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jueves, abril 27, 2006

Santiago Roncagliolo: "Más que insultar y culpar al otro, debemos saber escucharlo"

Yolanda Vaccaro, corresponsal de El Comercio en Madrid, publica hoy una entrevista a Santiago Roncagliolo en la sección cultural de dicho diario. Tal parece que tanto la temática como el premio recibido por su novela Abril rojo están llevando cada vez más al autor a referirse a temas que tienen que ver con lo social, lo político y con la democracia en sí, temas que no le han sido del todo ajenos. En un tramo de la entrevista expresa lo siguiente: "En el Perú la mayor parte de las desapariciones y de las torturas no se cometieron durante el gobierno de Fujimori, sino durante las democracias de los 80. Creo que eso hace que sea más difícil enjuiciar a los malos. En Chile, Argentina y Uruguay, los torturadores fueron militares siniestros no elegidos por el pueblo. Pero en el Perú nosotros elegimos a nuestros asesinos. Creo que esto debería ser una reflexión para todos los peruanos". Se trata de un llamado a la reflexión algo cruel, dada la encrucijada peruana actual de optar por dos candidatos presidenciales con antecedentes criminales (no comprobados judicialmente) en el plano de los derechos humanos. Precisamente en torno a ambos candidatos gira una de las preguntas: "Recientemente has defendido el derecho de los votantes de Ollanta Humala y Alan García a expresarse como lo desean. ¿Hay demasiado mesianismo en el Perú?": "Los demócratas partimos del principio de que la gente nos da un mensaje cuando vota. Si no lo escuchamos, si no escuchamos el descontento, ocurre lo que está ocurriendo: entra un Fujimori, nos cansamos de él, entra un Toledo, nos cansamos de él, entra Ollanta, nos cansamos de él, vamos a seguir en ese ciclo en el que todo el mundo está tan harto de la democracia que esta se suicida periódicamente. Los demócratas, más que insultar y culpar al otro, debemos saber escucharlo y tratar de tender puentes, no de cortarlos. Nunca sentir que nuestro voto es correcto y el otro voto es amnésico". Y respecto al papel de la literatura, dice Roncagliolo: "El proceso de terapia al que puede contribuir la literatura es el de una reflexión no sobre quiénes son los buenos y quiénes son los malos, sino de hasta dónde llegó el horror y hasta dónde llegamos todos".

En la foto: Roncagliolo comenta que "en cosas como las que pasaron en el Perú es muy difícil distinguir la mentira de la verdad porque incluso las palabras que usas ya implican una toma de posición".