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domingo, setiembre 17, 2006

Varios

Hoy en la sección cultural de La República, Pedro Escribano publica una amplia entrevista a Peter Elmore a propósito de la reciente publicación de su novela El fondo de las aguas. Incluyo una pregunta aparecida al margen de la entrevista, dentro de un recuadro. "¿Crees que el tema de la violencia política llevado a novelas -La hora azul, Abril rojo, etc.- catapultó hoy a la narrativa peruana?": "Sí, pero hay que reconocer también que la literatura sobre la violencia de estos últimos años, esa literatura comienza antes que La hora azul o Abril rojo. Ya en los años 80 con Luis Nieto eso está presente de manera muy marcada. Asimismo, en la obra de Óscar Colchado y quizá de una manera algo más oblicua en la obra, para mí muy valiosa, de Miguel Gutiérrez. A veces tengo la sensación de que los premios literarios y el reconocimiento internacional generan una realidad cuando esa realidad ya existía desde antes. Me refiero a una realidad literaria. Estas novelas no inauguran el tema de la violencia política en la literatura peruana, sino que lo prolongan y en algunos casos lo enriquecen". En algunos casos. Por otra parte, en El Dominical de El Comercio, Ezio Neyra publica una entrevista reciente (con posterioridad al premio Rulfo otorgado a Carlos Monsiváis) al crítico Julio Ortega. "Yo no llamaría crítico literario a alguien que no sea también un escritor. Y no porque algunos críticos cultivan la ficción, sino porque la crítica es una forma que no tiene sentido sino como literatura. Esto es, como cristalización de la lectura postulada como plural por las buenas obras. No hay gran literatura sin grandes lectores, y con malos lectores suele decaer cualquier buena literatura. Me parece que la crítica hoy es más diversa y compleja entre nosotros; y su espectro, en efecto, va del periodismo a la academia, sin mayor conflicto. Me interesa más la reciente crítica ensayística, que va de la historia cultural a la lectura documentada; confío desarrolle también ejercicios de lectura dedicada a las nuevas formas y tendencias literarias. Por lo demás, la peruana se amplía en la crítica peruanista, hecha fuera del país, y ese diálogo debería ser fecundo", comenta Ortega. En este mismo suplemento, Laura Alzubide publica una reseña al libro de cuentos Guerra a la luz de las velas de Daniel Alarcón (Lima, 1977), "un sorprendente debut. No sólo por su prosa, eficiente y de una rica densidad expresiva, sino también por su fidelidad a la esencia del género: al cerrar el libro, su universo reverbera obsesivamente en la memoria del lector". En la sección cultural de El Comercio, Ricardo González Vigil reseña La segunda visita de William Burroughs de Carlos Calderón Fajardo (Juliaca, 1946), novela en la que "prima una prosa flexible para fusionar puntos de vista, tiempos y niveles de realidad, desplegando una obra rica en pasajes admirables y poderosa en carga simbólica para recrear la realidad peruana".

En la foto: Carlos Calderón Fajardo.