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viernes, noviembre 09, 2007

Nuevo director de Caretas

Por Enrique Zileri Gibson*

Tenemos aquí a un periodista particularmente fogueado y versátil de 46 años de edad. También a un veterano. Publicó su primera nota en Caretas en 1981 denunciando un caso de daño ambiental en Lima. Pero donde realmente se confirmó que tenía pasta el muchacho fue en Nueva York en 1984. Había sido reclutado como estudiante para ayudar a cubrir la visita del Presidente Belaunde a la ONU. Los colegas acreditados en la delegación fuimos contenidos por una barrera policial mientras lo veíamos colarse inexplicablemente en el ascensor de Pérez de Cuéllar conversando animadamente con FBT hasta el sacrosanto piso 39. Allí adquirió una fama de paracaidista seductor bien merecida.
Caretas celebró su edición Nº 1000 en 1988 con un excepcional concurso de máscaras tradicionales, y fue Marco Zileri quien lo organizó, reclutando el invalorable concurso de Arturo Jiménez Borja.
Previamente había realizado los reportajes más diversos, desde uno que documentaba el ancestral sistema de los huaru huaru puneños que regulan inundaciones y sequías, hasta otro que denunció la tortura de diez inocentes, incluyendo a tres mujeres. Para registrar su testimonio introdujo clandestinamente una cámara en la cárcel de Quencoro en Cusco. Poco después de publicado su informe todos fueron liberados.
Marco Zileri creó las ediciones de Caretas Norte y Sur, enrolando talentos en provincias, esfuerzo que años después sería aplastado por la inflación.
Recientemente visitó la India para estudiar a ese gigante que despierta digitalmente (Caretas 1978), pero mucho antes había trabajado en Kenya y Etiopía, en la Antártida y Suiza, en las islas Malvinas, en Bolivia y Ecuador.
En Quito acordó con Benjamín Ortiz de Hoy, quien eventualmente sería canciller de su país, intercambiar comentarios con Caretas en el preámbulo del acuerdo de paz de 1998. Después ha entrevistado tanto al general Paco Moncayo como a varios presidentes. Por ejemplo, Carlos Meza de Bolivia, Vicente Fox de México, nuestro Valentín Paniagua.
Y una de sus mejores crónicas registró el periplo accidentado pero divertidísimo del avión parrandero de Alejandro Toledo por playas brasileras, y trattorías próximas al Vaticano.
En realidad, el fichero de Marco Zileri Dougall suma centenares de artículos, pero su trabajo más exigente en el último lustro ha sido el de editar el cierre final de las ediciones –una tarea que en una revista como Caretas es semejante a armar un rompecabezas bajo la presión del reloj.
Felizmente, como se verá en el postón de este número, esta vigorosa generación está integrada por periodistas del calibre de un Jaime Bedoya, quien también es un joven veterano, y con profesionales del talento de Enrique Chávez, Américo Zambrano y otros con otras.
Además, los que pasan más arriba no es que se retiren del todo o suban al cielo. Todavía.


* Publicado en Caretas 2001.
En la foto: Enrique y Marco Zileri. Relevo post-2000.