zonadenoticias

miércoles, enero 31, 2007

Watanabe, Quiroz, Santiváñez: tres poemas

A continuación incluyo tres poemas de tres distintos libros de poesía peruana publicados en el 2006. El primero pertenece al poemario Banderas detrás de la niebla de José Watanabe. El segundo a Médula de Rubén Quiroz, con el que consiguiera el Premio Blas de Otero de Poesía de la Universidad Complutense de Madrid. Según refiere una breve nota del autor incluida al final del libro, el mismo (conformado por trece poemas numerados) "fue escrito en una sola noche de insomnio, en mi refugio madrileño". Médula se abre con unos versos de Watanabe extraídos de su poemario de 1994 Historia natural. Finalmente, el tercer poema pertenece a la selección de poesía de Róger Santiváñez Dolores Morales de Santiváñez. Se trata del último de los poemas (dividido en dos partes), el cual forma parte de la breve sección "Dos hallazgos [de 1984]". Incluyo al final de cada poema el número de página en el que aparece en el libro respectivo.


LOS BÚFALOS

Pon el oído en la tierra, escucha
la estampida de los búfalos
y dame la razón: ¡quién
más terrestre y cuadrúpedo que un búfalo!

Si hubiera algún conejo
en la ruta de los búfalos, la tierra
no nos traería sus brincos asustados.
Ella sólo recoge el furor ciego, no la muerte
del suave conejo
entre los cascos de la horda. (16)



13

por eso al final
sin más crueldad que el sol
sin más saliva que el estrago
y con todos los huesos faltantes

no evitaré mi boca ni la altura que depende de la invisibilidad tras tu lluvia negra
y ante la posible pregunta
de tu carne verde
de tu alma lila

te ofreceré mi Herida
tan azul cual indicio de violencia

no tengas miedo
no moriré
por lo menos antes que los huesos del hermano perro vuelvan a crecer (33)



A LA MANERA DE UN POEMA DE APOLLINAIRE

Hay un poeta que sueña con la pequeña
Hay una pequeña exquisita en la vasta Lima
Hay una cama de dos plazas donde dejaste
que besara tus lindos senos
Hay toda la vida
Y yo te adoro

2

Te amo mi pequeña
Te amo mi querida luna de enfrente
Te amo cuerpo delicioso de 16
Te amo vulva cerrada
Te amo seno izquierdo paradito
Te amo seno derecho blanco
Te amo pezón derecho bajo el fino polo
Te amo pezón izquierdo como la puntita
de un iceberg dorado
Os amo nalgas delicadamente colocadas
sobre la cama para que yo las contemple
Te amo trenza castaña
Os amo axilas frescas niñas
Te amo curva de los hombros dulcemente
redonda cuando te volteas y me miras
Te amo muslo de alabastro
sentada al filo de la cama
poniéndote el blue jean que me gusta
Os amo orejitas para las que preparo
mis más lindas frases de cariño
Te amo cabellera negra rescátame
de los amores perdidos
Os amo pies rosados uñas rosadas
Te amo lomo imponente y tan frágil
como tu nombre de pétalo de rosa
Te amo espalda de virgen que me dejaste
levantar curvándote con
la suavidad del desmayo
Te amo boca oh mi sueño mi corazón
latiendo locamente
Te amo mirada tierna e inteligente
Os amo manos cuyo movimiento
cuando hablas me hechiza
Te amo nariz con 2 huequitos negros
Te amo con tu caminada desafiante y ondulada
Oh pequeña te amo te amo te amo
(257-258)


En la foto: Rubén Quiroz.

Calderón Fajardo, Lauer, Reynoso: tres fragmentos

Incluyo breves fragmentos de tres libros de narrativa peruana publicados en el 2006. El primero proviene del libro de cuentos Historias de verdugos de Carlos Calderón Fajardo (cuya edición a cargo de El Santo Oficio ha podido estar un poquito mejor, lo digo sobre todo por ese corte de página que parece querer llevarse consigo las letras de los relatos), el segundo de la novela Órbitas. Tertulias de Mirko Lauer, y el tercero del libro de relatos Las tres estaciones de Oswaldo Reynoso.

En la cena de despedida, en casa del poeta Elqui Burgos, Andrés Montero había comentado el encuentro con la artistas francesa. Era frecuente cruzarse, ante luminarias del cine francés en el Barrio Latino, con Jean Paul Belmondo o Alain Delon. Caminaban con ropa sencilla entre la gente, como un parisino más; Belmondo siempre andaba en jeans y camisa de manga corta, pero Anouk Aimée, que usaba bellos abrigos y siempre un pañuelo al cuello, era especial. Montero no recordaba el chiste del siempre ocurrente Tancredo. Ese día, Andrés Montero había reído a carcajadas sin imaginar que nunca más vería a su amigo. ¿Pero de qué se había reído? Por más esfuerzos que hacía, le era imposible recordar ese chiste. Cómo iba a imaginarse Montero que el zambo Tan había buscado eludir la conversación sobre Anouk Aimée. Elqui y su esposa colombiana Mélida criaban en una peceras peces rojos de espléndidas colas y ojos saltones; en cambio, la mascota del zambo Tan era una extraña iguana verde, que nunca era la misma. Porque se comentaba que el zambo criaba iguanas para comerlas, y solía comentar que el sabor de la carne de iguana se parecía a la de la gallina.
La triste noticia le llegaría a Andrés, un par de años más tarde, estando ya reinstalando en Lima de manera definitiva: "Se murió el zambo Tan" –decía Elqui, en su carta-. Y, muchos años después, cuando Andrés Montero cruzaba el cielo de vuelta a París, como una pluma que cae en el vacío, intuía que lo esperaba un mundo irreconocible. Temía Andrés enfrentar lo que repetían con insistencia en sus cartas aquellos que decidieron permanecer en París. "El mundo que tú conociste ha muerto", le decían. En el avión, Montero intentó revivir un trozo de música, un gesto, una palabra dicha por alguien; un atisbo desde esa sombra que se iba apagando; la punta de un hilo de donde jalar, hasta dar con la verdadera identidad de la mujer cuyo rostro había obsesionado a Tancredo Luna, al punto de pintarlo mil veces. Recordó la buhardilla de Elqui, en el séptimo piso de un inmueble cenizo, en la Avenida Georges Mandel, y unos metros más allá la puerta verde del cubículo donde vivían dos fieras: un par de sirvientas protuguesas provenientes de una minúscula aldea cerca a Coimbra. Recordó, además, el taller de Tancredo, una puerta de las tantas de ese laberinto aéreo. Pero sobre todo recordó los peces rojos y la iguana verde. (Calderon Fajardo, "La mano izquierda de Dios", 13-14)



Antes de prepararme para salir a ese perlado mundo de focos encendidos, con un expresso recalentado delante de mí, le paso revista a mi sueño de hoy, que es más o menos así: siempre comienza con la frase Ça commence, desde hace dos días un vapor con velas arriadas hace cola ante el puerto con otros seis, anclados a unos cien metros de distancia del faro, esperando que en la orilla las olas se calmen para que los barcos que han coincidido frente al puerto puedan depositar pasajeros y carga. Pero a pesar del leve mar de fondo, de las inmensas olas en la orilla, de los tumbos y de la demora, mar afuera sobre las cubiertas de los barcos es una noche tranquila, bañada por una luz de luna llena abalsamada por un viento caliente de febrero. Cada tanto reaparece la ronda de los mojados lomos de bufeo, cortando el agua de color de un ópalo veneciano con decisivas cuchilladas curvas, entre alegres y solemnes. Las naves ancladas se mecen en racimo, como otros tantos cetáceos de mojado uniforme, y por momentos parece que en sus puntas las colgaduras de las mástiles en cualquier instante fueran a enredarse ansiosas unas con otras.
Las empresas navieras instalan sobre las cuatro cubiertas más elegantes pequeñas mesas con manteles cuadriculados de damasco blanco para una cena tardía, y en ese ambiente gregario algunos audacesse dan saltitos en bote para unirse a las tertulias de otros barcos. En todas la conversación es parecida: los que esperan desembarcar cuanto antes y los impacientes por seguir caleteando hacia puertos de más al sur, el estraño verano que parece traer más clima nublado que de costumbre, los meritos comparados de diversos dulces de Ica, Moquegua, Pisco y La Serena, temas de la política no polémica, todos orientados a reforzar la simpatía de clase en lo que finalmente no deja de ser una suave emergencia: barcos detenidos por una noche entre las cabritillas, y conversación amable pero alerta entre cuatro de los seis capitanes. (Lauer, 15-16)



Entonces, recuerdo, Max, que el Doctor Corbacho de la Jara disertó largamente sobre las referencias de la cultura griega que se encuentran en las obras de Marx y sobre la estrecha relación que había entre la vanguardia literaria y artística con la revolución y que había el peligro de la abolición de la subversión del espíritu en un régimen socialista. Me agradó bastante que hablara de Rimbaud y además quedó en prestarme una Antología de la Poesía Francesa donde encontraría algunos textos de los Cantos de Maldoror y fíjate, Max, que ahora el profesor Moreno Jimeno en sus clases de literatura nos habla también de la vanguadia y de la subversión del espíritu. Por último, nos ilustró sobre el significado del mito de Narciso en la cultura occidental. Todos los jóvenes que habíamos concurrido esa tarde a su casa lo escuchábamos embelesados. Solo el estudiante universitario movía de un lado al otro la cabeza tratando de disimular su disgusto. Hace poco me informaron que al doctor lo habían acusado de ser un burgués decadente. Al despedirme, quedé en volver. Y no se pierda la plusvalía, se despidió el Doctor Corbacho de la Jara, dándome ligeras palmadas en el hombro. Y joven poeta, mucho cuidadito con la bohemia que arrastra; el marxismo exige disciplina en el pensamiento, en la vida, y movía el índice de la mano derecha y yo atolondrado subía y bajaba la cabeza. Y ese fue el inicio de mi incorporación a la Juventud Comunista. (Reynoso, "Primera estación", 33-34)

En la foto: Oswaldo Reynoso.

martes, enero 30, 2007

Hospital

Quiero dar cuenta de la bella edición (de 800 ejemplares) realizada al poemario póstumo de Pablo Guevara Hospital (Lima, Editorial San Marcos, diciembre 2006, 56 pp). "Hospital es una edición de homenaje preparada por Carlos Carnero, Rafael Espinosa, Gladys Flores, Gonzalo Portals, Rubén Quiroz y Rodolfo Ybarra. Ellos quieren testimoniar su enorme deuda con Rodolfo Loyola y Percy Encinas por su desinteresado aporte en el diseño gráfico y el cuidado lingüístico", se lee en la página de créditos. El libro está dedicado "a Gladys 'lopétalo' por su orgullo, integridad, humor y audacia / a Rubén y Rafael 'arcángeles entrañables de la poesía' / a Gonzalo, a Carlos, a Rodolfo y Alberto 'aventureros de selvas oscuras' / y a José Farje Cuchillo por su poesía y sus apellidos talibanes // a mis 'donantes' poseedores de esos preciosos rojos / ámbares azules verdestopacios turmalinas rubíes diamantes / zafiros –alumnos queridos de las universidades". Al final de los poemas los editores escriben la siguiente nota explicativa: "Pablo Guevara ingresó de emergencia al Hospital Edgardo Rebagliati el 28 de agosto de 2006 y permaneció internado hasta el 11 de setiembre. En ese lapso se le diagnosticó leucemia mieloide. Entre el 6 y el 27 de octubre estuvo nuevamente en el lugar debido a un cuadro de neumonía. / Hospital fue escrito entre el 3 y el 11 de setiembre, en el cuarto 661, durante su primera permanencia. Entre el 11 y 30 de setiembre el poeta lo concluyó en casa. / Pablo Guevara murió el 1 de noviembre de 2006". El libro incluye un Postfacio con tres textos. "Cantío transoceánica" de Rodolfo Ybarra (el cual lleva como epígrafe unos versos de Rubén Quiroz, quien tomó la foto de Pablo Guevara que incluyo en este post). "Rema a toda máquina con sus brazos de pulpos luminosos. Aletas magmas. Se hace dueño del mar. Eterno del mar", escribe Ybarra. El siguiente texto, "A un lado, el desmoramiento", pertenece a Gonzalo Portals Zubiate, quien expresa lo siguiente: "Pablo luchó, Y no era un barco solo para los otros, qué duda cabe para quienes lo vimos en sus horas finales. Giró haciéndonos girar. Epifanía que propone reponer al hombre de su mortificante imposición para recorrer distancias y alcanzar velocidades que no suponen ganancia alguna". Finalmente, se incluye el texto de Gladys Flores "Pablo, he aquí que tu amor puede con mi duelo" en el que dice: "Se me ocurre que la poesía es para ti un poderoso instrumento para seguir viviendo, para impulsar proféticamente tu muerte; es un desafío a la muerte, no para demostrar tu desafío a los otros, sino para ti mismo. Tu innegable necesidad de ver Hospital editado me asombra. Es la última esencia de tu memoria y me apuras; pese a que ya casi no respiras, ni hablas. Resistes. Veo cómo soportas la experiencia doliente del cuerpo y así haces y eres poesía".
A propósito de Pablo Guevara. El narrador Alejandro Sánchez-Aizcorbe C. acaba de publicar lo que la propia nota de prensa difundida por el autor señala como una "polémica tesis doctoral" (obtenida en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Kentucky): Voces profético-apocalípticas de siete autores peruanos contemporáneos. ¿Los autores estudiados? José María Arguedas, Julio Ramón Ribeyro, Pablo Guevara, Mario Vargas Llosa, Dante Castro, Alonso Alegría y Abimael Guzmán. Así mismo.

En la foto: Pablo Guevara.

lunes, enero 29, 2007

Noam Chomsky, Nelson Manrique y Octubre

CHOMSKY. Ernesto Carlín Gereda publica hoy en El Peruano (y republica en su weblog El tanque de Casma) una interesante entrevista a Noam Chomsky. Dos preguntas. "Según su apreciación, el camino que le queda a América Latina es el de la unión de los países": "La integración es entre los países, pero va paralela a la superación de una aguda separación de clases. Es parte del mismo asunto. Los latinoamericanos son víctimas de un neocolonialismo, además de los enormes problemas internos que enfrentan. Eso se ve muy claro si comparamos la región con los cambios en Asia Oriental en los últimos 50 años. Vamos a ver que América Latina es más rica en recursos, sin embargo, eso no ha influido en su desarrollo. En contraste, Asia Oriental ha tenido un rápido crecimiento industrial. Su sociedad es ahora una sociedad industrial. La diferencia es muy pronunciada y uno se pregunta por qué". "¿Qué otras diferencias ve entre Asia y América Latina?": "América Latina tiene una de las peores calidades de vida del mundo, mientras que en el Extremo Oriente es diferente. En esta parte de América los países prácticamente no se responsabilizan de la vida y la salud de su población, mientras que en Asia sí lo hacen. La exportación de materias primas no ha significado para América Latina una mejora en la salud. Sin embargo, en el mismo período los países de Asia Oriental han capitalizado sus ingresos en programas de desarrollo como mejora tecnológica e impulso y protección a su industria. Ellos han seguido el camino de las naciones desarrolladas como Estados Unidos, Inglaterra o Alemania, que tal vez no se rigieron por los principios liberales y sí por principios de protección y mejora de la tecnología. Países como India o China han realizado así un gran avance desde lo que eran en el siglo XIX".
EISHA. Asia. "Asia, al sur de Lima" se titula el imperdible artículo de hoy en Perú 21 de Nelson Manrique, escrito a propósito del "operativo 'empleada audaz', impulsado por la mesa de Lucha contra el Racismo y la Discriminación". Incluyo la parte final de su argumentación: "En el Perú existe una contradicción no resuelta entre una dinámica social que se ha caracterizado, durante las últimas décadas, por profundos cambios en las estructuras sociales y económicas, y un fuerte retraso en la evolución de las subjetividades. El racismo sigue vivo, a pesar de que las bases materiales sobre las cuales antes se reproducía han desaparecido, o han perdido la importancia que antes tenían. El racismo impide transitar de una sociedad tradicional, estamental y autoritaria a una democrática, moderna y meritocrática. La democracia no es solo un sistema de gobierno sino, ante todo, una cultura, y esta no puede existir allí donde no se reconoce la existencia de una común sustancia humana. La existencia de ciudadanos de primera y de segunda es la simple consecuencia de la existencia de humanos de primera y de segunda: eso es precisamente lo que sostiene el racismo. En Asia se juegan cosas mucho más importantes de lo que podría creerse a simple vista". Sobre la operación, véase esta crónica ahí nomás y "a simple vista" de Ricardo León en El Comercio. "El entredicho [en torno a la discriminación] continuará por los siglos de los siglos", sentencia el redactor. Y agrega: "Mientras tanto, marchas originales y tranquilas como la de ayer no le hacen daño a nadie". Alucinante este León.
OCTUBRE. Javier Ágreda publica hoy en la página cultural de La República una reseña (muy buena en cuanto a descripcion y valoración) al primer poemario de Manuel Fernández (Lima, 1976), Octubre, "obra compleja y ambiciosa, que une narración, lirismo y reflexión histórica, actualizando de algún modo la propuesta del 'poema integral' de las generaciones del 60 y 70". Aquí valga puntualizar que el concepto 'poema integral' proviene específicamente del texto (fechado en julio de 1970) "Poesía integral (notas acerca de una hipótesis de trabajo)" escrito por Juan Ramírez Ruiz e incluido al final de su primer poemario Un par de vueltas por la realidad (Lima, Ediciones del Movimiento Hora Zero, noviembre 1971, págs. 110-118). Incluyo una parte de la reseña: "Los 10 poemas del libro presentan diferentes momentos (se indican mes y año correspondientes) de la historia de una pareja limeña, desde su enamoramiento inicial (octubre de 1968) hasta abril de 1992, cuando ya han formado una familia y viven en el populoso distrito de Breña. Los extremos de esta historia coinciden con dos golpes de estado, el de Velasco y el de Fujimori. En general, todas las fechas sincronizan con momentos de agitación política en nuestro país, por eso una de las constantes de los poemas es la presencia de tanques desplazándose por las calles de la ciudad". Finalmente, incluyo el siguiente poema de Octubre:

ERES ESCULTURA HECHA CON ARENAS DE UNA PLAYA INEXISTENTE
Eres palabras terribles y audaces en boca de ancianas
de un asilo cualquiera.
Eres sed infinita o ardor en los ganglios, ritmo
acelerado de trenes, nostalgia de faroles cuando la
tarde, eres la voz de hombres rudos e impertinentes
o el llanto de mujeres delicadas.
Eres la palabra absurda y maravillosa y nueva en niños
que empiezan a hablar, eres la palabra obscena
que se pasea en una calle llena de putas, eres
silencio en los conventos, mujeres que tejen, crecimiento demográfico.
Eres la palabra simple que haría colapsar toda la era
cibernética, la que asalta los bancos o la que quema
las ciudades, eres niños hambrientos, ancianos deslumbrados
por el flash de una cámara, astronautas muertos de miedo que contemplan
el universo.
Eres cascos azules perdidos en una calle de Somalia.
Eres asombro y explosión de alegría, eres peso en mujeres embarazadas,
eres jardines hermosos o flores amarillas bordadas en el mantón de
algún emperador chino
que se pierde en su palacio.
Eres los lentes de un empleado mediocre, una canción, un pedazo de hierro
que se hunde en el mar,
una lista de invitados para una fiesta de año nuevo, un año cualquiera
de mi infancia o mi infancia completa.
Eres el dolor de los cuartos a oscuras y eres también animales
en una cueva
a las seis de la tarde
alistándose para dormir.
(pp. 28-29)


En la foto: Asia/Eisha.

domingo, enero 28, 2007

Entrevistas a Mario Bellatin y José Watanabe

La sección cultural de El Comercio publica hoy una entrevista de Francisco Melgar al narrador Mario Bellatin. Incluyo las dos primeras preguntas. "Se te considera un escritor peruano y al mismo tiempo un escritor mexicano, ¿qué es lo que te parece más significativo de esa doble nacionalidad?": "Me parece interesante porque remarca el hecho de que la escritura no tiene una nacionalidad definida. Si me preguntas por la nacionalidad a un nivel personal, te podría decir muchas cosas, pero esas cosas no tienen ninguna importancia para mi trabajo, porque lo que yo intento es que los libros hablen por sí mismos, que los textos se vuelvan autónomos, que se vuelvan textos sin autor. Entonces esta posibilidad de tener dos nacionalidades, porque es cierto que tengo dos, pero al mismo tiempo ninguna, permite que la escritura aparezca como de la nada, como no sustentada en una nacionalidad que ha sido, en mi opinión, un lastre para nuestras tradiciones literarias". "¿No crees en la existencia de una literatura nacional?": "Creo que es un invento académico para poder clasificar una serie de escrituras, y que a la larga ha hecho más daño que cualquier otra cosa. Para mí, esta segmentación a la que llevan las literaturas nacionales puede acabar impidiendo que un escritor diga lo que tiene que decir, solo por respetar una suerte de patrón o idea preconcebida con respecto a la literatura. En especial si esta persona recién comienza a escribir y todavía no se compromete con una palabra determinada".
Por otra parte, en la sección cultural de La Primera Diego Alonso Sánchez realiza una amplia y enterada entrevista al poeta José Watanabe. "La figura de José Watanabe se encuentra desde hace muchos años en uno de los sitiales más altos de la poesía peruana. Y es que desde la aparición de Álbum de familia, en 1970, sus poemarios se han establecido en un punto aparte dentro de nuestra tradición literaria, sobre todo en la referida a su generación. Así, es sabido que cada poema de Watanabe posee un control vital de las manifestaciones emocionales, esto además de la (des)acertada relación por parte de los lectores con el haiku japonés, sin duda la expresión mejor lograda de la mirada oriental del mundo que, por los senderos del budismo zen y el taoísmo, busca a la naturaleza pura y real irradiando su misterio en cada observación", señala Sánchez. A continuación, incluyo cuatro poemas breves de su reciente poemario Banderas detrás de la niebla.

ORGASMO

¿Me dejará la muerte
gritar
como ahora?


BOSQUE DE PIEDRAS

El mundo aún no alcanza
su total y cerrada dureza de piedra.
Todavía sobrevive algo que se contrae
y se distiende debajo de algunas superficies
y fluye un cierto frescor de aguas remotas
y se escuchan tejidos agonizando
entre la yerba dura de las montañas.
Pero en este borde vacilante
ya ninguna forma tiene voz para gritar.


BASHO

El estanque antiguo,
ninguna rana.
El poeta escribe con su bastón sobre la superficie.
Hace cuatro siglos que tiembla el agua.


LA JARRA

La jarra
permaneció un instante
en silencio
inclinada
como una mujer pensativa.
Luego prosiguió hasta quebrarse
en el piso
como una mujer pensativa.


En la foto: Mario Bellatin.

Un operativo audaz

En estos momentos se está dando inicio al denominado "Operativo empleada audaz" en el exclusivo balneario de Asia, al sur de Lima. La actividad se plantea como "un acto simbólico y emblemático que busca reafirmar el derecho de las Trabajadoras del Hogar y de todas las personas y sin distinción de raza, género u otra índole a ingresar libremente a lugares públicos como la playa". Como señalaba la revista Caretas en su edición de la semana pasada, entre los partipantes están los que "vienen de barrios tan disímiles entre sí como San Isidro, San Juan de Miraflores, Comas o La Molina". Cuatro de ellos son Ruth Karina, Eduardo Adrianzén, Susana Villarán y Wicho García, cantante tropical, dramaturgo, política y rockero, respectivamente, como informa hoy El Comercio. Otra participante es la Ministra de la Mujer, como hace notar Eduardo González Viaña en su Correo de Salem de ayer. "Me siento feliz de que una preocupación expresada desde hace algún tiempo a través de esta columna haya obtenido eco y gran respaldo. Me adhiero a la marcha y espero que capture éste y todos los recintos de la discriminación", afirma. Juan Acevedo aborda el tema en su punzante Love History de Perú 21.
Jorge Bruce publica hoy una interesante reflexión a propósito del operativo en su columna de Perú 21: "El operativo 'empleada audaz' es una de esas iniciativas que, más allá de su resultado efectivo, responde a una necesidad social evidente. La sola idea de marginar del acceso al mar a personas por su condición social o étnica -combinadas- es tan abyecta, que los propios discriminadores se niegan a aceptarla. Para ello se encubren tras una serie de dispositivos 'prácticos', tales como horarios de trabajo o uniformes. El hecho concreto es que las empleadas de los balnearios más exclusivos no son tratadas en condiciones de igualdad por sus patrones, lo cual no es más que un lugar de concentración de una conducta que se reproduce por todo el país. Mediante una serie de subterfugios no escritos pero por todos conocidos, se les arrima a una situación que les arrebata su dignidad y las confina en un rol de seres inferiores, silenciosos e invisibles. Esto va desde la gramática -ellas tratan de usted a los patrones que las tutean- hasta extremos tan grotescos como las habitaciones exiguas e incómodas o alimentos de menor calidad. Esto no constituye necesariamente la generalidad. De hecho, el racismo es una ideología que no convierte automáticamente a sus adeptos en malas personas. Mucha gente no es consciente de lo aberrante de estas relaciones humanas y lo hace con toda 'naturalidad'. Es lo que han visto hacer a sus padres y abuelos. Incluso, es frecuente que se enorgullezcan de brindar a sus empleados un trato más decente que sus antecesores. Lo cual suele ser cierto. Entre otras cosas, porque la servidumbre doméstica ha ido tomando conciencia de sus derechos y poco a poco los reivindica", expresa.
PD: Respecto a la jornada de hoy del "Operativo empleada audaz", véase esta nota y esta otra de Pospost.

En la foto: Asia, balneario coloquialmente ironizado como Eisha.

sábado, enero 27, 2007

El Hablador 13

La revista de literatura El Hablador (¿el nombre es un guiño u homenaje a la novela de Vargas Llosa?) llega a su edición número 13 y trae, como siempre, variado material de interés además de una novedad: inaugura weblog propio, la Bitácora de El Hablador.
En el presente número Carlos Yushimito del Valle publica un estudio titulado "Subjetividad oficial: Exilios, desintegraciones y otros. Una lectura de la crisis social en la narrativa breve limeña de los ochentas". Asimismo, Giancarlo Stagnaro y Johnny Zevallos entrevistan largamente a Enrique Congrains Martin (quien se cuenta completita la trama de El narrador de historias). "Jamás los limeños se imaginaron el traslado masivo de medio Perú a Lima y de convertirse en una ciudad de 7 u 8 millones de habitantes, donde la mayoría no son limeños. Creo que nadie lo imaginó, ni siquiera yo. No se veía como preocupación ni como algo amenazador para la estructura sociológica o social de la Lima tradicional. No era un fenómeno sociológico que estuviera en la cabeza de la gente. Era todavía algo muy incipiente. Es como decir que cuando se establecen las primeras tiendas en Gamarra , alguien hubiera podido prever su crecimiento explosivo; al igual que cuando comienzan a llegar en 1870 esclavos chinos, nadie pudo imaginar la cultura chifa limeña o peruana o costeña, igual que en este momento estamos viviendo con fenómenos debajo de nuestras narices de los cuales no podemos prever la envergadura que puedan tener de acá a 50 años. Lo que sí se ha mantenido en estos 50 años es que Lima ha crecido, pero las condiciones de vida se mantienen casi similares. A diferencia de que ahora ha surgido una serie de urbanización media informal que ha deformado un poco los proyectos urbanísticos de Lima y los crecimientos de una ciudad de manera más ordenada. No se ha llegado a un consenso social. Ejemplo: he estado en Chincha hace poco y me he enterado de algo que me ha dejado absolutamente patas arriba: en esta ciudad existen 11 canales de televisión y en Nazca, 4. Aparentemente uno puede montar un canal de televisión con 10 mil soles. Acabo de estar en un canal de televisión de Nazca, donde me hicieron una entrevista: es una sala con una cámara, una mesa con un par de sillas y punto final. Ahora ya no se necesitan los grandes estudios de antes. Lo más fastidioso sería la licencia, pero creo que la regalan. Once canales de televisión para una ciudad como Chincha es absurdo, aberrante e ilógico. Es la informalidad absoluta", afirma Congrains. La revista incluye también sus acostumbradas secciones de reseñas (por ejemplo Mario Granda escribe sobre Puta linda de Ampuero), poesía (Erika Almenara) y narrativa (Miguel Ildefonso). Y trae más, mucho más.
PD: A propósito de Ildefonso, véase esta entrevista publicada en la revista arequipeña Vista previa y realizada por Marlene Portugal. "Formalmente, el poeta tiene un manejo más libre con la palabra, el narrador obedece más a una historia o una anécdota. El poeta tiene una relación íntima con el lenguaje, el poeta se convierte en lenguaje. El narrador utiliza éste para contar cosas sobre otros seres, historias en las que también se ve incluido", sostiene.

En la foto: Congrains.

viernes, enero 26, 2007

El ojo que llora y los enfoques reconciliadores

Fernando Vivas comenta hoy en su columna del diario El Comercio un debate generado en torno a unos reportajes difundidos por el programa Presencia Cultural de Canal 7, conducido por el periodista y comunicador Ernesto Hermoza. Dichos reportajes se pronunciaban respecto a la polémica surgida alrededor de El ojo que llora. "Valga esta discusión como una lección para repensar los enfoques reconciliadores", sostiene Vivas. Dicha polémica nace, como se sabe, no a raíz del parque-escultura en sí (inaugurado el 28 de agosto del 2005) sino al conocerse la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Respecto a la misma, Mirko Lauer (a propósito del tema del linchamiento) afirma hoy en La República lo siguiente: "Nuestra cultura política tiene más de un argumento para suavizar la crítica a ciertos linchamientos, y los hemos visto actuando en diversos momentos. Uno es el de la culpabilidad de los linchados. Otro es el de la inimputabilidad de los linchadores. Otro es la deficiencia del sistema de justicia, que no dejaría otra salida. La culpabilidad del linchado sustenta una mayoría de opiniones sobre la sentencia de la CIDH. La inimputabilidad de los linchadores fue argumentada, con elementos de relativismo cultural, por la comisión presidencial que vio el caso Uchuraccay, 1983. Las deficiencias del sistema judicial impulsaron a los linchadores de Huayanay, 1981". Precisamente, hoy se cumplen 24 años del trágico suceso de Uchuraccay.

En la foto: cantos rodados de El ojo que llora.

El alucinante arte de Julian Beever


Hoy la sección cultural de La República publica un artículo de Nilton Torres sobre Julian Beever, el denominado "Picasso de las veredas".

jueves, enero 25, 2007

Entrevista a Alfredo Bryce en Caretas

La edición de hoy del semanario Caretas publica una entrevista de Carlos Cabanillas al escritor Alfredo Bryce, quien se encuentra terminando su nueva novela Las infames obras de Pancho Marambio. "Trata a grandes rasgos sobre la amistad entre un abogado y un arquitecto. Este último traiciona la confianza de su amigo, empujándolo al alcoholismo y la depresión", comenta Bryce, quien el próximo jueves y viernes participará en la Tercera Feria del Libro de Trujillo ("uno de los encuentros librescos más atractivos del país"), la cual merece a su vez una nota de la revista. Incluyo las dos preguntas finales de la entrevista. "Y más allá del asunto legal, ¿hay una posibilidad de amiste entre usted y Herbert Morote?": "No, allí hay otro problema. Pudo haber posibilidades de amiste, pero ambos nos hemos negado. Era mi amigo, pero un día decidió clavarme una puñalada". "También influye el ego del escritor": "No, es un tema legal. No hay nada que hacer sino esperar a que la ley se pronuncie. Yo creo que debe de estar de mi lado, claro, pero es sólo lo que creo. Es una pena. Una gran pena".

En la foto: Un nuevo amigo. Como parte de la feria, el miércoles 31 de enero Bryce leerá sus cuentos para los niños del distrito El Porvenir. [Leyenda de Caretas]

Woolf y Castillo: dos mujeres, un camino

La sección cultural de El Comercio publica un artículo de Enrique Planas a propósito de los 125 años del nacimiento de la escritora británica Virginia Woolf. "Renovó radicalmente la forma en que se escriben las novelas y profundizó como pocos en la psicología de sus personajes. Sin embargo, la imagen que conservamos de la escritora británica Virginia Woolf tiene más que ver con la languidez, la melancolía y la depresión. Había razones para ello: a los 13 años, la precoz hija del celebrado crítico e historiador Leslie Stephen había sufrido no solo la temprana muerte de su madre, sino también los abusos sexuales de su hermanastro. Su muerte, a los 59 años, tras arrojarse al río Ouse con piedras en los bolsillos de su abrigo, poco después de que su casa en Londres fuera destruida por los bombardeos de la aviación alemana, fraguó para siempre aquel retrato romántico. Sin embargo, la personalidad de Woolf excede con creces esa triste estampa. Fue autora de una enorme cantidad de divertidos ensayos y reseñas para el Times londinense, así como cartas y diarios llenos de dibujos sarcásticos", escribe Planas, quien también señala lo siguiente: "Pero si las novelas de Virginia Woolf siguen siendo consideradas obras imprescindibles de la literatura contemporánea, su influencia política en el movimiento feminista se dio especialmente en sus ensayos tardíos. Uno de los más influyentes resulta Una habitación propia (1929), prácticamente el libro de cabecera para toda mujer tentada por la creación. En él, denuncia las lamentables condiciones de trabajo de las escritoras y fragua un reclamo que suena hoy a grito de combate: 'Quinientas libras al año y una habitación propia', y una mujer puede escribir con tanto éxito como un hombre. Claro que sí".
Por otra parte, la sección cultural de La República publica una extensa entrevista de Rocío Silva Santisteban a la escritora chicana Ana Castillo, quien ha sido invitada a participar en la III Feria del Libro de Trujillo, que empieza hoy. "Castillo además de novelista, cuentista, ensayista y poeta, es una activista del 'chicanisma' —la reivindicación de los derechos de la mujer latina— y devota de la Virgen de Guadalupe", escribe Rocío Silva. Dos preguntas. "Harold Bloom dice que uno inventa sus influencias, ¿las tuyas son de origen hispano o anglo?": "Ja, Bloom no es un favorito de nosotros. Pero, bueno, ¿quién en este mundo no tiene influencia de la cultura gringa? Los tarahumaras, tal vez. Claro que como latina/chicana tengo influencias hispanas también". "Igualmente Bloom no es 'santo de mi devoción' por su crítica al multiculturalismo. Pero... ¿cuáles han sido tus lecturas juveniles?, ¿la literatura oral de los migrantes también ha influido en tu obra?": "No había educación bilingüe cuando yo crecí. I did not read Hispanos; sólo cuando fui adulta pude tener acceso a los escritores latinoamericanos del Boom, que fueron publicados en inglés; y por eso mismo, a los veinte años, me enamoré de muchos escritores hispanos y latinoamericanos. Pero tuve intencionalmente que buscarlos. Y en cuanto a la literatura oral... ¿cuál literatura oral? ¿La de mis padres alrededor de la mesa en la cocina? Pues definitivamente que sí, como sucede con todos los escritores, los cuentos que hemos oído de jóvenes se nos quedan clavados".

En la foto: Nicole Kidman como Virginia Woolf en el filme Las horas.

miércoles, enero 24, 2007

The Pastelers y La Grabadora

Veo en Arte Nuevo, el weblog del curador Miguel López, una nota sobre el concierto que ofreció ayer en Mochileros (el movido pub barranquino que en estos instantes acoge a Antonio Cisneros, César Gutiérrez y Mónica Belevan) The Pastelers, banda que tocó "temas (covers) de los grupos del sello La Grabadora (y también de otros proyectos musicales recientes). Un mejor sonido y un lleno total hicieron buen clima para un concierto que disfruté de principio a fin", escribe López. La nota incluye un video con el tema con el que The Pastelers abrió el concierto. A continuación, una artículo sobre La Grabadora aparecido en la sección cultural del último Caretas:

Música Para Sordos
La Grabadora: libro-objeto apócrifo que parodia el rock peruano setentero

Por Carlos Cabanillas

Un hallazgo. El estudio de un portafolio fondeado en el olvido, lleno de bandas y música desconocida. Es el material de un sello discográfico peruano que rescata a un puñado de iluminados compatriotas que encarnaron en el rock una historia ya común en otras artes: fueron peruanos y fueron buenos, pero la desidia y el azar los jodió. Pero tal portafolio no existe. La disquera jamás fue creada, el crítico musical que apostilla el libro es falso, y las bandas nunca trascendieron la imaginación del trinomio diseñador-músico-escritor (José Antonio Mesones (a) Goster, Santiago Pillado y Diego Otero, respectivamente). Lamentablemente, la música del sello "La Grabadora" sí es real, y la banda The Pastelers (también apócrifa) interpretará covers de sus bandas este 23 de enero en el Bar Mochileros.
El humor es involuntario, a diferencia de casos análogos como el falso documental This Is Spinal Tap o el incomprendido arte de los air guitarists. Un tributo a nuestra historia rockera debería incluir chambonadas al estilo de los photoshops de Daniel F. con Pink Floyd, el analfabetismo musical de Los Saicos, o la rejunta improvisada de Julio Andrade con medio Nirvana (Caretas 1667). El archivo no miente: nuestro preciado rock peruano tiene de talento tanto como de ridículo. Pero las bandas de La Grabadora son, a la inversa, presuntuosas y menos talentosas. Coquetean con el no wave, el indie rock y el reciente electroclash: todos posteriores a la época que inspira el proyecto. El pacto de verosimilitud con el lector se quiebra al pasar unas páginas. Uno se pregunta dónde está la mano del buen Jorge Villacorta.
¿Qué nos queda? Un trabajo notable, sí. Por el resultado estético y los personajes creados. Por el despliegue de ilustraciones apócrifas. Pero el concepto se muerde la cola: si esto encarna todo el potencial y fugaz talento que tuvo el rock peruano prevelasquista, ¿por qué su música es mala? Si La Grabadora hubiese realmente existido, sería el peor sello en la historia del rock peruano. Como no existió, no lo es.


En la foto El proyecto incluye un CD con 13 canciones. [Leyenda de Caretas]

De Argentina a México en Ormeño

En el reciente número de la excelente revista colombiana SoHo (una similar es Don Juan) aparece la primera entrega de una aventurera crónica de tono social de Daniel Riera sobre su experiencia, hasta el momento entre peruanos, en el expreso Ormeño, "el legendario bus peruano que recorre todo el continente", como señala la revista. El viaje inicia en Argentina y culminará en México (es decir, desde el país de residencia de Graciela Goldchluk hasta el país de residencia de Mario Bellatin). Incluyo la parte en la que Riera narra sobre su reciente entrada al Perú: "Superado el inconveniente, el solo hecho de recorrer territorio peruano cambia el ánimo de la mayoría. Por la noche, en la terminal de Tacna cenamos Lomo a la pobreza, un plato gigante con Lomo, arroz, banana frita, ajo, cebolla, ají y alguna otra cosa que me olvido, verdaderamente espectacular, y Pepe orgulloso, me dice has visto que los platos aquí son más sabrosos, compañero, has visto, y orgulloso explica que el Lomo a la pobreza se llama así porque los pobres, justamente, comen mucho. Con el estómago lleno salimos de Tacna. Las dos puertas del bar han sido copadas por vendedores de artículos electrónicos varios, cuyos precios permiten inferir el contrabando. Prácticamente nos atosigan y presuponen que, como viajamos en bus, desfallecemos por discmans, filmadoras, cámaras digitales, relojes. Insisten especialmente con Juan Manuel y conmigo, que lucimos gringos a sus ojos. Mandamos al carajo a un par, pero es como si nada. Nos dicen no se enoje y vuelven a insistir. Por la mañana del último día, el desayuno en Chala no tiene casi ninguna importancia: lo importante es que en esas barracas atroces, donde los inodoros se desagotan a baldazos, hay duchas, de agua fría, sí, pero duchas. Y nos bañamos. Felices. Algunos celebran el acontecimiento clavándose unos pejerreyes fritos que indigestan de solo mirarlos. Falta menos. Nos esperan Nazca, con sus casillas atroces en medio de la arena, Ica, algún policía que sube a pedir pasaportes, y finalmente la llegada a Lima. Mientras su ciudad aparece ante sus ojos, Érika observa todo con una expresión inescrutable. A Juan Manuel se le ocurre preguntarle qué siente al volver después de tanto tiempo. Nada, dice Érika. Nada de nada".
En SoHo aparece a su vez "el mejor cuento de fútbol de todos los tiempos", autoría de Roberto Fontanarrosa.

En la foto: Daniel Riera en la frontera de Chile con el Perú.

martes, enero 23, 2007

Carlos López Degregori sobre Miguel Ángel Zapata

OJOS QUE DICEN ALGO INEXPLICABLE: LA POESÍA DE MIGUEL ÁNGEL ZAPATA*

Por Carlos López Degregori

En uno de sus ensayos, Ezra Pound explica que la poesía, más allá de los significados que es capaz de transmitir o sugerir, puede ser impulsada de tres maneras. La primera de ella es la "melopeia" que destaca los componentes sonoros, musicales y rítmico-fonéticos del texto; la "logopeia", en cambio, resalta las capacidades reflexivas del lenguaje poético y concibe a la poesía como instrumento de conocimiento; por último, está la "fanopeia" que privilegia la fuerza de las imágenes visuales. Estos tres impulsos coexisten en cualquier poema, por supuesto, articulados en un complejo sistema de gradaciones y jerarquías; pero es cierto, igualmente, que cada poeta- o texto, si ustedes prefieren una concepción más despersonalizada de la actividad literaria -privilegia alguno de ellos. Creo que la "fanopeia" ha estado presente en casi toda la poesía de Miguel Ángel Zapata desde su libro Imágenes los juegos (es elocuente que este poemario refuerce en su título la relevancia de la imagen) y cobra una fuerza considerable en este su último libro, Un pino me habla de la lluvia.
Estamos, sin embargo, ante una "fanopeia" que supera el valor compositivo de la imagen en la estructura poética, y que privilegia, en cambio, su esencia más inquietante y reveladora: la visión. La poesía es para Miguel Ángel Zapata mirar, y el poema es el resultado feliz de ese acto perceptivo: la huella en palabras de otra huella más profunda, los trazos indelebles de lo que vimos. Hay, por supuesto, muchas formas de visión. Con nuestros ojos podemos ordenar, tergiversar, oscurecer; podemos proporcionar revelaciones y tornar elocuente lo escondido; o podemos empañar bajo apariencias y ropajes los elementos de nuestra contemplación. La mirada de Zapata es limpia y su fuerza está en la capacidad de evidencia que posee. Creo que el primer texto del libro lo dice con toda claridad:



Un pino me habla de la lluvia

Para mi hijo Christian Miguel


La bicicleta de mi hijo rueda con el universo. Es sábado y paseamos por la calle llena de pinos y enebros delgados que se despliegan por toda la ciudad.

El sol cae en nuestros ojos por la cuesta mientras volamos con el aire seco del desierto y los piñones ruedan por las calles con el viento. El sol baja a las seis de la tarde en el invierno, y se va escondiendo por los cerros que se enrojecen con su sombra.

Los ojos de mi hijo brillan como perlas y me dicen algo inexplicable. Las ruedas de la bicicleta mueven el mundo, muestran su agilidad y la gravedad del aire.

El timbre se escucha como la buena nueva de la mañana: sus anillos de metal alegran la cuadra y forman ondas que trepan con los pinos hasta el cielo.



El poema llama la atención por su plasticidad y, con la excepción del timbre que se escucha en la mañana y que es una referencia sonora, todos sus elementos son colores, formas, contornos, luces, reverberaciones, desplazamientos. Hay una sentencia que es la clave del texto y tal vez del todo el libro: "Los ojos de mi hijo brillan como perlas y me dicen algo inexplicable". La referencia al vidente infantil nos remite a la inocencia; estado que, en las coordenadas del libro, es la entrega a la contemplación sin mediaciones culturales ni reservas. Es el ojo limpio fascinado ante el desfile de las cosas y brillando en un instante de euforia al descubrirse en su propia fascinación. En una época en que casi toda la poesía es elegíaca y recorre vacíos, desmoronamientos, ausencias; la escritura de Zapata quiere ser una contraparte jubilosa de asentimiento y celebración del descubrir.
Hay otro aspecto que puede destacarse y que se conecta con el ejercicio de una forma textual. Desde hace varios años es constante en Miguel Ángel Zapata la insistencia en el poema en prosa y este libro no es la excepción. Quizá el poema en prosa con su flexibilidad y libertad ante los patrones rítmicos puede ser el mejor vehiculo para la "fanopeia", y el autor alcanza en esta oportunidad, un manejo cada vez más pictórico –si cabe la palabra- y ajustado de esta forma literaria. Son estampas o "iluminaciones" en un sentido diferente del de Rimbaud, pues sólo quieren recoger la vertiginosa presencia del mundo. Incluso los poemas en verso atenúan los elementos sonoros para así privilegiar la fuerza descriptiva. Termino con un fragmento del poema "Una puerta":


El domingo pasado leía con esmero a Francis Ponge. Callado me decía: abraza una puerta, siente el umbral de sus arcos, atraviesa su temor hacia el aire nuevo de su aldaba. Ahí está la poesía.

Mira los pinos como vuelan con el viento del norte, como se balancean con la luna desteñida. Mira las aves, siente su vuelo, y después ve a casa y escribe sin parar.

No te canses de mirar el florero de cristal que corta la luz de la persiana y la desvía hacia tus dedos. Aquella piedra cadmea y las altivas señoras de Vikus fermentándose en la chicha con su sabor a pescado fresco.



Zapata ha atendido las palabras de Ponge y ha cruzado la puerta para entrar y quedarse en este libro de buena poesía.


*Texto leído el 16 de enero de 2007 en el Centro Cultural de España de Lima durante la presentación de Un pino me habla de la lluvia (Ediciones El Nocedal, enero 2007).

Hofstra Hispanic Review 3

Acaba de aparecer el tercer número de Hofstra Hispanic Review - Revista de Literaturas y Culturas Hispánicas (Otoño/Fall 2006) que dirige Miguel Ángel Zapata. El plato fuerte de este número es un dossier titulado "Positionalities in Colonial Latin American Studies", a cargo de Benita Sampedro Vizcaya, el cual incluye ensayos de David Rojinsky, Rocío Cortés, Fernando Gómez y Orlando Betancor. También se publica un diálogo entre el desaparecido poeta chileno Gonzalo Millán con José Angel Leyva, y otro de Santiago Roncagliolo con Alberto Buzali. A su vez, en la sección "Voces" se puede leer a César Vallejo, Clayton Eshelman, Hart Crane, Jeannette Clariond, Oscar Hahn, Roberto Ampuero, Forrest Gander, Valerie Mejer, Hugo Gutiérrez Vega, Edmundo Paz Soldán, Jorge Eduardo Benavides, Silvia Eugenia Castillero, Ana Merino, Montserrat Álvarez, Guadalupe Wernicke, Juan Domingo Argüelles, Efraín Bartolomé, José María Memet, Leland Guyer y Carlos López Degregori. Finalmente, notas y reseñas de Beatriz Curia sobre Zulma Palermo, Hebe Beatriz Molina sobre Graciela Batticuore, Klaus Gallo, y Jorge Myers, Róger Santiváñez sobre Luís Correa-Díaz, Cristián Gómez Olivares sobre La mitad del cuerpo sonríe. Antología de la poesía peruana contemporánea de Víctor Manuel Mendiola, Galia Ospina sobre Harold Alvarado Tenorio, Carmen Ollé sobre Rosina Valcárcel y Mariella Nigro sobre Rafael Courtoisie.

En la foto: Montserrat Álvarez, presente en este nuevo número de la revista.

lunes, enero 22, 2007

El hacer poético en el ámbito trasatlántico

Como consignara el pasado sábado, Julio Ortega viene confeccionando el volumen El hacer poético. "Es un libro que busca documentar el oficio de poeta en el ámbito trasatlántico, e incluirá unos 40 poetas de España y América Latina. La encuesta explora la poética de cada practicante y será un término de referencia para los lectores de poesía. Debe salir, simultáneamente, en editoriales de España, México y Chile", me comenta Ortega, quien cuenta en este proyecto con la asistencia editorial de María Ramírez Ribes. Y en cuya lista se encuentran poetas de la talla del español Ángel González, el argentino Juan Gelman y los peruanos Carlos Germán Belli, Rodolfo Hinostroza, Antonio Cisneros (una presencia aún por confirmar es la del cubano Cintio Vitier). El cuestionario de El hacer poético es el siguiente:
1. Si quisiera Ud. recordar su primer poema, o su primer libro, ¿podría evocar el impulso inicial de su escritura? Aleixandre dijo que se hizo poeta el día que leyó un verso de Rubén Darío. ¿Cómo se reconoció Ud. en diálogo con la poesía?
2. A sus lectores les gustaría seguramente conocer su biblioteca, esa ilusión de un árbol genealógico del poeta. ¿Qué libros de poesía, si alguno, motivaron la juventudde su ejercicio poético? ¿El poeta, inventa a sus precursores o, más bien, imagina a sus lectores?

3. A lo largo de su obra, ¿se ha encontrado a sí mismo en su propia voz? ¿O la voz es siempre la de otro, la imagen en el espejo del lenguaje? Yeats parece que obedecía a un dictado profuso. Borges, a las simetrías de la memoria rimada. ¿Qué es primero, la imagen o el ritmo?
4. ¿A usted no le ha tentado alguna vez la necesidad de formular una poética? O de alguna manera ¿su poesía es una reflexión sobre el poema?
5. ¿Frecuenta Ud. la primera persona como comienzo del discurso poético? O ¿prefiere dejar el "yo" a los novelistas? Puede, en definitiva, el lenguaje representar al "yo" asignándole una identidad cierta? ¿O el "yo" es una licencia de la Retórica?
6. ¿Qué sintonías cree Ud. haber establecido con otros poetas y escritores de su país y su lengua? Si tuviera que hablar de su ejemplo o lección, ¿cómo definiría la opción de pertenencia de su obra?
7. Y, por otro lado, ¿cuál sería la lección de lectura y escritura que cree inculcar en los nuevos practicantes y lectores?
8. Sobre las intersecciones con los contextos, ¿qué papel, si alguno, le concede Ud. al poema entre las formas de discurso que se disputan hoy la racionalidad civil y el significado de nuestro plazo en este globo?
9. Se debate hoy el sentido de la creatividad, que se definiría por la capacidad de abrir espacios de respiración y visión. ¿Qué momento de su poesía encuentra privilegiado por la luz y la sombra del lenguaje?
10. Si usted tuviera que definir su personalidad poética, ¿qué parte de su experiencia personal y nacional cree que ha gravitado a la hora de crear espacios alternativos a los impuestos por nuestro tiempo? Dicho de otro modo, ¿cuánto de su condición local se ha liberado como abierta al mundo?
11. Vivimos en el descreimiento mutuo, favorecido por la pobreza de las comunicaciones y la violencia diaria de las representaciones públicas. ¿Cuánta fe en el otro es posible todavía en la poesía? ¿Hay un sentido más puro en las palabras de la tribu? ¿O ese dictamen modernista ha sido reemplazado por "un sentido de la realidad de los mil demonios", esa furia civil del poeta del margen, proclamada por Nicanor Parra?
12. Le agradeceremos elegir un poema suyo y comentar qué representa en su trabajo, y qué ha descubierto de su propia poesía en ese texto.

En la foto: Juan Gelman, presente en El hacer poético.

Generación en su tinta

Incluyo el siguiente artículo publicado en la edición de esta semana de Caretas:

Generación en su tinta
Vida Moderna: Jóvenes historietistas y abanico de temas y estéticas para llevar la realidad al papel

Por Rebeca Vaisman

Amadeo González, 29, abre las puertas del pequeño taller instalado en un cuarto de su casa: una mesa de trabajo, una computadora e infinidad de lápices de color. Desde aquí prepara, junto a su hermano Renzo, el décimo número de Carboncito: inofensivo título para una revista dedicada a la historieta, cuyo contenido sangriento, lúdico, fantástico o ácido depende, en realidad, del ánimo e interés de los artistas. Hace 5 años, y gracias a la fotocopiadora, su primer número requirió una inversión de 30 soles. Desde la quinta entrega recurren a la imprenta –auspicios mediante- y cuentan con más colaboraciones. El tiraje de sus últimos números llega al envidiable millar. Verdadero logro en un medio que, aunque productivo, se desarrolla sin mayores facilidades. "Si la producción no es constante ni fuerte es porque no se ve al comic como algo comercial y aún se le considera subterráneo", explica Amadeo.

Gráfico es ganarte
"Claro que no hay apoyo y por eso hay tanta diferencia con otros países en cuanto a producción y calidad. Pero eso no es excusa para no seguir chambeando. Porque en un país en donde ningún arte tiene apoyo, la historieta es un medio barato y sencillo de llegar a la gente", dice Jorge Pérez-Ruibal, 28, artífice de Trulópolis, fanzine anual que se acerca al cuarto número ("autobiográfico y catártico: sexo, sangre y muerte") y Chup de Oro (más reciente, y más bien romántico). Es optimista con respecto al medio, aunque no se haya podido dejar atrás la fotocopia y la engrapadora, y no se tenga la lectoría de países cercanos, como Bolivia o Argentina. Pero para Jesús Cossio, 32, creador de El Cerdo Volador, Pánico y Juventud Moderna –fanzines que, como su autor, carecen de miramientos– "la difusión masiva es menos importante que los contenidos, y el marketing y reconocimiento público, menos prioritarios que la posibilidad de hacer del comic un medio convulsivo e interesante". En ese contexto, la principal tara del medio local, dice, es "la excesiva condescendencia con que los mismos historietistas miran sus contenidos".

Viñetas de realidad
Víctor Sanjinez, arequipeño de 23 años que ha pasado los últimos 7 años viviendo en Lima y estudiando diseño en la Pucp, no habla de desinterés, pero sí de una tendencia en los creadores jóvenes a evadir ciertos temas coyunturales debido a una visión "menos realista y más romántica de los temas sociales en el Perú". Con sus historietas políticas, Sanjinez ha colaborado en Monos y Monadas, Perú21 y aquí mismo, en Caretas. "Yo soy realista: lo que sucede en mi país me atañe, y lo que vivo, lo pienso y lo dibujo", explica. Y agrega: "Si no lo hago, no puedo pagar el alquiler de mi cuarto ni mi almuerzo en la universidad".


En la foto: Además de editar Pánico, El cerdo volador y Juventud moderna, Cossio colabora regularmente en el fanzine de música Interzona. [Leyenda de Caretas]

domingo, enero 21, 2007

Revista Wayra y las imágenes de lo andino

Bajo el título de "Imágenes de lo andino" acaba de aparecer el cuarto número de Wayra, la revista semestral de artes y letras del "Grupo Perú" del Centro de Estudios y Trabajo "América Latina" (CETAL) con sede en Uppsala, Suecia. Tal y como señala la nota de prensa, esta cuarta entrega de Wayra abre con el poema "Banderas", de José Luis Mejía; y el cuento "Quinto día", de Zein Zorrilla. Siguen los estudios "Manuel González Prada y Paul Verlaine", de Ricardo Silva-Santisteban; "Teoría, epistemología y multicentrismo: Mariátegui ante la posmodernidad", de Rafael Ojeda; "'Nadie me puede asegurar nada': Acercamiento a ¿Por qué hacen tanto ruido?, de Carmen Ollé", de Paolo de Lima; "Oralidad y memoria cultural andina en Rosa Cuchillo, de Óscar Colchado Lucio", de Víctor Quiroz; "Madeinusa y el cargamontón neoliberal", de Juan Zevallos-Aguilar; y "De Cajamarca al mundo: Yma Sumac, la 'princesa inca', y su estrella en el Boulevard de la Fama", de Alan Luna Rodríguez. El número incluye también una entrevista con Fredy Roncalla que lleva el título de "Transnacionalismo y racismo en el Perú". Asimismo, una sección de crónica de libros, donde figuran notas y comentarios como "Un poema largo de Ricardo Silva-Santisteban", de Sylvia Miranda; "A orillas del Piura, del Rímac y del Cooper. Dolores Morales de Santiváñez, de Róger Santiváñez", de Dany Erick Cruz Guerrero; "La poesía de Justo César Padrón", de Benjamín Huamán Castote; "Reflexiones a propósito de La hora azul de Alonso Cueto", de Enrique Congrains Martin; y "Un nuevo Oquendo de Amat", de Carlos Meneses. Wayra es dirigida por el crítico literario Carlos Arroyo Reyes.

En la foto: carátula de Wayra con acuarela de Yma Sumac a cargo de Alan Luna Rodríguez.

A Public Space y la literatura de la violencia en el Perú

La prestigiosa revista A Public Space, publicada en New York, incluye en su reciente número un dossier de cincuenta páginas sobre la denominada literatura de la violencia en el Perú. El especial ha sido preparado por los jóvenes narradores Daniel Alarcón (cuya primera novela saldrá publicada el próximo mes) y Juan Manuel Chávez, ambos a su vez focus editors de la revista. En el dossier se incluye una extensa entrevista con Miguel Gutiérrez, una traducción a cargo de Alarcón de este ensayo de Santiago Roncagliolo, traducciones de cuentos (Oscar Colchado, José de Piérola) y un fragmento de la novela Incendiar la ciudad de Julio Durán, así como una selección de fotos de TAFOS. Una de las preguntas a Gutiérrez (en la revista en su versión en inglés, obviamente), dice así: "Desde sus inicios, ¿en qué cree que ha cambiado o, si cabe, evolucionado en su oficio de escritor?": "Definitivamente he evolucionado de alguna manera. Después de muchos años (y con mucho temor) releí mi primera novela El viejo saurio se retira (1969) y me di cuenta que contiene un serie de temas y obsesiones que reaparecen y se vuelven aspecto central de mis ficciones posteriores. Presumo que así sucede con todo escritor: El primer libro contiene las temáticas de los futuros proyectos literarios. Pero es verdad: aparte de las nuevas experiencias vitales que he tenido, he evolucionado en la medida en que cada día me hice menos ignorante, he leído más libros, he aprendido nuevas técnicas, otros modos de narrar, tretas que tienen ver con la albañilería de la obra. Lo que no ha cambiado es el espíritu, humor y alegría con que escribí El viejo saurio, novela a la que le tengo mucho cariño". Por otra parte, Daniel Alarcón escribe sobre su relación con la literatura de la violencia, e incluye a su vez algunos apuntes sobre el periodísticamente inacabable congreso de narrativa peruana del 2005 en Madrid, y el debate que vino luego. Como para dar que hablar. En suma, un valioso aporte para el mejor conocimiento y difusión de la cultura peruana y de su narrativa en particular. Y es que, tal y como me comenta Alarcón, "Juan Manuel y yo estamos muy orgullosos con el portafolio y queremos que se difunda todo lo posible". Vale.

Videopoema de Domingo de Ramos


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sábado, enero 20, 2007

Julio Ortega y el hacer poético de Pablo Guevara

La semana pasada, en una nota de la que di cuenta y respuesta aquí, Abelardo Oquendo en la página cultural de La República consignaba unas declaraciones que decían, entre otras cosas, y con relación a Pablo Guevara, que "su persona infundía valor a su poesía. Esa combinación suya, tan singular, de cualidades y carencias; esa fe, esa pureza –buscaba otra palabra- que lo iluminaban, tienen mucho que ver con el atractivo que ejerció sobre los poetas más jóvenes. Su condición cuasi extraterrestre lo hacía inimputable. Sin él, lo que de su obra se sostenga será muy poco. Eso se puede ver ya a través del escaso interés que despiertan sus poemas fuera del país. Y dentro, impactaba más la poética que proyectaba que la poesía que practicaba". Hoy Oquendo da cuenta de unas opiniones del crítico Julio Ortega respecto a esas líneas sin nombre. Ortega viene preparando un libro titulado El hacer poético, en el que vía un cuestionario "medio centenar de poetas de América Latina y España expondrán en él sus ideas" sobre el tema. "Lástima que Pablo [Guevara] no alcanzara a responder porque él sí tenía discurso reflexivo sobre el oficio. A propósito, un poco duras las opiniones de tu corresponsal acerca de Pablo. Yo tengo la experiencia contraria: poetas de otros países que aprecian sus poemas sin saber nada de él", sostiene.

En la foto: Julio Ortega.

viernes, enero 19, 2007

Dos poetas del setenta desde la niebla en Caretas

La edición de esta semana de la revista Caretas incluye notas a los poetas José Watanabe y Jorge Pimentel. El primero, José Watanabe, publicó a finales del año pasado el poemario Banderas detrás de la niebla. Y ahora "la galería de arte Estampa, en Madrid, reúne los poemas de Watanabe escritos en torno a la figura materna. A modo de homenaje a Carlos Oquendo de Amat, la obra lleva por título el inicio de un poema de este: Tu nombre viene lento", comenta la nota de Maribel de Paz en la sección cultural de la revista. "Este libro es un reconocimiento de que mi madre era peruana, porque siempre he hablado de mi padre que vino de Japón, y a raíz de eso me asociaron con la serenidad y la poesía japonesa. Pero es una reivindicación un poco conflictiva, porque mi madre no fue solamente una gran madre bondadosa, sino también la madre sibilina, de fraseos duros que a veces dolían mucho", afirma el poeta. Por otra parte, uno de los fundadores de Hora Zero, Jorge Pimentel, publica diez años después de su anterior poemario una nueva entrega, de título eliotiano, En el hocico de la niebla (título que empata con esta línea de una leyenda quechua: "De su hocico surgió la niebla de los cerros"). Caretas da cuenta del libro vía una nota escrita por el desaparecido escritor Roberto Bolaño. "A Mario [Santiago] le gustaba la poesía norteamericana, a mí la francesa. Mario leía ensayo, yo narrativa. El filósofo de Mario era Nietzsche, el mío Pascal. Pero en otros puntos nuestro acuerdo era completo, aunque difiriéramos en algunos detalles. Uno de esos puntos era Hora Zero y Pimentel, al que pronto se agregaría Ramírez Ruiz, a quien Mario leyó con mucho más cuidado que yo", afirma el narrador chileno.

En la foto: El poeta Watanabe y uno de los pocos objetos que su madre no desechó junto con la pobreza y que se convirtió en verso: "¿Oyes en la habitación contigua / el apurado traqueteo de la máquina de coser?". [Leyenda de Caretas]

jueves, enero 18, 2007

Cuatro sobre Lima

La coquetísima ciudad de Lima está de aniversario. Cumple 472 años de fundada. La revista Caretas en su edición de hoy incluye una nota titulada "Lima: secretos desde el aire" (a la que se puede acceder sin suscripción), donde presenta diferentes tomas aéreas de la capital peruana (y a propósito de tomas aéreas, les recomiendo bajarse el fantástico Google Earth y viajar con el satélite virtual a cualquier rincón y específico paraje del planeta). Por su parte, el weblog Pospost incluye un video en tres tandas (alojado en You Tube) con imágenes inéditas de la Lima de los años 50. Todo un descubrimiento. Entre los personajes del mundo de la cultura que se observa figuran el historiador Raúl Porras Barrenechea (dirigiendo un examen de grado en la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos) y la pintora Julia Codesido en su taller. Finalmente, César Hildebrandt hoy en su columna del diario La Primera (a cuya dirección acaba de renunciar Enrique Sánchez Hernani, según comenta el columnista), anticelebra el "Cumpleaños de Lima". Y ayer, en la página de opinión de El Comercio, Abelardo Sánchez León escribió esto de aquí: "Los ciudadanos cierran sus calles como medida de seguridad en La Molina, San Miguel y en Los Olivos. La ciudad se encierra en sus urbanizaciones como una ostra. Uno sale de su casa para ir a otra casa. El camino es tierra baldía, abandonada a su suerte. Las piedras se acumulan en el tramo de la Costa Verde de Barranco, nadie, simplemente nadie las recoge. En las esquinas tropiezas con los mismo niños de siempre, con los mismos vendedores, con los amigos del Centro Victoria. Intercambiamos un ligero saludo en el tiempo que nos permite el semáforo. Por primera vez vivimos toda la jerga sociológica en carne propia: la fragmentación, la brecha social, la falta de representación política. Sentimos que andamos a la deriva a pesar de los eficientes indicadores macroeconómicos. Cada cual anda con su collera, cada uno quiere solamente a los suyos".
Feliz cumpleaños Lima, ya nos veremos prontito.
PD: Hoy Raquel Chang-Rodríguez presenta a las 7:30 p.m. en el Centro Cultural PUCP (Camino Real 1075, San Isidro) su libro Franqueando fronteras: Garcilaso de la Vega y La Florida del Inca. Los comentarios estarán a cargo de Juan Ossio, Liliana Regalado y Carmela Zanelli, así como de la propia editora de la obra, quien es entrevistada con amplitud por la agencia Andina.

En la foto: "Manta limeña", óleo de José Sabogal.

Carlos L. Orihuela sobre la poesía peruana de los 60 y 70

Veo en el último número de la revista de historia social y literatura de América Latina A contracorriente (correspondiente a otoño boreal del 2006) un ensayo de Carlos L. Orihuela titulado "La poesía peruana de los 60 y 70: Dos etapas en la ruta hacia el sujeto descentrado y la conversacionalidad". Orihuela empieza su texto mencionando lo siguiente: "La poesía de los 60 y los 70 constituyen una continuidad en el desarrollo de la literatura peruana contemporánea. Ambas conforman etapas de un mismo proceso de reconstitución de la escritura poética nacional, y dan cuenta de dos momentos de inquietud cultural vinculados a los virajes históricos e intelectuales típicos de la segunda mitad del siglo XX". También dice: "[L]a poesía de los 60 irrumpe no como alternativa ni rebeldía a la generación precedente. Emerge para sustituir, para establecer su propia tradición. Si algo los diferencia de sus inmediatos antecesores es el no saberse comprometidos con los pesares de quienes, sorprendidos por espejismos políticos del momento, habían soñado con revoluciones sociales a la vuelta de la esquina, ni sentirse comprometidos con una reflexión retórica que se desentendía de las innovaciones intelectuales y artísticas en el contexto internacional de la Guerra Fría y el desarrollo de corrientes de pensamiento que desencadenarían el debate de la postmodernidad. La poesía de los 60 nace en un terreno histórico inédito, y se fertiliza en un clima discursivo y un proceso dialéctico sustancialmente distintos. El Perú de los 60 acusaba una nueva fisonomía social advertida inicialmente y de modo casi intuitivo por las élites artísticas más jóvenes". Más adelante señala que "hay [a partir de los casos de Javier Heraud, Rodolfo Hinostroza, Marco Marcos y Antonio Cisneros], en la poesía peruana, una creciente vocación por el desarrollo del sujeto poético descentrado, inestable, en oposición al sujeto unívoco, unidireccional, que se había mantenido inamovible en la tradición literaria occidental fundada en el cartesianismo. Esta reconfiguración radical del sujeto poético se convierte de este modo en el recurso de primera mano en la tarea de crear un equivalente formal de la fragmentación esencial del país dentro de la estructura del texto literario".
Y en esta parte de su argumentación Orihuela establece, para distinguir entre lo que nombra como poesía peruana de los 60 y poesía peruana de los 70, una brecha radicalizadora entre ambas desde un mismo tipo de lenguaje y sobre la base del gobierno velasquista: "Pero a pesar de que la poesía de los 60 representaba un avance significativo en la refundación de la poesía peruana y esgrimía planteamientos referentes a la innovación del lenguaje, el rescate del discurso popular y la revisión de las representaciones de la realidad nacional y latinoamericana, no dejó de ser una poesía académica, cultista, y que su propuesta de un lenguaje popular se circunscribía más bien a una coloquialidad aprendida de otras coloquialidades ya elaboradas, provenientes de la poesía anglosajona o la conversacionalidad latinoamericana que por entonces había alcanzado una fuerte difusión. Un evento político, la instauración de la dictadura de Juan Velasco Alvarado, en 1968, que, contrariamente a lo que podía esperarse de un fenómeno militar de este tipo, propone reformas sociales y reivindicacionistas, y el significativo desplazamiento del sistema cultural que tradicionalmente había controlado el canon y la difusión de la poesía culta, vienen a constituir, en la primera mitad de la década de los 70, el contexto sobre el que se intenta radicalizar la propuesta conversacional de los 60. Los nuevos grupos de poetas que súbitamente se multiplican en la capital y hasta en las provincias más alejadas, muchos de ellos alentados por las propias fuerzas del gobierno, vienen a conformar el movimiento que se propone corregir y clarificar los alcances de lo que consideraban el proyecto fallido de una poesía conversacional basada en el mosaico lingüístico del país. Desde ruidosos escenarios o a través de explosivas publicaciones, el grupo Hora Zero, integrado mayormente por estudiantes de clase media provinciana que tienen sus primeros encuentros en la Universidad Federico Villarreal de Lima, lanzan furibundas proclamas, repitiendo la ya vieja usanza vanguardista de declarar obsoleta toda tradición precedente y consagrarse fundadores de una nueva era". Orihuela a su vez explica que "[l]os poetas de Hora Zero y sus similares individuales o grupales efectivamente dieron aportes a la poesía peruana, aunque no en la medida en que la euforia y el entusiasmo les hizo pensar. La crítica ha concentrado más sus comentarios y atención sobre los efectos de sus manifiestos en el contexto de la dictadura de Velasco Alvarado, su protagonismo político en instantes de particulares confrontaciones sociales, y en el debate más bien teórico e ideológico que suscitó el tono radical con que se planteó la revisión y reinvención de la poesía peruana. Es sintomático que los organizadores del seminario 'Poesía Peruana del 70. Marginalidad-Oralidad-Nuevos Sujetos Migrantes Descentrados', llevado a cabo en la Universidad Nacional de San Marcos de Lima en agosto de 2005, hayan incluido en la convocatoria la siguiente justificación: 'El seminario [...] se propone contribuir a crear y formar un espacio crítico sobre la poesía peruana de la década del 70. Toda vez que existe una asimilación acrítica que redunda en el biografismo, los enfoques marxopositivistas y un reduccionismo sociológico que obvia las múltiples mediaciones entre la serie social y la literaria'. En cuanto a la innovación concreta de las formas textuales, creemos que su aporte más importante es, sin duda, el haber incorporado en la poética conversacional una buena proporción de elementos provenientes de los dialectos marginales, con los cuales muchos de sus integrantes se encontraban vitalmente involucrados. El exteriorismo del poeta erudito y cosmopolita que parodiaba las voces populares y no llegaba a ocultar las subyacencias cultas y cerebrales, se veía eclipsado ahora por el resultante de una combinación de voces que testimoniaban un espacio cultural al que tradicionalmente se había considerado no poetizable".
Respecto a uno de los fundadores de Hora Zero, Orihuela afirma lo siguiente: "Juan Ramírez Ruiz, uno de los más notables poetas de esta generación, llega incluso a integrar efectos gráficos que hacen aún más patentes la representación popular y la coloquialidad. En el poema 'El único amor posible entre una estudiante en la academia de decoración y artesanía y un poeta latinoamericano', cuyo título, como es obvio, denota igualmente la autorrepresentación del sujeto poético, la utilización de los espacios de la página escrita a modo de guión teatral o cinematográfico, diluye de manera extrema un yo unívoco y omniscente para crearnos la ilusión de la testimonialidad del lector".
El autor concluye su ensayo con el siguiente párrafo: "Un análisis concienzudo de cuanto se publicó durante la década de los 70, antes y después del desmantelamiento de las reformas políticas del gobierno de Velasco Alvarado, da cuenta de ciertas constantes de estilo que nos remiten a las exploraciones y trabajos experimentales de los poetas de los 60. La tarea de reformulación técnica de poetas como Cisneros, Hernández, Naranjo, Hinostroza y otros, en el desarrollo de la conversacionalidad y la instauración de nuevos conceptos del sujeto poético, facilitaron a las promociones de los 70 el instrumental teórico y formal que los llevó incluso a extremar con significativo éxito una poesía conversacional o exteriorista en la que se integran elementos auténticos de los discursos sociales del país. Obviando las denotaciones parricidas de muchos manifiestos de inspiración vanguardista de los 70, es innegable que las experiencias poéticas de las décadas de los 60 y 70 vienen a conformar dos etapas de un mismo circuito en el esfuerzo irrefrenable por insertar la cultura y la sociedad peruanas al proceso integral de la metrópolis contemporánea".

En la foto: Enrique Verástegui y Antonio Cisneros, en ameno diálogo captado cuando el primero entrevistó al segundo en 1975 para el suplemento Variedades del desaparecido diario La Crónica. En opinión de Orihuela "es innegable que las experiencias poéticas de las décadas de los 60 y 70 vienen a conformar dos etapas de un mismo circuito".