con certificado de buena conducta. Nunca les permitiremos a los presos entrar en un centro comercial, ni siquiera si el Estado garantiza las condiciones de seguridad. Si quieren entrar, tendrá que ser para robar". Es el mensaje perfecto para que los presos reincidan. Gracias, Jockey Plaza, por velar por nuestra seguridad.
Sin embargo, hay una ventaja en esta situación: gracias al revuelo, mucha gente ha descubierto que existe un libro con las historias de estos presos. Es el primer paso para que las lean. Entre los cuentos seleccionados, hay algunos con mucho sentido del humor y mucha fantasía. Hay otros que describen la realidad social del Perú con gran agudeza. Y en general, hay un país descrito desde un lugar al que la alta cultura no suele mirar. Hay un mundo retratado desde otro punto de vista.
Y para eso sirven los libros ¿no?
Gracias Jockey Plaza, por la publicidad gratuita.


En la foto: carátula del libro. Los cuentos seleccionados "describen la realidad social del Perú con gran agudeza", señala Santiago Roncagliolo.

jueves, julio 24, 2008

Este cuento se autodestruirá en X minutos

La edición de hoy de Caretas 2037 publica en su sección cultural un fragmento de "Este cuento se autodestruirá en X minutos" de Montserrat Álvarez, incluido en la antología Matadoras. Nuevas narradoras peruanas (Estruendomudo). "Hace unos meses reencontré a un par de amigos, intercambiamos nuestras respectivas novedades desde la última vez que nos viéramos y ambos reclamaron que escribiese las aventuras que les conté y que les divirtieron mucho, si bien éstas cedieron su protagonismo, en el cuento, ante el propio cuento como tema de sí mismo, lo cual terminó por divertirme a mí también", comenta la autora. Incluyo a continuación dicho fragmento:

Robar es algo que sé hacer muy bien. Pero necesito un estado de "gracia" o de "inspiración" contrario al profesionalismo. Es para mí no oficio, sino arte o placer. Placer, por el exquisito tóxico del peligro, y arte por su carácter de caprichoso lujo, ya que –ignoro el motivo– no soy capaz de robar nada útil: ni dinero, ni medicinas ni alimentos. Sé que la utilidad, de aparecer, rompería la "gracia" que me asegura aplomo, destreza y, por ende, el triunfo. Produciría inevitablemente algún nervioso y fatal desliz. Me limito, pues, a lo superfluo (libros y cedés, como cualquiera, pero también ropas caras y fuera de mi alcance, perfumes ídem, etcétera). Descarté este rubro como medio de subsistencia.
La segunda alternativa la pensé atando cabos. Uno: tengo (siempre he tenido), aunque decirlo es odioso, pero juega aquí un papel, un "arrastre" o "levante" (en Perú se dice "jale") considerablemente fuera de lo común, que en general me incomoda. Sé que dirán que en este país machista a todas les sucede, pero les aseguro que esto no se parece a nada de lo que imaginan. Para que no suene todo tan idiota puedo suavizarlo diciendo que juzgo que no me consta superioridad alguna, ni aun estética, de modo rigurosamente fehaciente. De hecho, esto me intriga, y, por cierto, no es bueno en absoluto para alguien tan propenso a manías persecutorias e ideas paranoicas como lo soy, al fin y al cabo, yo. Alguien que en un mal día puede creer, por ejemplo, que la causa es algo vicioso, obsceno o depravado en su aspecto o perversas pasiones que se traslucen en su forma de moverse, su mirada, etcétera. No resulta precisamente halagüeño ni tranquilizador. Pero considerar la segunda alternativa se hizo inevitable ante la evidencia de que, siendo notorio que nadie deseaba de mí que desempeñase funciones previsibles en una "intelectual", no lo era menos que muchos parecían desear con alguna vehemencia que desempeñara otras. Una elemental atención a la Ley de la Oferta y la Demanda habrá hecho ya evidente a estas alturas que la segunda alternativa contemplada fue la prostitución.
[…]
Otra cosa que hago bien e incluso atléticamente es desinfectar, limpiar, etcétera, por manía. He aquí la tercera alternativa. Acordé lacónicamente con una señora ir al día siguiente con algo de equipaje a su casa y quedarme a trabajar. Casa grande, confortable, lujosa, como lo fuera la de mis padres o la de cualesquiera otros señores burgueses. Pero despertó mi interés pensar que la vería por vez primera desde la cocina y no desde la sala. Vista desde allí, me dije, sería otra. Comiendo con los empleados y no en el comedor, y durmiendo en el área de servicio, esta casa me mostraría al fin su rostro secreto, oculto a mí mientras entré a ella por la puerta principal. Me gustó anticipar esta faz misteriosa.
[…]
En la longitud sádica de un minuto más lento que mayonesa Hellman's, hay que inclinarse a limpiar algo. Y "Yo" envío a la espalda la orden: "Inclínate y limpia el piso", y ella no me obedece. No he decidido rebelarme: el cuerpo lo ha decidido sin mí. Empiezo a entender en ese minuto detenido contratiempos y catástrofes privadas antes oscuras, la malvada lógica sarcástica que pierde a los que se pierden, y confirmo algo sólo presentido al ver que es el maldito cuerpo, y no "Yo", el que no se inclina.
"Yo", mi Mente, había previsto todo y preparado la distancia interior que me situaría lejos y por encima de ésta y de cualquier circunstancia.
Pero ahora estoy en dicha circunstancia y no en mí como Mente autónoma, que a sí misma se da sus propias leyes. Esto está sucediendo en las regiones del caos, en el frenético mundo del devenir que desvanece toda teoría. Algo se ha derramado en los reinos de la pasión, la muerte y la materia, en los territorios del loco Rey Ubú que, borracho e idiota, dirige entre risotadas las Saturnales del Tiempo, donde nada persiste en su ser y todo se está borrando ya desde que aparece, donde nada es bastante consistente como para fundar certeza alguna, donde sólo hay vértigo, embriaguez, Azar y carcajadas, donde todo carece de sentido. Es aquí donde mi espalda me desobedece y no se inclina, aquí, donde el ruido y la furia celebran el jubiloso carnaval de la demencia y donde no gobernará jamás un rey-filósofo, porque el único rey aquí puede ser el Cuerpo, la Gran Trampa de Satán.

Muy patriotas


Hoy a las 7 pm en Ksa Tomada. Hacer clic para ampliar.

PD Viernes 25: Fotos del recital.

miércoles, julio 23, 2008

Montserrat Álvarez, matadora

La editorial Estruendomudo acaba de publicar el libro Matadoras. Nuevas narradoras peruanas. Una de las autoras incluidas, la gran Montserrat Álvarez, de quien no tenía mayores noticias desde la primera semana de enero, y que acaba de participar en Salida al Mar - Festival Latinoamericano de Poesía de Buenos Aires y Rosario ("Hay que ver a esta chica leer en vivo!!!" comenta Juan Carlos Moraga, presente en el Festival), "donde casi me sentí Charly de puro exitosa y carismática", me escribe para comentarme sobre su presencia en dicha antología: "Los autores de la selección fueron muy amables y por ello acepté participar de buena gana, pero me es casi inevitable sentirme muy fuera de lugar en cualesquiera reuniones de gente, sean reuniones 'reales' o impresas. Además, ahora que veo otros nombres que también figuran, no ocultaré que crece mi disgusto. (Sin ganas de ofender, ¿eh? Ni ganas de nada, la verdad. Es mero y habitual hastío a priori de toda diplomacia. Igual me gusta publicar mi cuento, y además lo que dije no importa demasiado, pues a fin de cuentas sólo es mi opinión)". Genio. Y figura.

En la foto: Montserrat Álvarez con su perro Boris. Su relato incluido "es un cuento acerca de sí mismo", señala.

martes, julio 22, 2008

Acuerdos de Feria


"No puede ser", había expresado el pasado miércoles. Y, felizmente para todos, no ha ocurrido: finalmente ALPE participará en la Feria Internacional del Libro de Lima. A dos días de su inauguración, ha concluido el embrollo CPL - PEISA - ALPE (abordado con amplitud por los distintos medios): en una rueda de prensa convocada por la Alianza Peruana de Editores y la Cámara Peruana del Libro se firmará el acuerdo al que han llegado ambas partes. La firma tendrá lugar en unos minutos, a las 4 pm, en el local de la CPL (av. Cuba 427, Jesús María). Éxitos.

PD: Vale la pena mencionar la entrevista ofrecida ayer en la sección cultural de Perú 21 por Álvaro Lasso (Estruendomudo), quien "integra la Cámara Peruana del Libro (CPL) y la Alianza Peruana de Editores (ALPE)". Lasso había manifestado que "con buena voluntad, esto debe arreglarse. Lo importante es que las editoriales pequeñas estén en la Feria, en su propio espacio, sea preferencial o no". Lasso es uno de los promotores del encuentro "Se busca editor: problemas, diálogo, propuestas", que empieza hoy
.

PD2: El acuerdo entre CPL y ALPE: los cuatro stands a un precio mejor.


PD Miércoles 23: "Acaba pleito de editores y Cámara Peruana del Libro" en la sección cultural de Perú 21. "Feria libre de líos" en la sección cultural de Correo. "Superan las diferencias" señala Giancarlo Stagnaro en la sección cultural de El Peruano. Y hoy continúa el ciclo "Se busca editor".


En la foto: Jaime Carbajal y Germán Coronado sellando el acuerdo con un apretón de manos. (Foto del miércoles 23 en Perú 21).

lunes, julio 21, 2008

La generación del 50: Un mundo dividido, 20 años después


Por Miguel Gutiérrez*

La primera edición de La Generación del 50: un mundo dividido apareció a mediados de 1988 en medio de un silencio periodístico prácticamente total. Pese a este silencio (por lo demás, recuerdo, era un silencio hostil, poblado de los rumores más encontrados), el libro con su venta casi de mano en mano fue despertando el interés creciente de los más diversos lectores. Cuatro años después la edición se había agotado, si bien es pertinente decir que de los 3000 ejemplares del tiraje, 1000 fueron requisados por la policía.

Por ciertas propuestas ideológico-políticas que contenía, por su escritura contenciosa y desinhibida y sobre todo por el momento que vivía el país, en que, con el paulatino traslado de las acciones de Sendero Luminoso a Lima, la guerra interna estaba pasando a una nueva etapa (un año después, por las calles empezaba a correr el rumor de que pronto los subversivos tomarían la capital), el libro fue recibido en los ambientes intelectuales y universitarios con irritación, temor o desconfianza, aunque también tuvo un público favorable y aun muy favorable. Según supe por diversos testimonios, a los intelectuales considerados progresistas o simpatizantes o militantes de la izquierda legal, de La Generación del 50... les disgustó, en particular, la crítica (según ellos, injusta en cuanto a su contenido e irreverente por la forma) a que se sometió a prestigiosos intelectuales, maestros universitarios y escritores, algunos de los cuales mantenían cercanos vínculos teóricos, culturales y políticos con las fuerzas que con medios legales aspiraban al cambio y la transformación del orden social de nuestro país.

Aunque no quiero dar un giro personal a este prólogo, para que se entienda cómo era la atmósfera que se creó alrededor de mi libro en los ambientes intelectuales y universitarios, debo revelar aquí que tuve numerosas manifestaciones directas de rechazo y condena (incluso, alguno de los intelectuales criticados me quitó el habla), rechazo que hicieron suyo los discípulos que por entonces habían sustituidos a los maestros en sus cátedras, y así el ensayo (y su autor) fue sometido a duros cuestionamientos tanto que, según diversos testimonios que recibí, en ciertas aulas sanmarquinas se le eligió como modelo de lo que no debía hacerse en los estudios literarios. Después de la publicación de La violencia del tiempo se me acercaron varios escritores de otras generaciones para charlar sobre cuestiones del oficio. Todos eran jóvenes narradores de talento, honestos y lúcidos, algunos ya con libros publicados, pero recuerdo que todos ellos, como si fuera una cuestión previa para establecer relaciones de amistad y evitar malentendidos en el futuro, empezaban por expresarme su disconformidad y hasta su enojo por la publicación de La Generación del 50... y centraban su crítica en las páginas que se le dedica al líder de Sendero Luminoso. En cuanto a los intelectuales que se hallaban en posiciones ideológicas cercanas a Sendero, el libro no les resultaba del todo satisfactorio, pues aparte de estar en desacuerdo con mis ideas estéticas y con algunos de mis juicios literarios, consideraban que mi lenguaje no era lo suficiente clasista (por ejemplo, no aludía a Guzmán como "Presidente Gonzalo") y que la irreverencia de mi escritura tenía un signo extraño al espíritu proletario.

Hasta antes de la derrota de Sendero, las críticas que se hicieron a mi libro fueron de carácter oral y tuvieron por escenario las aulas y pasillos universitarios, los auditorios y salones donde se llevaban a cabo reuniones culturales o literarias y, por cierto, las cafeterías, bares y cantinas. Estas reacciones no me sorprendieron demasiado, es más, me parecieron previsibles y hasta razonables, ya que después de todo yo no había escrito mi ensayo para que mis amigos me quisiesen más. Con el establecimiento del fujimorato –un momento que, tras el hundimiento o descomposición de las sociedades socialistas, coincidió con la reafirmación del orden capitalista en el mundo, el auge del neoliberalismo y la arremetida de la nueva derecha contra el marxismo-, las pasiones desencadenadas por mi libro pasaron a tener cabida en las secciones culturales de la prensa escrita y televisiva. Por supuesto, si se consideraba que La Generación del 50... era un libro que carecía de bases teóricas pertinentes y que en general los planteamientos literarios y las propuestas ideológicas políticas expresadas en sus páginas resultaban arbitrarias, erradas y perniciosas, a mi me habría parecido perfectamente legítimo, necesario y esclarecedor que se le sometiera a una crítica severa, implacable y demoledora. Pero no fue esto lo que ocurrió. Lo que hubo fue censura, excomunión y condena del autor. Lo curioso es que los ataques se tornaron más virulentos cada vez que yo publicaba una nueva novela o un nuevo libro de ensayos, lo cual me permite conjeturar que los ataques al libro y a mi persona no respondieron (por lo menos, no de manera exclusiva) a motivaciones de orden político o ideológico, sino que tuvieron que ver con los deleites que procuran las oscuras pasiones del alma, esa dimensión defectiva de la condición humana. Para tranquilizar sus conciencias todos estos críticos hallaron la coartada moral perfecta vinculándome sin ninguna prueba al senderismo que, según un reputado sociólogo, representa el Mal absoluto. Así, por ejemplo, un conocido escritor y analista político, en una entrevista que en un canal fujimorista le hizo un buen poeta de mi generación, luego de cuestionar con los términos más despectivos el valor literario de mi obra de ficción, pasó a descalificarme en lo moral y político llegando incluso a manifestar su sorpresa por el hecho de que yo no estuviera preso. Pero en este certamen de odios, la apoteosis la alcanzó un viejo crítico literario, quien, en el ardor de una polémica, por lo menos me señaló como corresponsable por los 60 mil muertos que dejó la guerra interna, y no pudo ocultar su desilusión e ira de filiación "rivagüeriana" porque yo no hubiera muerto durante el desarrollo de las contiendas que como se sabe fueron policiales, militares y paramilitares.

Las críticas más frecuentes que se han formulado a mi estudio La Generación del 50 giran en torno a Abimael Guzmán, a quien se le reconoce su condición de intelectual y miembro de dicha generación. En las pocas entrevistas que concedí en los últimos quince años casi siempre los entrevistadores empleaban alguna variante de esta expresión que implicaba ya un juicio de valor: ¿Guzmán, miembro de la generación del 50? ¿Guzmán, compañero de generación de figuras de la calidad de Víctor Li Carrillo, Augusto Salazar Bondy, Carlos Araníbar, Pablo Macera, de poetas como Eielson, Sologuren, Romualdo, Juan Gonzalo Rose, Carlos Germán Belli, de narradores como Ribeyro, Vargas Vicuña, Carlos Eduardo Zavaleta o el propio Vargas Llosa? ¿No era esto degradar el concepto de "Generación"? Pero creo que esta objeción se basa en el prejuicio. En mi ensayo, tomé como punto de partida la teoría orteguiana sobre las generaciones, pero apoyándome en el marxismo e incorporando la categoría de Clase Social y de lucha de clases, procuré conferirle bases materialista para definir y establecer las delimitaciones del concepto de Generación. Con esto me propuse superar el carácter elitista de la teoría de Ortega y Gasset, de modo que en mi estudio, y creo que de manera razonable, planteé que una generación está conformada por la totalidad de coetáneos que nacieron en un mismo momento histórico y comparten ciertos ideales en relación a la sociedad a la que pertenecen. Al respecto escribí: "...las generaciones –conformada por la totalidad de coetáneos en un momento histórico dado e insertas en las clases sociales, producto todo ello del reino de la necesidad tanto biológica como social- se irán escindiendo, agrupándose y reagrupándose como consecuencia de las opciones asumidas por sus integrantes –y éste es el reino de la libertad- frente a la lucha de clases, a los diversos proyectos en pugna –conservadores, reformistas y revolucionarios- y las formas ideológicas, incluidas las formas estéticas" [pág. 36]. (De otro lado, no puedo ocultar que también me plantearon preguntas de este tipo: ¿Guzmán, hombre de inteligencia superior, de voluntad y disciplina inquebrantables? ¿Guzmán representante del pensamiento correcto y de coherencia entre el ser y el pensar?). Ahora bien. Guzmán nació en 1934, es decir dentro del límite temporal (1920-1935) en que nacieron los miembros de las diferentes promociones que conforman la generación del 50, y no veo razón para que no se le considere integrante de la misma junto a otros activistas políticos como Luis de la Puente Uceda, Guillermo Lobatón, Juan Pablo Chang y otras figuras, incluso controversiales, como Hugo Blanco, Héctor Béjar o Ismael Frías.

Pero es el haberle conferido el estatus de intelectual al líder de Sendero Luminoso lo que suscitó las críticas más severas. Al respecto, en una entrevista que me hizo un profesor de filosofía hace cerca de diez años, declaré lo siguiente: "A ciertos intelectuales de derecha e izquierda, pero en especial de izquierda, les resultó ofensivo el que yo confiriese en mi libro un estatus de intelectual a Guzmán. No puedo retractarme. Guzmán pertenece a esa categoría de intelectual que dentro del marxismo se le conoce como intelectual de partido. A diferencia de otros intelectuales marxistas –como los marxistas académicos- que se mantienen en la periferia de los movimientos revolucionarios, los intelectuales de partido trabajan dentro de las organizaciones para construir las líneas ideológico-políticas, y para elaborar la estrategia y tácticas y alcanzar los objetivos que el partido postula... En cuanto a Guzmán... supongo que su actividad de intelectual debe haberse concretado en informes de partido, artículos de análisis político, directivas y panfletos de propaganda (que se habrán publicado sin firma en la prensa partidaria)" [Del viento, el poder y la memoria, pág. 329]. Ahora bien; lo que debe establecerse (y esto puede ser un papel de la crítica) es la real jerarquía intelectual que alcanzó AG. No conozco la tesis sobre Kant que AG sustentó para obtener su bachillerato. Según David Sobrevilla, prestigioso profesor de filosofía e intelectual de espíritu libre y democrático, considera que aquella tesis revela a un joven inteligente, coherente y disciplinado, sin que el estudio constituya ni mucho menos un aporte al conocimiento de la filosofía kantiana. A comienzos de los años 70, circuló en los ambientes universitarios un folleto con el sello del PCP con el título de Por el sendero luminoso de Mariátegui que voy a comentar muy brevemente asumiendo que AG fue el autor (por lo menos el autor principal) del mismo. Por desgracia no he podido encontrar el folleto, pero conservo con suficiente nitidez las impresiones que me suscitó su lectura. Por supuesto, el texto no se le puede juzgar con criterios exclusivamente académicos, ya que fue elaborado con fines partidarios y en este sentido tengo entendido que fue un documento importante para lo que se dio en llamar la reconstitución del Partido con miras a la lucha por conquistar el poder. Desde el punto de vista formal, Por el sendero luminoso es un texto escrito con solvencia gramatical pero sin brillantez, algo denso y también algo rezagado en cuanta a su retórica y no creo que llegue a ocupar un lugar en la historia de la prosa ensayística en el Perú. En cuanto al fondo, el folleto revela la construcción de un Mariátegui funcional, ciento por ciento maoísta, para lograr lo cual el autor hace una suerte collage de citas tomadas no siempre con pertinencia de los escritos mariateguistas más decididamente ideológicos y políticos, a partir, desde luego, de la existencia de ciertas concepciones comunes entre Mariátegui y Mao, sobre todo en relación a la feudalidad y semifeudalidad que caracterizaba a la sociedades de sus respectivos países. El resultado es un Mariátegui unilateral, ortodoxo, dogmático, que recorta las dimensiones creativas (a veces hasta la heterodoxia) de su pensamiento. En cuanto a su forma de expresión, Guzmán era un expositor (y yo tuve oportunidad de escucharlo en 2 ó 3 oportunidades en la universidad San Cristóbal de Huamanga) sobresaliente y altamente persuasivo. Con una lógica implacable (el sarcasmo era su principal recurso) examinaba un problema, criticaba y demolía las posiciones contrarias y señalaba a un público ávido el camino a seguir. Su argumentación irreprochable, tenía sin embargo un carácter deductivo, aristotélico, más bien escolástico, basado en la apelación a los textos canónicos del marxismo. Recuerdo que su argumentación seguía más o menos este esquema: esto es verdad porque lo planteó Marx y ratificó Engels, Lenin lo profundizó y amplió y lo llevó a la práctica Stalin, mientras que con Mao el planteamiento alcanzó un nuevo y superior desarrollo.

Todavía quedaría por referirse a Guzmán en su calidad de ideólogo y jefe y conductor del PCP-SL. Aunque yo no soy el indicado y carezco de la competencia para desarrollar tema tan polémico, por un imperativo político y moral no puedo dejar de hacerlo, en la medida que en mi libro por lo menos aludí a la figura de Guzmán en su condición de jefe e ideólogo. Desde luego, las pocas observaciones que expondré las haré en mi condición de intelectual independiente, pero basándome en mis viejas lecturas de las obras de Mao y Mariátegui, lecturas que ya entonces me llevaron a escribir en la página 260 de mi libro: "¿Es correcta la línea, la estrategia, las tácticas y formas de combate llevadas a cabo por el PCP-SL? Esto lo decidirá la propia práctica y la historia con el triunfo definitivo o la derrota final". No sé si Guzmán, de acuerdo a la tradición de los partidos comunistas del mundo, ha hecho un balance autocrítico a fondo (es decir, una autocrítica real y auténtica y no un simulacro de autocrítica, en el sentido que los errores se le atribuyen a cuadros subalternos o a desviaciones impulsadas por una supuesta "línea negra" que operaba en el Partido) sobre su rol en la conducción de lo que él denominó "Guerra Popular". Si como afirma Mao la práctica es el único criterio de la verdad, entonces la contundente derrota revela que la línea ideológico-política, la estrategia y las tácticas que él impulsó y desarrolló -basadas en su personal interpretación del maoísmo- fueron erróneas o incorrectas. A partir de aquí habría que preguntarse si la fuente principal de este error fue una concepción del Partido que se identificaba con la propia persona de Guzmán, lo cual, tras de su caída, debió dejar en orfandad a la organización partidaria. Todas las grandes revoluciones del siglo XX -la de octubre de 1917, la revolución china, la revolución cubana- contaron con el apoyo en diverso grado o la simpatía de la intelectualidad democrática del más alto nivel, de ahí que si no recuerdo mal el viejo Mao afirmaba que sin el concurso de los intelectuales no triunfaría la revolución. En cambio, pasando por alto las reiteradas propuestas de Mariátegui y Mao, SL, con la guía de Guzmán, desarrolló una política autoritaria, hostil (casi de desprecio) a los intelectuales, línea política que se resumía en una cita de Engels, sacada por lo demás fuera de contexto, según la cual "los intelectuales conformaban un montón colosal de basura". Esto espantó a los intelectuales y canceló la posibilidad del surgimiento de un movimiento renovador y democrático en la cultura y el arte.

El otro error grave, en verdad lamentable creo yo, es el que sin tener en cuenta la historia de las revoluciones mundiales y la figura de Mariátegui, SL proclamara la existencia del "Pensamiento Gonzalo" prácticamente apenas iniciada la guerra, sin que hubiera culminado, según su propio Programa, con el triunfo de ninguna de las etapas de la revolución. En la Unión Soviética, el leninismo como una nueva etapa del marxismo ("como el marxismo en la etapa del imperialismo y las revoluciones proletarias") fue anunciado y fundamentado unos años después de la muerte de Lenin, ya en plena construcción del socialismo. En cuanto a China Popular empezó a hablarse del "Pensamiento Mao-Tsetung" a comienzos de la década de 1960, en los meses que precedieron a la revolución cultural proletaria. Nunca llegué a entender con claridad este concepto de "Pensamiento", pero en cualquier forma la dirección ideológica, política y militar de Mao pasó por durísimas pruebas a lo largo de más de cuarenta años de luchas, período que culminó con el triunfo de la llamada "revolución de nueva democracia" y el establecimiento de la sociedad socialista. Hay, por supuesto, muchas otras críticas que se deberían hacer, pero yo terminaré refiriéndome a la caída de Abimael Guzmán, pues era una figura que por el papel que desempeñó dentro y fuera del Partido ya no se pertenecía a sí mismo sino a la causa popular que, creo entender, debe estar por encima de jefes y líderes. Sé que se han dado diversas razones para explicar y justificar la forma en que cayó el líder de SL, entre éstas la que más trascendió al público general sostiene que Guzmán decidió preservar su vida para evitar la descomposición o desaparición del Partido, pero este razonamiento se basa, como dije líneas arriba, en una concepción errada, ya que implica una suerte de consubstanciación casi mística entre Guzmán y el Partido. Recuerdo que mientras veía por la televisión las incidencias de la caída del "Presidente Gonzalo", acudieron en tropel a mi mente sucesos, escenas e imágenes sobre el altísimo costo que significó para el pueblo peruano y los propios combatientes el desarrollo de la guerra. Entonces recordé la primera visita que hice a un familiar en El Frontón. A la entrada del pabellón de los prisioneros de guerra había un enorme cartel, en el que se leía esta cita de Mao: "Quien se atreva a ser cortado en mil pedazos podrá desmontar al emperador", y como lo fui sabiendo, no se trataba de una frase retórica o demagógica, pues no pocos militantes murieron de esa manera, literalmente, pero ahora el "Presidente Gonzalo", según veo por televisión las incidencias de su apresamiento, ha olvidado la vieja sentencia maoísta.

Expuesto lo anterior, la pregunta que se impone es la siguiente: ¿Por qué, entonces, tentar otra vez a las Furias con una nueva publicación de libro y autor tan execrados? En este sentido, amigos muy queridos me han indicado la inconveniencia de lanzar una segunda edición de La Generación del 50, en momentos que, haciéndose eco de la doctrina Bush, y con el apoyo de ciertos intelectuales liberales y de la derecha tradicional, el gobierno aprista impulsa un nuevo maccartismo, satanizando indiscriminadamente con el epíteto de terroristas, a los luchadores sociales y a los críticos y opositores del régimen y el sistema neoliberal. Con ser ésta una situación que debe tomarse en cuenta, ni la conveniencia política ni el llamado a una razonable prudencia constituyen a mi entender motivos suficientes como para renunciar a un proyecto que he ido posponiendo desde hace algunos años porque las propuestas editoriales que se me hicieron carecían de la seriedad debida. Como puede verificarlo cualquier lector sin prejuicios políticos, mi trabajo sobre la generación del 50 se despliega en el territorio del debate (o si se quiere, del combate) de las ideas, lo cual, si no me equivoco, es un derecho constitucional. Como señalé en el prólogo a la primera edición, este cuerpo de ideas conforma un pensamiento situado que teniendo como principal soporte el marxismo, incorpora todo lo que hay de nuevo e incitante en el pensamiento contemporáneo. Pero debo añadir enseguida, que asumí las ideas marxistas, en especial las ideas de Mariátegui y Mao, en mi calidad de intelectual independiente o para usar un término que no me satisface demasiado, como intelectual comprometido, sin vínculo orgánico con ningún partido de la izquierda peruana.

Ahora bien; ¿qué causa, digamos categórica, me habría obligado a no reeditar mi libro? O planteado de manera afirmativa: ¿qué razones justificarían la reedición de La Generación del 50, más allá del hecho que desde hace muchos años se agotó la primera edición y que existe una cierta demanda, tanto que en los medios universitarios circule en fotocopias? Pensando en esto, cuando se presentó la posibilidad concreta de llevar adelante una segunda edición, me propuse hacer después de más de quince años una lectura de mi ensayo completa, minuciosa, objetiva y desapasionada hasta donde esto es humanamente posible. He aquí las dos conclusiones a las que llegué.

La Generación del 50: un mundo dividido es, sin duda, un libro controversial, de escritura vehemente, algunos de cuyos planteamientos de tipo político han sido desmentidos de manera implacable por la propia realidad del país. No obstante, el libro posee ciertas cualidades, suficientes creo yo, como para merecer una nueva edición. En primer lugar es un estudio serio, estricto en el manejo de las fuentes bibliográficas, que ofrece un cuadro relativamente completo de una generación insertada de manera activa en el proceso de la cultura y la historia de la sociedad peruana. Las páginas dedicadas a sus principales integrantes –poetas, narradores, pensadores sociales- contienen observaciones, reflexiones y juicios sobre sus obras, las mismas que conforman un punto de vista particular para entender desde otra perspectiva a tan importante conjunto generacional. La segunda parte del libro –la parte que mayores enojos y malentendidos suscitó- está dedicada a lo que según la fórmula sartreana se denominó "el compromiso social del escritor". En el prólogo a la primera edición hice referencia a los sentimientos que tuve que vencer para escribir sobre este aspecto de la condición intelectual que tiene que ver con cuestiones de ideología y política y en particular con la relación entre el ser y el pensar de figuras destacadas de la generación del 50, cuando está de por medio el poder político. Tarea en sí mismo ingrata, en mi caso resultó dolorosa porque sentía (y aun siento) admiración y respeto por los intelectuales y artistas cuyo pensamiento y conducta examiné, con la mayoría de los cuales, además, mantenía lazos de amistad, en mi condición de discípulo o hermano menor. Por eso no pude evitar que me invadiese alguna aprehensión al enfrentarme tantos años después con estas páginas, pues temía que ahora me resultasen impertinentes, sin sustento racional, profusas en adjetivos y de torpe ironía y en suma injustas. No niego que algunas pasajes o frases pueden sonar demasiado exaltadas, pero todo lo que ahí se dice está refrendado por el análisis de los textos de los autores tratados o por el examen de conductas concretas, objetivas, del escritor frente a la situación política del país. De modo –lo comprobé- el lector no se encontrará ante la adjetivación gratuita, el vituperio, la estigmatización, o la difamación siempre abominable de ninguno de los escritores tratados. Es más, he cuidado –por íntima convicción- de descalificar estéticamente una obra por las concepciones ideológicas de un autor, incluso si este hubiese observado una conducta reprobable desde el punto de vista moral y político en un determinado momento de su vida. Así, por ejemplo, a Julio Ramón Ribeyro (el caso más lancinante que tuve que abordar) se le crítica con dureza por haber recibido la Orden del Sol de manos de Alan García pocos meses después de la matanza de El Frontón en junio de 1986. Sin embargo en la primera parte de mi libro le dedico un amplio ensayo sobre su poética del cuento en los términos más encomiásticos, pues Julio Ramón fue uno de los integrantes más representativos de la generación del 50 y sin duda es el mejor cuentista de toda la narrativa peruana. En suma, las críticas anteriores pueden considerarse severas y cuestionables o parciales y unilaterales, pero no injustas, y si las llevé a cabo no fueron por oscuras pulsiones sino por los imperativos del pensamiento asumido.

En segundo lugar, La Generación del 50 constituye un documento sobre una época en que todas las producciones culturales, literarias y artísticas llevaban la huella de la cruenta y prolongada guerra interna que se desarrollaba en el territorio peruano. Es más, y para decirlo con el viejo estilo, el elan que recorre de la primera a la última página de mi libro es el hecho de la guerra, situación que generó incertidumbres, miedos y expectativas que repercutieron en la vida íntima y social y en las formas de conciencia en las que cristaliza lo que algunos filósofos denominaban "el espíritu de la época". De modo que mi libro, además de ser un estudio sobre una generación, contiene el testimonio de un yo que no se oculta en aras de una ilusoria objetividad sino que se muestra implicado emocional, moral y políticamente con uno de los momentos más críticos de la historia del país, pues, como se sabe, para algunos historiadores la guerra interna resulta comparable a los momentos de la Conquista y la derrota del Perú en la Guerra con Chile. Y es esta dimensión testimonial la que confiere singularidad a mi trabajo, frente a otros del mismo tema, algunos de los cuales son estudios serios y valiosos en el área de las investigaciones académicas.

El carácter testimonial de mi estudio determinó su forma ensayística, su escritura y estilo. Discurso libre que navega entre la literatura, la filosofía y la ciencia, el ensayo posee una estructura muy dúctil en la que pueden tener cabida el relato, el testimonio, la crónica, el diálogo y cuyo destinatario –lo dije ya en el prólogo a la primera edición- es el lector común, no especializado, aunque sí amante de las aventuras del pensamiento y la imaginación. Por eso el ensayo era la forma que más convenía a un estudio que, como dije antes, no oculta el yo, que incorpora la subjetividad en el proceso de racionalización de una problemática determinada. No me cabe duda que las vicisitudes de esta subjetividad –subjetividad, debo decirlo ahora, asediada por distintos requerimientos- fue lo que imprimió el ritmo de la escritura y el tono del lenguaje y estilo. Tendría que hablar de mi situación personal para que esto se entienda mejor; sólo diré que mi situación era muy contradictoria y vulnerable, sobre todo porque seres muy queridos y ligados a mi vida habían optado de manera soberana y libre por lo que Sendero denominaba Guerra Popular. De modo que mientras esperaba las noticias que por desgracia fueron inevitables, en un alto de tres meses a la redacción de mi novela La violencia del tiempo, me entregué a la escritura de mi ensayo no pocas veces a la luz de las velas de mi hermoso candelabro ayacuchano, con un trasfondo de dinamitazos, descargas de los FAL y el desplazamiento pesado y bronco y amenazante de los tanques del ejército.

Fue, recuerdo, una escritura febril, ansiosa, eufórica por momentos, que se desplegó en una sola y dilatada secuencia sin ningún punto aparte. El resultado fue un libro que sobrepasó el ámbito de los estudios académicos y que se podía leer como un relato, con personaje y escenarios, o como una vasta crónica que recreaba la atmósfera de los ambientes culturales, políticos y bohemios de la época. Como dije al comienzo, tengo la convicción que La Generación del 50 contiene reflexiones, observaciones y planteamientos sobre la poesía, la narrativa y el pensamiento social y la trayectoria vital de sus autores que aún pueden tener algún interés para los nuevos estudiosos del tema; pero si esto fuera negado, el libro tiene otros valores (y esto me lo hicieron saber lectores que cuestionan sus fundamentos teóricos y sus propuestas de orden político e ideológico), valores derivados de las convicciones del autor, de la forma y la intensidad y fluidez de su escritura. En conclusión, y con riesgo de parecer soberbio, puedo afirmar que La Generación del 50: un mundo dividido merece una segunda edición porque no es un libro mediocre, opaco, gris, neutral, y si su autor debe ser condenado lo será a alguno de los círculos del infierno, mas no a aquel espacio triste y ominoso en que son confinados los que carecen de pasiones e ideales por qué luchar.

La presente edición reproduce escrupulosamente la versión original. Pero como quiera que la primera edición se efectuó en condiciones difíciles y precarias, se ha procurado limpiar el texto de incorrecciones gramaticales y de puntuación. Sólo he eliminado dos adjetivos por considerarlos innecesarios y he agregado a una integrante más de la generación del 50, cuyo nombre había omitido por falta de información segura.

Miguel Gutiérrez, marzo-abril 2008


* Prólogo de la segunda edición.

En la foto: Tomás G. Escajadillo, Miguel Gutiérrez, Hildebrando Pérez y Dante Dávila la noche de la presentación en la Casona de San Marcos.

domingo, julio 20, 2008

Alonso Cueto y la inclusión

Hoy Francisco Tumi entrevista en toda la extensión de la página A-2 de El Comercio a Alonso Cueto, para quien "el gran reto ahora [en el Perú] es el de la distribución y el de la inclusión. Finalmente, lo menos complicado es aplicar fórmulas económicas y políticas para que las cosas mejoren. Estamos en eso. El problema de fondo son los estratos culturales y sociales. Si no hay una transformación social y cultural, no importa que los problemas políticos o económicos se arreglen: seguiremos siendo un país deficiente. La solución de fondo tiene que ver con la mentalidad, con la actitud, con la educación de nuestra población".

En la foto: Alonso Cueto. "Hasta ahora, la brecha que divide a los peruanos se mantiene, y la principal causa es que persiste la discriminación", afirma.

sábado, julio 19, 2008

Dos sobre Ayacucho

SON POCOS, PERO SON. "De acuerdo con el gobierno, no son más de 50 los militares de Estados Unidos en Ayacucho, la mayoría de ellos médicos e ingenieros que trabajan en acciones humanitarias y no portan armas", informa el diario El Comercio. Para Ántero Flores-Aráoz, que en la coyuntura actual ostenta el cargo de Ministro de Defensa, se trata simplemente de "una misión humanitaria" que busca "llevar apoyo y solidaridad a las poblaciones más pobres de la región". En realidad, el propósito de estos militares sería combatir lo que denominan el "populismo radical".

RUPAY. La edición de esta semana de Caretas 2036 publica un reportaje de Rebeca Vaisman sobre Rupay: Historias de la violencia en el Perú, "una narración gráfica de 120 páginas sobre el inicio de la guerra interna, el periodo 1980-84". El libro es autoría de Jesús Cossio (Callao, 1974), Luis Rossell (Lima 1966) y Alfredo Villar (Lima, 1972). Según explica este último, "el informe de la CVR es la investigación más amplia [que sirve al libro como fuente]. Pero [dicho informe] tuvo que ubicarse desde la perspectiva del Estado –lo que nosotros no tenemos que hacer– y ciertas conclusiones tienden a no exacerbar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas. Incluso había un comisionado de las FF.AA, pero ninguno de las asociaciones de deudos. Eso se puede criticar a la CVR".

En la foto: una de las páginas de Rupay, sobre el caso Uchuraccay. Esta obra se presenta el viernes 25 en la FIL-Lima, y posteriormente en la ciudad de Ayacucho.