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viernes, junio 22, 2007

Paul Auster y Enrique Vila-Matas: diálogo en Nueva York

La sección cultural del diario El País publica un artículo de Bárbara Celis en el que da cuenta de un encuentro literario entre los novelistas Paul Auster y Enrique Vila-Matas en el Instituto Cervantes de Nueva York. Tal y como se lee: "Vila-Matas, con voz queda, se declara uno de los más antiguos lectores españoles de Paul Auster. 'Descubrí el libro El arte del hambre y desde entonces lo leí todo', asegura. 'Recuerdo con fascinación al detective de La trilogía de Nueva York. Y las dos veces que he estado en Nueva York he acabado, sin darme cuenta, en Central Park, acordándome sin querer de ese libro. Esta mañana a las siete ya estaba allí otra vez'. A ambos se les cuela la vida en la literatura, la ficción en la vida y, sobre todo, la literatura en sus novelas. Y de ello han hecho un arte. 'En mi caso es una casualidad absoluta. Una vez escribí un texto en el que me planteaba esto mismo. Lo titulé De lo contrario sería Auster. Y en él me cuestionaba por qué no era Auster. Indignó a los lectores mexicanos de la revista Letras libres, porque dijeron que ya sabían que yo no era él'. En el caso de Auster, en cambio, se trata casi de una reivindicación: 'Siempre me ha extrañado que en las novelas la gente no lea libros. Así que en las mías, los protagonistas sí leen. Y me apasionan las historias que nacen de otras historias, no sé por qué'. Auster quiere saber si Vila-Matas cambia de registro cuando pasa de la novela al ensayo. 'No', responde Vila-Matas, 'pero a menudo me gustaría ser otro. Levantarme por la mañana y descubrir que soy, por ejemplo, Louis-Ferdinand Céline. Al final, sin embargo, siempre acabo encontrándome conmigo mismo'. 'Sí', añade Auster, 'cada vez que huyes de ti mismo, al final te vuelves a encontrar contigo. A mí también me pasa'. Vila-Matas confiesa haber cometido el error de intentar a veces escribir pensando en otro, algo que Auster dice no haber hecho nunca. 'Yo no escribo para nadie en concreto, escribo para alguien que no sé quien es'. Para Vila-Matas, 'escribir es una aventura, y parte de esa aventura tiene que ser divertida'. Auster coincide en llamarlo 'aventura'. Pero para él no es 'divertida'. Prefiere definirla como 'una forma de abandono'. 'Yo me pierdo a mí mismo en las palabras y la historia', asegura".

En la foto: Paul Auster y Enrique Vila-Matas.