zonadenoticias

sábado, abril 22, 2006

Entrevista a Antonio Tabucchi

La sección cultural del domingo 23 del diario El País publica una entrevista de Agustí Fancelli al escritor italiano Antonio Tabucchi (Vecchiano, Toscana, 1943), quien se encuentra en Barcelona a propósito de la fiesta del libro. Una pregunta: "Escribe usted: 'Un libro, para un escritor (aunque creo que para el lector también), no acaba jamás allí donde termina. Un libro es un pequeño universo en expansión'": "El tiempo y la mirada de los demás añaden cosas que los escritores no habíamos previsto en principio. Hoy, con respecto a tantos libros del pasado, la información nos ha convertido en lectores muy privilegiados. Poseemos un bagaje interpretativo muy superior al de los contemporáneos de la obra. El Quijote, por ejemplo. Hoy tenemos un carga de información iluminista, romántica, psicoanalítica, etcétera, que el lector de la época no tenía. Y si el Quijote ya fue un gran libro cuando nació, hoy acumula un poso que le convierte en el Himalaya".
Incluyo una cita tomada de su libro de cuasicuentos, como los llama el autor, Los volátiles del Beato Angélico. Se trata de un texto a modo de cartas entre el escritor y un lector de nombre Xavier Janata Monroy. En una de las cartas de Tabucchi, firmada en su ciudad natal un 10 de julio de 1985, se lee: "Ha dicho un escritor de lengua española, Mario Vargas Llosa, que escribir un cuento es una ceremonia parecida a un strip-tease. Como la muchacha que bajo un impúdico reflector se quita sus vestidos y muestra sus gracias secretas, también el escritor desnuda en público su intimidad a través de sus relatos. Hay, evidentemente, diferencias. Lo que el escritor exhibe de sí mismo no son sus gracias secretas, como la desenvuelta muchacha, sino los fantasmas que le asedian, lo peor de sí mismo: sus nostalgias, sus culpas y sus renconres. Otra diferencia es que mientras en su espectáculo la muchacha empieza vestida y acaba desnuda, en el caso del relato la trayectoria es la inversa: el escritor empieza desnudo y termina por volver a vestirse. Quizá nosotros los escritores tenemos simplemente miedo. Considérenos, si quiere, cobardes, y déjenos con nuestras culpas privadas y nuestros fantasmas privados. El resto son nubes".

En la foto: Antonio Tabucchi afirma: "Unas veces, el encuentro con el lector da placer; otras, miedo".