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lunes, mayo 26, 2008

Más Augusto Higa

La sección cultural de La Primera publicó ayer una entrevista al narrador Augusto Higa Oshiro a propósito de su reciente novela La iluminación de Katzuo Nakamatsu. "Para los marginados como Nakamatsu, la soledad, el absurdo, la locura, la muerte, los rencores y los odios, aparecen como una continuidad; en ese sentido posee todos los complejos del excluido social, frente a miedos y carencias. La decisión de Katzuo es enfrentar su destino con dignidad y en su desvarío quiere rendir homenaje a Martín Adán y Etsuko Untén", comenta Higa. Valga mencionar que Untén es "un japonés que lideró en Lima, durante la guerra mundial, un movimiento de apoyo al Japón", como señaló el lunes pasado Javier Ágreda en su reseña a la novela. Otra reseña es la aparecida ayer mismo en El Dominical de El Comercio, escrita por Gabriel Espinoza Suárez. "De pie frente a una ventana abierta, un hombre ve pasar una mariposa e intenta atraparla, sin lograrlo. Esa es la escena final de Japón no da dos oportunidades (1994), libro testimonial de Augusto Higa Oshiro. Con ese recurso poético, Higa revela compasivamente el desarraigo de muchos peruanos nisei, que viajaron con ilusión a la tierra de sus ancestros para integrarse a la sociedad japonesa contemporánea y que, en cambio, descubrieron que eran considerados extranjeros. En la novela La iluminación de Katzuo Nakamatsu (Editorial San Marcos, 2008), Higa utiliza semejantes recursos poéticos. Y merced a una prosa compacta ha obtenido una de las novelas más desgarradoras de la literatura peruana", señala.

En la foto: carátula de la novela, la cual narra una historia que "representa la pasión de un artista que encara a sus demonios y, ante la adversidad, busca un punto de equilibrio para iluminar humanamente al lector", afirma Espinoza Suárez.